Países sudamericanos buscan en cumbre de Brasilia alcanzar objetivos comunes
BRASILIA 29 mayo — El presidente brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva invitó el martes a los mandatarios sudamericanos a limar sus asperezas para encontrar puntos de unión que fomenten la integración y sitúen a la región como un actor de relevancia en el escenario mundial.
“Mientras estemos desunidos no haremos de Sudamérica un continente desarrollado en todo su potencial. La integración debe ser un objetivo permanente. Dejar que las divergencias se impongan sería muy costoso, además de desperdiciar lo mucho que ya hemos construido juntos”, dijo Lula al abrir una cumbre en el Palacio Itamaraty, en Brasilia.
A la cita asisten los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela. Por parte de Perú acude Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros.
El dirigente izquierdista brasileño empleó una metáfora futbolística para destacar las posibilidades de lograr una unión armónica en el subcontinente.
“Incluso en el fútbol, un deporte que aprendimos a amar de niños, es posible ver el retroceso de las rivalidades. El año pasado vivimos algo impensable: brasileños alentando a Argentina en la final del Mundial de Qatar”, dijo sobre el campeonato del mundo ganado por el eterno rival de Brasil.
El mandatario brasileño sostuvo además que “la candidatura conjunta de Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina para organizar la Copa del Mundo de 2030 es tal vez la expresión más acabada de nuestra capacidad de cooperar más allá del campo de fútbol”.
La reunión de mandatarios de los países de América del Sur fue convocada por Lula, quien intenta afianzar su liderazgo regional luego de su regreso al poder en enero.
Los dirigentes procurarán identificar un conjunto de iniciativas de interés inmediato en las áreas de salud, combate a los delitos transnacionales, defensa, integración física y transición energética, indicó el gobierno brasileño.
El presidente de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, dijo a periodistas a su llegada a Itamaraty que la cita “tiene que ver con clarificar” el papel que tiene la región en un mundo atravesado por distintas crisis. “Supone debatirlo, llegar a consensos y buscar una voz unificada de Latinoamérica en el mundo”.
Petro destacó los avances que se podrían lograr con “la interconexión eléctrica de toda América y el cambio de deuda pública por acción climática, que sería el primer gran salto hacia delante en una verdadera lucha contra la crisis climática, que es el verdadero problema de la humanidad”.
Luego de una reunión bilateral la víspera, Lula y su par venezolano, el populista Nicolás Maduro, instaron a que la cumbre no saque a relucir las diferencias ideológicas entre los distintos gobiernos, sino que ayude a encontrar intereses comunes.
La definición de una agenda de objetivos se topa con las distintas necesidades y realidades de los países, algunos de los cuales sufren crisis políticas y económicas o mantienen desacuerdos.
La convocatoria regional se produce cuando el gobierno de Maduro sigue generando cuestionamientos en la región, fuerzas de izquierda y centroizquierda gobiernan en varias naciones y la derecha está en el poder en otras o asoma como una alternativa política, lo que podría dificultar el intento de mejorar la cooperación.
Lula convocó a la cumbre un mes después de anunciar en abril la reincorporación de Brasil a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el foro que ayudó a crear en 2008 junto a otros colegas izquierdistas y del que una década después su antecesor, el derechista Jair Bolsonaro (2019-2022), se alejó por considerarlo inútil y abocado a arropar al populismo en Venezuela.
Colombia, Chile, Paraguay, Argentina, Ecuador y Uruguay fueron otros países que suspendieron entre 2018 y 2020 su participación en el bloque argumentando que estaba basado en alineamientos político-ideológicos y carecía de una secretaría operativa.
Según la perspectiva de varios países, esta no es una cita para reflotar Unasur, sino que busca poner el acento en la cooperación en áreas específicas y avanzar en términos flexibles y pragmáticos.
Lula consideró que ese bloque “sigue vigente” porque “siete países siguen siendo miembros plenos”, en referencia a Argentina, Bolivia, Brasil, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
“Es importante retomar el proceso de su construcción. Pero al hacerlo es esencial evaluar críticamente lo que no ha funcionado”, indicó el dirigente brasileño, quien apuntó que las decisiones de Unasur sólo tendrán legitimidad si se adoptan y aplican democráticamente.