Los desafíos del desarrollo a la vista

Juan Temístocles Montás

El Banco Mundial clasifica las economías del mundo en cuatro categorías: 1) las de ingreso bajo (países con ingreso nacional bruto, INB, per cápita inferior a 1,085 dólares; 2) de ingreso mediano bajo (con INB per cápita comprendido entre 1,086 y 4,255 dólares; 3) de ingreso mediano alto (aquéllas con INB per cápita comprendido entre 4,256 y 13,205 dólares, y; 4) economías de ingresos altos (aquellas con ingreso nacional bruto per cápita superior 13,205 dólares.

Por lo general, los países con economía de alto ingreso caen en la categoría de los llamados países desarrollados. De manera que un objetivo claro de cualquier país que se encuentre en la categoría de país de ingreso mediano alto es dar el salto a país de ingreso alto. La República Dominicana es uno de esos países.

De acuerdo con el Banco Mundial, en 2022 el ingreso neto bruto per cápita de República Dominicana era de 10 mil 700 dólares, lo que le coloca en el rango de país con una economía de ingreso mediano alto.

¿Qué debemos hacer para avanzar hacia la categoría de país de ingreso alto y evitar caer en la trampa del ingreso medio?

Sugiero prestar atención a los siguientes factores: capital humano, innovación, consolidar los fundamentos del desarrollo, mejorar la inserción internacional del país, y propiciar una transformación de la matriz productiva.

En lo que tiene que ver con el capital humano, que es un factor fundamental para mejorar la productividad de la economía, el índice de capital humano del Penn World Table (año de escolaridad y rendimiento de la educación) coloca a nuestro país en 2.77. La generalidad de los países desarrollados está por encima de 3.5. Se precisa un gran esfuerzo para mejorar el capital humano.

En cuanto a innovación, es necesario disponer de un excelente sistema nacional de innovación. Sin buenas universidades esto no es posible. No hay una universidad dominicana que aparezca entre las 500 mejores universidades del mundo que se muestran en el Ranking de Shanghái correspondiente a 2022. No generamos suficientes ingenieros y técnicos, lo que representa un gran obstáculo para atraer empresas de alta tecnología. Adicionalmente, la inversión en ciencia y tecnología es prácticamente inexistente.

Consolidar los fundamentos del desarrollo implica sostener altas tasas de crecimiento para lo que, es necesario que las políticas económicas (fiscal, monetaria, comercial, etc.) generen confianza en los actores económicos. A partir de ahí hay que garantizar altos niveles de inversión, para lo cual será necesario adecuadas fuentes de financiamiento. En los últimos 4 años, el ahorro doméstico ha superado el 24% del PIB, y la inversión domestica por encima de 24%. Eso es positivo.

En lo que tiene que ver con la inserción internacional, no hemos logrado avances importantes en las exportaciones de bienes y servicios. En el 2000 representaban el 37.9% del PIB y en 2021 el 21.7% del PIB. La tasa de crecimiento entre 2015 y 2021 fue 4.12%. El Centro Internacional de Desarrollo de Harvard recomendaba en 2010 que, para dar un salto a un país desarrollado, las exportaciones de bienes y servicios debían representar el 50% del PIB y planteaba tres escenarios de crecimiento de las exportaciones: 8.1%; 9.2% y 10.2%. La situación del sector externo preocupa más porque nuestro país participa de varios tratados de libre comercio y los resultados no han sido buenos.

En cuanto a la transformación de la matriz productiva, La búsqueda de nuevos sectores de inserción siempre será una tarea, y el turismo y las zonas francas deberán transformarse. En turismo hay que desarrollar el ecoturismo, el turismo de salud (desarrollar centros de cuidados avanzados en la proximidad de los centros turísticos), desarrollar el turismo para la tercera edad, construir en Santo Domingo un centro de conferencias capaz de atraer eventos internacionales acompañado de servicios turísticos. En el caso de las zonas francas, se está imponiendo en los países desarrollados tener cerca y en lugares amigables las instalaciones de producción. Además, en República Dominicana hemos de poner en marcha una política más agresiva para vender el país como un destino seguro y confiable.

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