La Zona, el Rastro de Madrid y la política
Vencido ya el plazo que la Ley de Partidos otorga para que las organizaciones escojan sus candidatos, vuelve el destape de compra y venta, exacerbado ahora porque el cambio de partido de gobierno de 2020 nos permite observar mejor a quienes siempre andan tras el Presupuesto de la nación.
El vulgar cambio de chaqueta sin explicación de ningún tipo, convierte el escenario político en una réplica lamentable de El Rastro de Madrid donde, como advierte Víctor Manuel San José Sánchez, “todo se compra y se vende”. Triste época donde vemos salir a los grandes partidos en loca caravana de ambulancias a recoger los egos heridos de los adversarios derrotados… como otras tantas veces. Y todo agravado por la cada vez mayor ausencia de ideas y propuestas, de principios y valores.
El descrédito de nuestra clase política aumenta en cada proceso electoral, aunque la chercha de la campaña y los beneficios materiales que ella ofrece garanticen la participación. Pero no os equivoquéis. El dominicano vota pero no confía. Por eso, en la mayoría de las encuestas, al preguntarle por el partido de su preferencia, la mayoría prefiere el PN: el Partido Ninguno.
Cada cuatro años el destape de nuestros partiditos de compra y venta aumenta en su desvergüenza. Allá lejos quedan los principios fundacionales, las características ideológicas innegociables. Rica, pero injustamente desigual, nuestra democracia y su deterioro prosiguen su agitado curso, cada vez con menos demanda de ideas y más partidos en oferta.
Si algo faltaba, el pasado sábado un exitoso influencers demostró su liderazgo y capacidad para dañar, generar el caos, generalizar inconductas y celebrar la anarquía, y además impunemente, pues en medio de un proceso electoral sería necio albergar la mínima esperanza de que las autoridades se atrevan a molestar a quien podría sumarle más votos que la mayoría de los partidos de compra y venta que cada cuatro años participan en la feria.
De la mano de su vocero más exitoso y sus tesoros de pesos escondidos con mala leche y peor fe, la arrabalización bajó de La 42 al templó histórico y turístico del Santo Domingo de todas las primacías americanas….
Son los trailers de lo que viene. ¿2028 o 2032? Y no se trata de dictadura sino de caos con respaldo popular, sin fraudes, voto a voto, como Trump, Erdogan, Duterte o Bolsonaro. ¡Estamos a tiempo!