PRM: ¿dormido o distraído?

Luis Encarnación Pimentel

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 Como generalmente ocurre con las organizaciones polí­ticas cuando llegan al poder y sus dirigentes -convertidos en funcionarios-se envuel­ven una parte en el disfrute de sus mie­les y los más responsables en las bregas propias del ejercicio público, el PRM ve­nía dando muestras de un gran letargo y de entrar temprano en una etapa de des­gaste. Disfrute o distracción, lo cierto es que el presidente Abinader es el prime­ro en reconocer que el partido gobernan­te que lidera estaba dormido, y que ha­bía necesidad de despertarlo. Por eso, y aunque no sea apellido Jáquez y le atri­buyan el haber dado el “banderazo” para oficializar la apertura de la campaña po­lítica a destiempo, el hombre aprovechó el acto de instalación de los principales directivos del PRM beneficiados con un “bateo y corrido”, para sacudirse, ir a la ofensiva y enviarle algunos lances al cue­llo a la oposición. De ahí lo de que “apor­ten o que se aparten”. Y a riesgo de que a determinados aspectos del discurso del ejecutivo y principal figura del PRM le sa­quen filo los contrarios, como con lo de “no mirar para atrás”, el hombre enten­dió que debía dar el frente y no dejar que los ataques llegaran desde distintos flan­cos, sin hacer resistencia ni exhibir capa­cidad de fuego. Había que dar un golpe de efecto y no parecer cual gallo cansa­do. Desde esa óptica, seria bien pensado el montaje, incluyendo la presencia de fi­guras que siempre están con el que esté (¿). Porque de dar mas largas, la oposi­ción – una parte de ella sin razón y sin au­toridad para sacar la cara – iba a echar­le mano a la cancha y a adueñarse desde temprano del escenario político-electoral. Por cierto, el Jurídico Antoliano Peralta dijo que el PRM no había violado nada al hacer el acto de referencia, como han venido ha­ciendo otros desde hace tiempo, en áreas cerradas o bajo techo. Cierto que en el pais sigue la práctica de estar en campaña todo el tiempo, que implica distracción y una dis­persión de recursos. Pero es realidad de de­rechos y de la democracia que los partidos, aunque deban guardar las formas, tienen que hacer su trabajo y buscar su crecimiento. Pa­ra esto, como para medios tradicionales y pe­riodistas, no puede haber ni inventarse con una ley mordaza. Como hay un punto de ley vigente, y que urge corregir, que dice que los partidos solo pueden “abrir la boca” cuando la campaña este abierta. Algo muy cerrado y antidemocrático, por bien intencionado que fuere el legislador. Por demás, ¿cómo que la JCE no tiene como “controlar” las campañas, a decir de su presidente Román Jáquez? Sí, por el bolsillo, con la retención de los fondos

Publicado en Listín Diario

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