Leonel redivivo

Manuel Fermín

Han pasado 1,439 días desde que Leonel dio inicio a los trabajos para romper el lazo que le ataba al PLD, o que le enfrentaba a Danilo Medina, y por el cual decidió fundar la Fuerza del Pueblo.

Toda una travesía del desierto, pero el 23/9 será una fecha para la historia política del país: una manifestación que evidencia su firmísimo liderazgo, redivivo y reafirmado once años después de abandonar el poder bajo acoso de sus propios “compañeros” que entendieron que no tendría el coraje para el quehacer diario a que obliga construir una estructura política tan formidable, consolidada ya como un partido definitorio en la política dominicana.

Él es un político con audacia, pensamiento y acción que ha sido capaz de mostrar distancia con la acción que él mismo protagonizó en el partido morado, ¡su talismán!, y lo hizo cuando parecía a ojos de muchos de sus adversarios internos que en su contra surgía un “nuevo hombre” que les iba a salvar de la debacle que le vendría, o más: de eternizarlos en el poder pues era todo y único.

Fernández demostró grandeza y lucidez en su salida y advertir el oportunismo populista y demagógico de Medina, de trágicas consecuencias.

No es difícil comprender la desdicha con que algunos políticos acogen el éxito de Fuerza del Pueblo, y es que este partido ha brotado de una sociedad con una demanda social por organizaciones políticas con formación de Estado y liderazgos con un apoyo y un reconocimiento tan expreso como es el de Fernández. Y lo apreciamos en la soberbia movilización del sábado pasado, confirmando que tiene una candidatura con peso electoral, y que evidencia que su oficio es: ¡presidente de la República! Gracias a su ecuanimidad pedestre, y que no arrastra odios gratuitos ni púas vengativas, resiste a los que atizan los leños inquisitoriales contra su persona, que no son pocos.

El Nacional

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