Mis deseos para el año 2025

Por Euri Cabral

Un nuevo año siempre es un reto especial para cada uno de nosotros, para nuestras familias, para la nación dominicana y para el mundo. El inicio del año nos lleva a pasar balance de lo que hemos logrado en el año que termina, y planificar con detenimiento los deseos y las metas que aspiramos alcanzar en el que se inicia.

2024 fue un año con muchas cosas positivas, pero también con muchas limitantes y momentos no muy gratos. Al final de la jornada, para nosotros lo importante es seguir adelante buscando la mejor orientación y la mejor visión para alcanzar nuestras metas, y nunca dejar de ser un canal de bendición para muchos, así como Jesús nos modeló y no enseñó. Para quienes estamos en el camino del Señor, cualquier situación difícil o complicada la vemos como un reto especial para seguir creciendo y buscar siempre a Jesús para que sea nuestra roca firme y nuestra solución ante toda situación

Con esa visión, y con el corazón lleno del amor y la gracia de Jesús, paso a entregar a mis lectores los principales deseos que aspiro puedan realizarse en este 2025. Mi primer y principal deseo es que cada vez más cantidad de dominicanos y dominicanas  asuman a Jesús como Señor y Salvador de sus vidas, que entiendan que la vida encuentra su verdadero sentido cuando seguimos los pasos del hijo de Dios, cuando aplicamos sus enseñanzas en nuestras acciones cotidianas, aprendemos a amar, a perdonar, a servir y a ser humildes con los demás.

 Mi segundo deseo es que la paz, el amor y la tranquilidad social y política se consoliden en nuestra nación. Que haya armonía entre los diversos actores políticos y sociales, que siempre el diálogo y la concertación sean los instrumentos utilizados para dirimir los conflictos.

 Mi tercer deseo es que el pueblo cristiano se unifique más, crezca más y se consolide como una opción llena de esperanza para la población dominicana. Que los líderes y las congregaciones cristianas evangélicas asuman cada vez más y más un rol importante en la orientación del país y en la conducción correcta de los asuntos públicos, con la visión dada por Jesús basada siempre en el amor, en el servicio y en la humildad.

 Mi cuarto deseo es que el gobierno del presidente Luis Abinader reciba una buena orientación en este segundo gobierno y en su conducción de los destinos de la nación. Espero que frene esa peligrosa carrera de préstamos que lleva, la cual se está convirtiendo en una bomba de tiempo  para la estabilidad macroeconómica y la paz social y política.

 Mi quinto deseo es que el sistema de partidos de la República Dominicana se consolide cada vez más y que sus situaciones internas no afecten la calidad y el ejercicio de la democracia. En el caso del PRM, le deseo fortaleza y visión para seguir conduciendo el país de la mejor manera y que su proceso interno de cara a la elección de su próximo candidato o candidata presidencial, sea lo más armónico y tranquilo.

En el caso de la Fuerza del Pueblo, es mi deseo que siga fortaleciéndose alrededor de su líder Leonel Fernández, que siga jugando un papel efectivo como partido opositor y que consolide su imagen de opción importante de poder para el año 2028. En el caso del PLD, es mi sincero deseo que siga fortaleciéndose bajo la efectiva dirección de su líder y guía Danilo Medina, que pueda superar esa imagen de partido ligado a la corrupción, que ejerza con firmeza y visión clara su papel de partido opositor, y que en este año 2025 se fortalezca y pueda elegir a su candidato o candidata presidencial, consolidándose como opción para el 2028.

Mi quinto deseo es que termine de una vez y por todas la guerra entre Rusia y Ucrania, y la paz  y el entendimiento prevalezca entre esos dos pueblos. De igual manera, aspiro a que termine de una vez y por todas el genocidio que está cometiendo el gobierno de Israel en contra de la población civil palestina y de los pueblos árabes que le circundan.

Mi sexto deseo es que el gobierno y el pueblo dominicano podamos desarrollar una estrategia y un plan bien definido para enfrentar el grave problema de la migración haitiana a nuestra nación. Ese plan debe ser firme y preciso, pero también justo y humano, respetuoso y solidario.

Mi sexto deseo es que el nuevo gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, sea un ente de paz y armonía, de respeto y prosperidad, para nuestra nación y para todo el mundo. Desde el inicio del nuevo año estamos en oración para que todos estos deseos se cumplan. Amen.

Euri Cabral

Economista y Comunicador

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