Por amor al PLD (2)

Por charlie Núñez

En 1975, Orlando Martínez, un hombre comprometido con las luchas del pueblo dominicano a través del Partido Comunista Dominicano, y con su pluma uno de los más fuertes críticos de la represión y persecución política de los 12 años del doctor Balaguer, cae asesinado producto de las contradicciones policiales y militares con mucho poder en el régimen.

Los organismos responsables de la investigación, quisieron aprovechar algunas críticas realizadas por Orlando al profesor Juan Bosch, aparentemente por recelos por el acercamiento de Don Juan con el comandante Fidel Castro, para involucrar al comandante Norge Botello, Diomedes Mercedes (ex PCD en ese momento) y Cheché Luna, dirigentes del PLD, en la muerte del periodista.

El PLD defendió sus dirigentes
1- Eran sus dirigentes
2- Sabía que eran inocentes
3- De haber tenido responsabilidad no actuaban por cuenta propia
4- De cometer un delito para beneficio personal sin duda alguna hubieran sido expulsados.

La Sociedad dominicana nunca nos gritó asesinos por esa falsa acusación.

El partido morado llega al Poder veintitrés años después de fundado, gobernó por cuatro años con pocas acusaciones, algunas de corrupción que el tiempo se encargó de aclarar.

Es en el 2017 cuando al PLD se le complica la situación con la aparición en el escenario del movimiento social “Marcha Verde”, conglomerado del que la gente habla y pocos recuerdan las consignas levantadas por ellos y quienes se movilizaron ahí, buena parte de ellos hoy facturando al gobierno sus servicios prestados.

El principal tema era Odebrecht, pero las acusaciones eran de todo tipo, aunque aparecían los rostros de Hipólito, Leonel, Danilo, Quique, Miguel, entre otros, los cerebros que sabían muy bien lo que perseguían, se concentraron en un ataque directo al PLD acusándolo de corrupto.

Para nadie es un secreto que cuando el Partido de la Liberación Dominicana ha estado en el poder, éste ha sido sustituido por el gobierno, desde el último hasta el primero de los funcionarios de alto nivel, influían más en la estructura partidaria que todos los méritos acumulados, el partido estaba anulado.

Con la embestida del principal partido de oposición, aliado con una parte de los partidos, de los empresarios, del movimiento social y sectores desconocidos en ese momento, el PLD sorprende con dos de los mejores inventos políticos, dividirse y llevar un candidato que no estaba en la competencia, la gloria sea de Dios.

Éramos mucho y parió la abuela, más de medio país acusando a los peledeistas de ladrones, el PLD sin voceros y los que los sustituyen, entiéndase el gobierno, callados dejándose meter los pelos pa’dentro, permitiendo que lo posicionen como un abanderado de la impunidad.

El resultado al 2020 es conocido y ahí es que comienza el mambo, los peledeistas marcados todos ladrones, aunque se pueden contar con los dedos de las manos los dirigentes sometidos, ni uno condenado y nosotros guardando silencio con el tema corrupción.

No me canso de repetir, el PLD es un partido de gente honesta que tiene voceros que no le han defendido como merece, porque las acusaciones no son ni deben ser al partido, el PLD no tiene un solo expediente en la justicia, si alguien metió la pata y se ligó con gente que no debió, la organización no es la que debe pagar el precio.

Los hombres y mujeres del partido de Bosch no pueden tener miedo al hablar de corrupción, al contrario, debemos hablar duro para que nos escuchen y claro para que nos entiendan.

Es imposible negar que existe un cuestionamiento ético y moral hacia nuestra organización, también es notorio que nadie quiere plantear el tema, lo estoy planteando.

He sido testigo de las acusaciones de traidor y Leonelista a Carlos Amarante Baret por tocar el tema, en lo particular recuerdo a Carlos siendo leal a Danilo Medina cuando muchos de los que lo juzgan hoy, en el 2007 estaban montando en el carro 90 – 10 y algunos ni siquiera saben que era el 90 – 10.

A Danilo le agradezco que en cada gestión de gobierno se mostró interesado en que se me nombrara, cuando fue presidente me llamó a palacio el 18 de agosto y siempre dije lo mismo, no voy al gobierno, frente a Carlito Pared, pocos días después me preguntó, en qué te puedo ayudar, que tú necesitas? Y le dije lo mismo, no necesito nada señor presidente.

Tampoco aspiro a nada en un gobierno futuro, solo aspiro a que el PLD vuelva a ocupar el lugar que se merece en la sociedad dominicana, por Bosch y los miles de compañeros que ya no están y que partieron de este mundo confiando en su partido y por los millones de dominicanos que hoy disfrutan del bienestar y riquezas generadas por los cinco gobiernos peledeístas.

A salvar el partido tomando las decisiones que haya que tomar aunque nos duela en el alma.

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