Mientras unos venden yo compro
Luis Manuel Piantini
En una de las conversaciones que he sostenido con el amigo empresario dominicano Pepín Corripio, nacido en España, me señalaba en una ocasión, sobre los avatares del país y las oportunidades que le ofrecía; diciéndome, mira Luis, cuando otros venden yo compro.
En otras palabras, mientras la situación nacional que se vivía en las décadas de los sesentas, setentas, ochentas y parte de los noventas, eran de incertidumbre, alejando los capitales por las huelgas que se sucedían como ramilletes de uvas, desórdenes callejeros, rumores de golpes de estado, elecciones cuyos posibles resultados ahuyentaban al capital nativo del riesgo de la inversión, crisis cambiarias, que alentaban a propietarios de activos a desprenderse de ellos, y exportar sus capitales hacia otros mercados financieros del exterior, Pepín confiaba en su país y compraba lo que se vendía, porque tenía fe en el porvenir y arriesgaba en el corto plazo la posible pérdida de lo que al final del tiempo, lo veía como un negocio de alta rentabilidad.
Pero para muchos de los más jóvenes de hoy, les sería difícil concebir que los tiempos pasados no eran escenarios de tanta paz, confianza, y placenteros como los presentes, y de que la semilla que se sembró en tiempos aciagos hoy ha crecido como un gran árbol de muchas ramas, cuyos frutos demuestran ese valor; el de asumir el riesgo con coraje en medio de la tempestad, cuando otros no confiaban en el porvenir de la patria.
El negocio de venta de electrodomésticos de la familia Corripio estaba ubicado en la calle Emilo Prud Home frente al cuartel de los bomberos, siendo esa calle una de las tres arterias que tenían los moradores del barrio de San Carlos para bajar al parque Independencia y las zonas aledañas y malecón. Los Piantini vivían en San Carlos, y transitando a través de esa vía desarrollaron amistad con la familia Corripio.
Recuerdo que el primer televisor que compró mi padre a mediados de los años cincuenta, fue de la marca Admiral en blanco y negro de la Casa Corripio. Con una antena giratoria para captar los canales de Puerto Rico, ya que aquí solo existía el canal 4 de Petan Trujillo, con programas muy limitados en sus inicios.
Tal vez por esa ligazón comercial a la promoción de la comunicación, Pepín se familiarizó y visualizó la importancia que tendrían esos medios en el país, y hoy es un gran empresario de medios, pese a que son empresas sometidas a un mantenimiento desafiante en términos de rentabilidad, por la velocidad con la que se mueve en ese campo las continuas innovaciones que genera la revolución tecnológica.
Pese a esta exigencia, Pepín ha mantenido su compromiso con el país, cuyos medios de prensa son manejados de manera independientes por un equipo de excelencia, con periodistas experimentados en conocimientos y valores éticos y morales con que cuentan las direcciones de sus medios.
Cuando por decisión de la Junta Monetaria y en mi calidad de Vicegobernador del Banco Central en ese entonces, fui encargado del rescate financiero del Banco de Comercio en el 1996, el segundo en tamaño banco privado, y el primer rescate exitoso de un banco dominicano, cuyo proceso duró 9 meses, dentro de los activos deficitarios que tenía dicho banco y que lo habían llevado a la bancarrota estaba el periódico El Siglo.
De tal forma, que viendo la hemorragia en dinero que ese activo le absorbía a los recursos del banco comercial, recursos que eran de sus depositantes, urgí a las autoridades monetarias a la necesidad de desprenderse de dicho activo, como uno de los pasos necesarios a tomar para la recuperación del banco. La Junta Monetaria realizó un concurso y el ganador por la oferta presentada fue el ingeniero Guaroa Liranzo, quien era una persona allegada del presidente Balaguer.
Este al enterarse de dicho resultado, pidió a las autoridades monetarias convocar un nuevo concurso, excluyendo la participación del señor Liranzo. Este nuevo concurso fue ganado por Pepín. Pero sorprendentemente, fui instruido a informarle al empresario, que el presidente Balaguer consideraba que debería de esperar un tiempo más tarde para presentar de nuevo su propuesta.
Al final el Banco Central asumió los gastos de mantener dicho medio como bien público, hasta que se vendiera dicho banco mediante concurso dirigido por la Junta Monetaria. A qué viene este relato? Yo creo que hay lecciones que aprender. El presidente Balaguer, amigo muy estrecho del padre de Pepín desde cuando vivían en la misma barriada, estuvo renuente a entregarle a Pepín otro medio de comunicación, pensando que su concentración en pocas manos podía generar control de la prensa escrita.
Sin embargo, el tiempo ha llegado a demostrar que esos medios de prensa, escrita, radio y televisión, han sido baluartes de la libertad de expresión y defensores de los derechos del pueblo dominicano. Y que Pepín como promotor de esos medios, ha dado una lección a los dominicanos en ensenarles que, cuando se cree y se actúa por principios, se logra que la comunidad a la que pertenece, adquiera los valores de luchar por su libertad y desarrollo humano en la defensa de los intereses de esa comunidad que son los suyos propios.
Listín Diario