Modernizar la protección ciudadana

Edgar Lantigua

El presidente Luis Abinader ha anunciado un plan de 8 puntos que califica como la transformación definitiva de la Policía Nacional. El anun­cio fue precedido de la desig­nación como director general de la Policía del mayor general Eduardo Alberto Then, consi­derado un jefe policial de ma­no dura.

Pero la mayor sorpresa han sido las declaraciones de la primera dama, Raquel Arba­je afirmando esperar, “ley, or­den y macana”, con esa desig­nación.

Pifias y errores políticos han existido siempre, algunas de antología. En su libro Beliver, my forty years in politics (Cre­yente, mis cuarenta años polí­tica) David Axelrod, jefe de es­trategia en las campanas del presidente Barack Obama y reputado consultor político re­cuerda las pifias cometidas por el propio Obama, la primera dama Michelle y él mismo.

Cuando Michelle Oba­ma dijo, por ejemplo, que era la primera vez en su vida de adulta que se sentía orgullosa de su país, las críticas le llovie­ron. Así que nadie es inmune a los errores y pifias políticas, la primera dama, que goza de buena imagen como persona sensible y atenta a la buena marcha del gobierno, se ha re­tractado de sus declaraciones, que ensombrecen lo anuncia­do por su esposo.

Dos cosas han puesto el te­ma de la reforma policial en el primer plano, la delincuen­cia común, que con atracos a mano armada, de día y de no­che en calles y avenidas man­tienen en vilo a buena parte de población y la otra, los ex­cesos de las fuerzas del orden que han costado la vida a ciu­dadanos comunes, en fusila­mientos “provisionales”, que han causado horror en la po­blación, uso excesivo de la fuerza provocando la muerte a los esposos cristianos Elisa Muñoz, y Jhoel Diaz, cuando regresaban de un culto y más recientemente la muerte de la arquitecta Leslie Rosado, pa­ra solo mencionar los más re­cientes. El PRM, que surge como la continuación dialécti­ca del PRD y que reivindica el pensamiento de Peña Gómez, no puede, ni le luce, pedir ma­cana a las fuerzas policiales, la que a tantos jóvenes masacró durante los doce años y tanto luto ha llevado a este país.

En 1975, uno de los temas populares fue el merengue “No me empuje” de Cuco Va­loy, un norteamericano ne­gro víctima de la represión de la época, macana en mano. Cuando se anuncia la imple­mentación de evaluaciones, formación, chalecos y cáma­ras, aplicaciones y software, asesorías de Estados Unidos, Colombia y España, en pro­cura de modernizar el cuerpo policial y su accionar, estamos hablando de un camino distin­to al de la macana.

Distinto y mucho, de quie­nes, en un ejercicio absoluto de memoria selectiva, procla­man que aquí, “hace falta un Trujillo”, olvidando delibera­damente los horrores de esa época.

A lo que esta sociedad aspi­ra es a una policía profesional, transparente, equipada, que devuelva a la gente la tranqui­lidad de andar en las calles, con la delincuencia puesta a raya, pero que al mismo tiem­po ejerza su función con estric­to apego a la ley, sin abusos, ni errores de muerte. Esa es la ta­rea que se espera del equipo que encabeza el general Then.

El país entero respalda el es­fuerzo del gobierno por mo­dernizar la Policía, haciendo de ella, de una vez y por todas, un cuerpo profesional, equipa­do y entrenado para enfrentar el delito con la tecnología mo­derna, sin macanas.

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