Los demócratas ya perdieron

J.C. Malone

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Gastamos más de $8 tri­llones en la “guerra con­tra el terroris­mo”, y sobre los $7 trillones en el rescate bancario del 2008. Esos $15 trillones, dicen los republicanos, no produjeron la inflación ac­tual, eso lo desató el presi­dente Joe Biden y su rescate económico postpandemia de casi $2 trillones.

Eso es incierto, pero las verdades nunca ganan elecciones.

Siempre gana la mejor mentira, que “explique” lo que pasa, señalando un cul­pable, para castigarlo en las urnas. La gente prefiere cul­par y castigar, pensar resul­ta difícil.

Los demócratas tienen un serio problema de cara a las elecciones congresua­les de noviembre próximo, porque no se pueden de­fender de los ataques repu­blicanos con argumentos contundentes. Los incum­bentes siempre son respon­sables de todas las cosas malas, el presidente Biden es el culpable en jefe.

El argumento republi­cano, aunque no es cierto, es bastante sólido, porque explica de forma direc­ta y sencilla por qué todos los precios de alimentos y combustibles aumentan. Si los demócratas intentan imponer la verdad sobre la mentira nunca lo lograrán, perderán tiempo de cam­paña, por eso escogieron tres argumentos para des­acreditar a los republica­nos.

El primero es la posibi­lidad de que la Suprema Corte de Justicia ilegalice el aborto, el segundo es que los republicanos se oponen al control armamentista. El tercero es un espectáculo televisado demostrando lo obvio: que el ex presiden­te Donald Trump dirigió el asalto al Congreso el 6 de enero del año pasado.

Son argumentos bien só­lidos, pero carecen de algo fundamental: ninguno lo­gra bajar los precios que es­tán ahogando a los consu­midores, la gente siempre vota con el bolsillo. Ade­más, pretender ganar unas elecciones pura y simple­mente porque el oponente es “peor”, denota pobreza política, miseria creativa.

El único acontecimiento que puede darle un repun­te a los demócratas es que Ucrania le gane la guerra a Rusia, pero ahora Moscú empezó a ganar batallas. Con una cadena de victo­rias rusas, los republicanos tendrán más argumentos demostrando la ineptitud de los demócratas, mane­jando la economía y la po­lítica exterior.

Con la guerra perdida, y las sanciones de Biden contra Rusia aumentan­do los precios para los estadounidenses, está claro, los demócratas ya perdieron el control del Congreso.

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