Oferta monetaria y el boom de las remesas

Haivanjoe Ng Cortiñas

Cuando la pandemia por COVID-19 comenzó a producir estragos en el orden sanitario y económico, varias entidades internacionales, como el Banco Mundial, pronosticaron caída en las remesas recibidas en las economías beneficiadas por ese tipo de transferencia. Para sorpresa de muchos, las remesas crecieron en el 2020, alcanzando un boom histórico en el 2021, pese a la disminución del empleo en la economía estadounidense.

Tal y como es conocido por los distintos estudios que se han realizado acerca del tema de las remesas, varias son las causas que la origina, las que, conforme a las particularidades de cada país, sus habitantes emigran hacia territorios de economía robusta. En el caso dominicano, el desempleo, la pobreza y la unión familiar parece explicar la emigración, especialmente a los Estados Unidos.

En la situación de incertidumbre global, no se identificó anticipadamente que la política monetaria iba a tener una notable expansión que le diera liquidez a los ciudadanos en una coyuntura con todo tipo de restricción y preocupación, como fue el caso de la economía norteamericana, que hizo crecer su oferta monetaria sin precedentes, al situarla en un 111.2 % del PIB en el 2020 y se mantuvo casi todo el 2021. Para la crisis financiera del 2008 no se acercó a esa proporción, colocándose en un 84.5 %, en el 2009 un 90,8 % y en el año previo a la pandemia con un 92.7%.

La fuerte expansión monetaria en la economía estadounidense, se manifestó otorgándole ayuda a los desempleados, favoreciendo por esa vía el boom de las remesas. La alta liquidez monetaria en el corto plazo ha estado generando una parte importante de la inflación, situándose a marzo del 2022 en términos interanual en un 8.5 %, esto pese a que el desempleo en el 2020 alcanzó hasta un 8.1 %, descendiendo luego durante el 2021 de un 6.3 % a un 4.2 %, pero mayor que el del 2019, previo a la crisis, que era de un 3.5 %, evidenciando que el tema de la recuperación parcial del
empleo no necesariamente explica el aumento de las remesas, sino la oferta monetaria.

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A causa de la política monetaria expansiva en los Estados Unidos, se produjo un nuevo récord en la recepción de remesas, tanto para la República Dominicana, como en todas las regiones del mundo que son beneficiarias de ese tipo de transferencia, siendo el caso más cercano el de Centroamérica, que recibió remesas en el 2021 por un monto de US$ 32,621 millones, para un crecimiento de un 26.7 % respecto al 2020 y mucho más si se compara con los años previo a la pandemia.

La recepción de remesas en Centroamérica en el 2021 la lideró Guatemala con US$ 15,187, seguido por El Salvador con US$ 7,397, luego, Honduras con US$ 7,376, siguiéndole Nicaragua con US$ 2,076 y Costa Rica US$585, todas en millones. Aquí podemos apreciar que el monto recibido por Guatemala superó al de la Republica Dominicana, cuando alcanzó US$ 10 ,403 millones el año pasado.

La migración a lo largo de la historia ha sido un fenómeno en todo el mundo, para el caso de la región del caribe, en total, al 2020, han emigrado 7,122,385 e inmigrado 892,316, de los cuales de la República Dominicana (RD) han emigrado 1,608,567 y la inmigrante asciende a 603,794. Del caribe, la mayor emigración la presenta Haití con 1,769,671 y le sigue Cuba con 1,757,300 y RD en tercer lugar.

De la población emigrante es que dependen las remesas que reciben nuestras economías y familia, al tiempo de ser indicativo de las políticas económicas y sociales de carácter excluyente, provocando que segmentos poblacionales importantes, se vean en la necesidad de salir de sus territorios, como forma de sustento y progreso.

La población migrante dominicana (54.0 %) y sus descendientes (46.0 %) nacidos en los Estados Unidos, se calcula en unos 2.1 millones, los cuales tienen un ingreso promedio de US$ 21,757 al año y aportan a la economía de ese país unos US$ 45 mil millones anuales.

El envío de remesas tiene dos costos para el trabajador migrante, el primero, se desprende parcialmente de su efectivo para enviarlo a la familia y segundo, la transferencia, sin importar la vía que seleccione -la agencia remesadora o una entidad bancaria-, implica el pago de una tarifa, que en promedio es un 5.4 % del monto transferido a la República Dominicana, superior al de Centroamérica que es un 4.75 %.

Como manera de proteger ciertos intereses de los remesadores, la regulación norteamericana establece que tienen hasta seis meses, si se ha producido un error, para reclamar al proveedor del servicio y la remesadora 90 días para examinarlo e informar al cliente sobre los resultados de la investigación, pudiéndose lograr para los casos que aplican el reembolso o hacer que se envíe el dinero de nuevo al destinatario final.

Las remesas recibidas en el país han ido en ascenso, siendo más notorio durante la pandemia. Para el 2018 las remesas ascendieron a US$ 6,494 millones, en el 2019 de US$ 7,087 millones, un año más tarde, el 2020 de US$ 8,219 millones y al año siguiente, el 2021 de US$ 10,403 millones. En los dos años del COVID-19, en el primero creció en un 16.0 % y en el segundo, con un récord histórico de un 26.5 %; aunque ya para el primer trimestre del 2022 comienza a verse una desaceleración en la recepción de remesas, al disminuir un 6.0 % respecto a igual periodo en el 2021, coincidente con el inicio de la normalización monetaria en los Estados Unidos, destacándose el aumento de la tasa de interés en un 0.25 %.

La participación de las remesas en el total de ingresos de divisas de la economía dominicana para el año pre pandémico (2019) fue de un 24.6 % y en el 2021 de un 32.8 %, situándolo en segundo lugar entre los sectores de mayor generador de dólares. En su contribución al PIB para iguales años ha sido de un 7.9 % y de un 11.0 %.

En términos geográficos, el país desde donde provienen más remesas corresponde a Estados Unidos, con un 85.0 % del total, seguido por España con un 6.0 % y luego, Italia o Haití, que compiten con un aproximado de un 1.0 % cada uno. Respecto a las principales localidades receptoras de remesas están el Distrito Nacional con un 33.4 %, seguido por Santiago con un 14.5 % y luego el gran Santo Domingo con un 8.4 %.

De los referidos montos de remesas recibidas por la familia dominicana, la del sexo masculino ocupa el primero lugar, desplazando al sexo femenino. Para el 2017 las mujeres recibían el 55.8 % y los hombres un 44.2 %, sin embargo, a partir del 2019 a la fecha, el sexo masculino ha pasado de recibir un 50.9 % a un 53.9 %, mientras que, el sexo femenino ha bajado de un 49.1 % a un 46.1 %.

Conforme a las estadísticas oficiales, los segmentos poblacionales de reciben la mayor parte de las remesas enviadas es el quintil 5 con el 33.3 %, seguido por el quintil 4 con el 25.3 % y la de menor recepción, la del quintil 1 con el 9.1 %, siendo esta la de más bajo nivel de ingreso en la República Dominicana.

El papel de las remesas, en la perspectiva macroeconómica y microeconómica en el país no presenta dudas, así, además, la recepción de las transferencias se realizan a cero costo para la economía dominicana y el gobierno, esas razones, deben propiciar políticas públicas a favor de los nacionales que quieran regresar amparado a un trato
preferencial, en la calidad de inversionista o como adquiriente de una vivienda.

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