Los ojos de Latinoamérica están puestos en Ecuador

MIAMI, AGENCIAS, 17 MAYO – — Lideres de América Latina siguieron el miércoles con preocupación la situación en Ecuador e instaron a la nación sudamericana a continuar por la senda de la democracia poco después de que el presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional y puso fin a un juicio político que buscaba destituirlo.

Estados Unidos, por su parte, dijo que los lazos con la nación sudamericana siguen fuertes y aseguró que respeta la voluntad de los gobernantes y la población de Ecuador.

La decisión de Lasso recibió el apoyo de las Fuerzas Armadas y fue cuestionada por la oposición política que, sin embargo, dijo la acatará.

Desde México el presidente Andrés Manuel López Obrador deseó que Ecuador pueda superar la crisis política e indicó que su gobierno estará atento a la situación.

“Ojalá y los hermanos ecuatorianos puedan resolver esto así con este procedimiento”, dijo López Obrador. “Si se va a convocar a nuevas elecciones pues que participen todas las fuerzas políticas y no creo que haya violencia política”, agregó el presidente mexicano durante su conferencia de prensa matutina.

El presidente ecuatoriano gobernará hasta por seis meses por decreto con el control de la Corte Constitucional y tendrá que llamar a elecciones presidenciales y legislativas. Los ganadores de esos comicios completarán el actual periodo presidencial y legislativo que termina en mayo de 2025.

La decisión de Lasso de destituir a la Asamblea de su país tiene lugar seis meses después de que el por entonces presidente de Perú, Pedro Castillo, anunciara una fallida disolución del Parlamento, que a diferencia del caso de Ecuador, no fue apoyada por las fuerzas armadas ni por las policiales. Anteriormente, otro presidente peruano, Martín Vizcarra, disolvió el Parlamento en 2019, pero el Legislativo que le siguió lo removió del cargo un año después.

Castillo fue destituido por el Parlamento en diciembre de 2022, poco después de haber anunciado su disolución. Permanece preso mientras es investigado por corrupción y rebelión. A él le siguió la actual presidenta de Perú, Dina Boluarte, quien en ese momento ejercía como vicepresidenta.

El miércoles Boluarte apoyó las medidas tomadas por su colega ecuatoriano.

“Respetamos la decisión adoptada por el presidente Guillermo Lasso dentro del marco constitucional”, expresó Boluarte en su cuenta de Twitter. “Abogamos para que el próximo proceso electoral en la hermana República de Ecuador se lleve a cabo dentro de los cauces legales, en paz y en democracia”.

Chile, en tanto, manifestó a através de su cancillería su esperanza de que la crisis política en Ecuador se resuelva a través de los mecanismos democráticos e institucionales previstos en la constitución, “con estricto apego y respeto al Estado de derecho”.

El canciller chileno Alberto van Klaveren consideró que la situación debe observarse con especial cuidado. “Hay un orden constitucional que está vigente en Ecuador y nuestra aspiración es que todas las partes respeten ese orden constitucional”, expresó.

El gobierno de Estados Unidos se unió a las voces de respaldo a la democracia.

“Exhortamos a todas las instituciones de gobierno, a la sociedad civil y a la ciudadanía a garantizar que se lleven a cabo procesos democráticos en beneficio del pueblo ecuatoriano”, dijo a The Associated Press un portavoz del Departamento de Estado que pidió no ser identificado siguiendo las políticas del gobierno.

Washington continuará trabajando con el gobierno y la población de Ecuador para hacer frente a los desafíos y metas que ambos países comparten y las relaciones bilaterales siguen siendo “fuertes”, dijo.

Por su parte la Organización de los Estados Americanos (OEA), uno de los organismos regionales que busca apuntalar la democracia en el continente, no se manifestó de manera inmediata sobre la situación en Ecuador.

En el caso de Perú, el enredo político estuvo acompañado por una ola de protestas que culminó en febrero, con más de 60 muertos y 1.700 heridos.

Algunos expertos en asuntos latinoamericanos, entre ellos Cindy Arnson, han advertido que las medidas tomadas por Lasso en Ecuador “crean una gran incertidumbre y un potencial de inestabilidad y violencia”.

Arnson, exdirectora del Programa Latinoamericano del Wilson Center en Washington, dijo a The Associated Press que si hay prolongadas protestas sociales y se tornan violentas, podrían amenazar la gobernabilidad y forzar a Lasso y al consejo electoral a adelantar las elecciones como una forma de salir de la crisis.

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