ONU manipula inestabilidad haitiana

 J.C. Malone

El viaje en auto de dos ministros, de Cabo Haitiano a Puerto Príncipe, y el mercado binacional de Dajabón, demuestran que en Haití no hay “caos generalizado”. La nación está estable y funcional, los campamentos de “refugiados haitianos” en la República Dominicana, son absolutamente innecesarios.

El mercado binacional de Dajabón funciona normalmente, los haitianos llegan, venden, compran, y retornan. Con “caos generalizado en Haití”, pedirían asilo, pero regresan porque tienen a quien venderle los productos dominicanos.

La ministra de Justicia de Haití, Emmelie Prophète, y el canciller Víctor Généus, aterrizaron en Cabo Haitiano, llegaron en la aerolínea bandera nacional haitiana, Sunrise Airways.

Los dominicanos, incapaces de administrar una línea bandera nacional, deben “refugiarse” en Haití para aprender sobre administración de aerolíneas.

Los haitianos son eficientes administradores, mantienen una aerolínea funcional, recién le pagaron $500 millones a Venezuela, pero no pueden garantizar el orden interno; resulta incongruente, “altamente sospechoso”.

Entre Cabo Haitiano y Puerto Príncipe, los ministros viajaron en autos casi seis horas, más que de Higüey a Montecristi, sin inconvenientes, tienen “seguridad vial”.

El “caos generalizado en Haití” es una falacia.

La verdad

La capital haitiana, Puerto Príncipe, sufre violencia generalizada por momentos, sus residentes huyen a otros pueblos.

Si en Santo Domingo llegara ese caos, los capitaleños huirían a otros pueblos, como hicieron durante la revuelta de abril del 1965.

Pueden huir a lugares lejanos de la capital, Mole Saint Nicolas, La Croix o Bombardopolis al noroese, están a siete u ocho horas de Puerto Príncipe.

A nueve horas al oeste de la capital, está Les Irois, Les Anglais, Dame-Marie, Abricots y Jeremie.

¿Discrimina la ONU?

Colombia sufrió 64 años de inestabilidad total, desde que asesinaron a Eliécer Gaitán, en 1948, hasta el acuerdo de paz del 2016.

La ONU nunca pidió que Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela y Panamá aceptaran “refugiados” colombianos.

En la película “Hombres armados”, una familia colombiana deambulaba de monte en monte, porque “hombres armados”, soldados, guerrilleros o paramilitares, siempre los desplazaban.

La inestabilidad colombiana fue magistralmente documentada por el inmenso Gabriel García Márquez en “Noticia de un secuestro”, pero nadie en la ONU lo leyó.

La ONU nunca declaró a los colombianos “refugiados”, y no los discriminó, “bajo nueva administración” la agencia sigue nuevas directrices.

Destino ineludible

La ONU y sus agencias son organizaciones “inter-gubernamentales”, también “no gubernamentales”, aceptan donaciones y eso cambia todo.

La élite globalista, del Foro Económico Mundial (FEN), le dona muchos millones a la ONU, quien paga manda, eso lo sabemos, así secuestraron su agenda.

El FEN promueve liberalizar la migración, la ONU presenta el “Pacto Migratorio”, Estados Unidos tiene millones de “refugiados”, globalizarán eso.

Los líderes políticos están al servicio de los empresariales que ganarán más con los “refugiados”, aumentarán su mercado de consumidores.

La única patria del capital es la ganancia, los únicos principios de los políticos son la conveniencia, en nuestro destino inmediato, ineludible, impondrán algo contra nuestra voluntad.

Primero tendremos los campamentos de refugiados, “no saldrán de ahí”, dirán; después caminarán libremente por el país, “sin discriminación”, como en Estados Unidos.

El presidente Luis Abinader y la vicepresidenta Raquel Peña, empresarios, miembros del FEN, “se oponen” a recibir refugiados haitianos, hasta ahora, ya aceptaron venezolanos. Sus palabras actuales son irrelevantes, lo que hagan si son reelectos, será lo que contará para la historia.

Cada año, ellos peregrinan hasta Davos, Suiza, se postran ante el altar de la FEN, como “ofrendas” llevan “pruebas de fe”, avanzando la agenda. La ley del DNI es buen ejemplo.

El candidato opositor más prominente, el ex presidente Leonel Fernández, no está contra los refugiados haitianos, “condicionó” su recibimiento.

Para el liderazgo arrodillado oponerse a los poderosos es “inconveniente”. Quien no quiera aceptar refugiados haitianos, debe cambiar los líderes tradicionales por nuevos liderazgos, no hay otra alternativa.

La clase política y empresarial acepta que los campamentos de refugiados son un “destino ineludible”, pero el pueblo los rechaza, ¿si “demos” no tiene “cracia”, ¿seguimos en “democracia”?

Listín Diario

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