Omar Leonel Fernández Domínguez

Por Charlie Núñez

Omar Fernández es un joven que vio la luz el 5 de diciembre de 1991 sin haber escogido como nadie lo hace en la vida, quienes serían sus progenitores y a qué se dedicaban.

En las elecciones presidenciales del año 1994, últimas elecciones en las que Juan Bosch representó al Partido de la Liberación Dominicana como su candidato presidencial, el padre de Omar fue su compañero de boleta, me correspondió acompañar a éste en muchos escenarios y en mi memoria no recuerdo verle nunca llegar acompañado de un niño a las actividades políticas.

Cuando en 1995, su padre, Leonel Fernández Reyna fue escogido precandidato presidencial, igual estuve ahí desde la primera salida a los recorridos que le llevaron a ser el candidato electo con un 96% de los votos emitidos, igual, no recuerdo haber visto a ese niño.

Omar tendría 5 años de edad cuando su padre se convierte en presidente y 9 cuando salía del Poder, le faltaron casi 4 meses para cumplir los 13 años al retornar su padre a ocupar la primera magistratura del Estado y 21 a su salida en el 2012.

Este país nunca escuchó un escándalo que vinculara al adolescente y posteriormente joven Omar Fernàndez hijo del presidente.

La aparición de Omar en la palestra pública ocurre cuando se anuncia su aspiración a diputado por la circunscripción 1 de la capital, que según tengo entendido, alguien planteó llevarlo en la boleta nacional y él planteó que no quería un regalo, que iba a ganar su diputación en las calles.

Electo diputado, sin importar la razón Omar nunca dejó las calles, ya no de la circunscripción sino de la capital.

Un joven sencillo, de sangre liviana, de respuestas rápidas, sincero, y otras tantas cualidades que sumado a su trabajo lo sitúan en la posición que está.

Omar forma parte de una nueva generación de políticos que ha decidido trillar el camino de la decencia y el servicio.

Lo  hemos medido para la senaduría desde hace un par de años y sus números nunca han bajado de un sólido primer lugar, lo que ha puesto nerviosos a ciertos personajes de la cavernícola política.

Se acerca la hora de la verdad y los que engañaron y pretenden seguir engañando no les queda otro camino que aceptar su realidad y estar conscientes de que se acaban de comer su último cerdo asado desde la comodidad que obstentan pagada por el pueblo.

Con ataques o sin ataques Omar será senador de la capital.

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