Madurez hacedora de paz
Ricky Noboa
La madurez nos hace apreciar la importancia de actuar, más que con emociones, con sabiduría y así descifrar la solución en momentos de crisis donde debemos identificar la simulación de la sinceridad. De esta manera recibimos paz en nuestra conciencia, tomando el camino del discernimiento sereno que nos da el buen juicio que la madurez nos aporta, en un marco de experiencias sustentado en la sabiduría. Esa valoración que obtenemos con el paso de los años, se traduce en mejores resultados para crecer con base en un capital de seguridad y aprendizaje hacedor de paz interior. Debemos enfocarnos en controlar nuestras emociones, responder cuando sea necesario, actuar de acuerdo a las circunstancias así lo exijan y entender que los de arriba y los de abajo, los ricos y pobres, sabios e ignorantes; después que el alma haya desechado las prisiones de esta vida mortal, encontraremos de la sagrada ley de Dios una compensación justa y perdurable como resultado de nuestras buenas decisiones, porque con la madurez identificamos el don de la razón con que Dios nos ha dotado, para mantener el dominio de nuestras acciones. Así Sus leyes, Su naturaleza y Su voluntad, frente a los pensamientos que dicta nuestro corazón, están desnudos ante Su vista y conoce tus soluciones antes de que las tomes y a El, por su Sabiduría, debemos rendir todo honor y toda veneración, inclinándonos en humilde y sumisa obediencia. En el tiempo, nuestra madurez es el camino a la paz espiritual que solo las experiencias en las manos de Dios nos conceden.