México: ¿Complicidad o solidaridad con los migrantes?

México ha sido históricamente un país que ha mostrado solidaridad y respeto por los derechos humanos, especialmente en el contexto de los refugiados políticos y los perseguidos económicos. Esta actitud, que ha sido constante a lo largo de los gobiernos, ha sido digna de reconocimiento y ha brindado un importante apoyo a personas marginadas o forzadas a emigrar debido a la opresión de regímenes autoritarios o conflictos internos en sus países de origen.

Es importante recordar los ejemplos de solidaridad de México en el pasado. Cuando Chile enfrentó un cruento golpe de estado contra el presidente Salvador Allende, México abrió sus puertas a muchos chilenos que huían de la represión. Asimismo, durante la guerra civil en Centroamérica, México brindó refugio a numerosos ciudadanos que escapaban de la violencia y la persecución en sus países de origen. Incluso los dominicanos han encontrado hospitalidad en México en momentos críticos de su historia.

Sin embargo, la situación actual de México difiere en gran medida de estos actos pasados de solidaridad. México se ha convertido en el destino final de cientos de miles de inmigrantes, lo que ha llevado a una crisis migratoria sin precedentes. La decisión de México de abrir su frontera con Guatemala parece haberse tomado sin evaluar adecuadamente las consecuencias de tal acción.

Inicialmente, los mexicanos dieron la bienvenida a los migrantes con gestos de solidaridad, ofreciéndoles refugio y ayuda. Sin embargo, con el tiempo, la presencia masiva de migrantes en las ciudades mexicanas ha generado problemas. La solidaridad se ha visto reemplazada por preocupaciones sobre el hacinamiento y la seguridad de los residentes locales.

Detrás de esta oleada migratoria se encuentran intereses económicos y grupos delictivos que se benefician de la vulnerabilidad de los migrantes. Bandas mexicanas, conocidas como «coyotes», han secuestrado y extorsionado a migrantes, incluso llegando al asesinato en caso de no cumplir con sus demandas financieras.

El gobierno de José Manuel López Obrador es consciente de esta situación, pero su respuesta ha sido insuficiente. Se han anunciado algunos arrestos de coyotes, pero esto parece más un intento de mantener una buena imagen que un esfuerzo genuino para abordar la concentración de migrantes frente a la frontera con Estados Unidos.

Los migrantes que llegan a México provienen de diversas partes del mundo, incluyendo Rusia y países asiáticos, pero la mayoría proviene de América del Sur, Centroamérica y el Caribe. Su peligroso viaje comienza en Colombia, pasa por Panamá a través de la selva del Darién y finalmente llega a Guatemala antes de cruzar la frontera hacia México.

Las cifras más recientes estiman que al menos 248,000 migrantes han cruzado la selva del Darién en lo que va del año 2023, arriesgando sus vidas en busca de un futuro mejor. Parece haber una especie de complicidad regional en el abordaje de este flujo migratorio, lo que ha contribuido a la presión migratoria en la frontera de Estados Unidos y, posiblemente, tenga implicaciones políticas para el gobierno de Joe Biden.

Los demócratas, en especial los que gobiernan estados santuarios como Nueva York y Boston, han expresado su preocupación por la abrumadora afluencia de migrantes, lo que ha llevado al colapso de la capacidad de respuesta en estos estados. La situación se agrava debido a la actitud de los republicanos, como el gobernador de Texas, quien envía autobuses repletos de migrantes hacia Nueva York.

Sin embargo, la gestión de la administración Biden en materia migratoria también comparte parte de la responsabilidad en este colapso. A diferencia de la presidencia de Donald Trump, que ejerció presión sobre México para implementar controles en su frontera, la administración actual ha adoptado una postura menos firme. Esto ha llevado a México, bajo la presidencia de López Obrador, a adoptar una actitud de «vista gorda», mientras se acumulan más de 150,000 migrantes en ciudades fronterizas, no solo provenientes de Guatemala, sino también por otras vías.

Un ejemplo de la complejidad de esta crisis es la reciente suspensión del servicio de transporte de carga por parte de Ferromex, la principal empresa ferroviaria de México. Esta decisión se tomó debido a la creciente cantidad de migrantes que se suben a los vagones en su travesía por Centroamérica en un intento desesperado de llegar al norte del país, incluso arriesgando sus vidas.

Durante una conferencia matutina, López Obrador manifestó su extrañeza por la forma en que Ferromex anunció la paralización del servicio, insinuando su oposición a esta medida sin ofrecer garantías de intervención por parte de las autoridades mexicanas para abordar el éxodo.

Entonces, ¿por qué la actitud de la administración Biden es diferente de la de su predecesor, el presidente Trump? La administración Trump también enfrentó una crisis en la frontera, aunque de menor magnitud. Sin embargo, el gobierno de Trump comprendió la responsabilidad de México en esta creciente presencia de indocumentados frente a la frontera común y presionó a López Obrador.

En un momento, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles a los productos mexicanos si no se detenía la inmigración ilegal a través de México hacia Estados Unidos. Esto llevó a un acuerdo en el que México se comprometió a registrar y controlar las entradas de migrantes en su frontera con Guatemala.

Se desplegaron militares mexicanos en la frontera con Guatemala y se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad mexicanas y los migrantes que intentaban cruzar. A pesar de los desafíos, la situación pareció estabilizarse en ese momento.

Sin embargo, la llegada de Joe Biden al poder cambió la dinámica. La percepción de una política migratoria más flexible llevó a un aumento gradual en la migración, culminando en la crisis actual.

Esta crisis migratoria será crucial para la administración Biden, especialmente en un año electoral en Estados Unidos. Incluso parece que los demócratas están perdiendo parte del apoyo de los hispanos, que podrían volcarse hacia el expresidente Trump.

Ese tradicional respaldo podría irse erosionando si los demócratas no abordan adecuadamente esta situación, por lo que su falta de iniciativas para atenuar o resolver el éxodo podría ser una apuesta arriesgada en el escenario político actual.

Los hispanos, ya sean documentados o no, que residen en los estados impactados por el desbordamiento de la migración se ven directamente afectados por la ocupación de escuelas o colegios debido a la escasez de refugios para albergar a los miles de indocumentados.

 El espectáculo que presencian en zonas emblemáticas de Manhattan, donde multitudes se aglomeran en largas filas frente a lujosos hoteles en espera de una habitación, conlleva un dramático impacto inusual en el entorno. Todo esto tiene repercusiones significativas en la administración de Biden.

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