¿Realmente es sobresaliente el desempeño del sector externo?

Ramón Núñez Ramírez

En los discursos oficiales se insiste en el “excelente desempeño del sector externo”. El propio presidente Abinader y las autoridades monetarias lo colocan como un pilar del crecimiento económico. Sin embargo, esa narrativa contrasta con el argumento de las “condiciones adversas del escenario internacional” y podría llevar a conclusiones a los agentes económicos de que la desaceleración es puramente de origen interno.

Durante el acto por el 78 aniversario del Banco Central, el gobernador Héctor Valdez Albizu destacó que las fuentes de divisas “han contribuido a suplir la demanda de moneda extranjera, con lo que la depreciación acumulada del peso dominicano fue de 2.3% a septiembre”.

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No obstante, los datos cuentan otra historia. En los últimos veinte años, la depreciación promedio anual del peso fue de 3.12% en 2004-2012, en 2012-2019 de 4.5% y llegó a 10.1% en 2020, en plena pandemia. Este año, la volatilidad cambiaria ha sido notable, con tres picos, 63.43, 63.38 y 64.53 pesos por dólar en marzo, agosto y octubre, y un mínimo de 59.02 en abril. Aunque la depreciación acumulada fue de 2.3% a septiembre, en octubre ya alcanzaba 5.2%.

Turismo: menos visitantes y menor aporte al PIB

En el turismo, las cifras también invitan a la cautela. Entre enero y septiembre, la llegada de visitantes aumentó 2.5%, menos de la mitad del ritmo del año pasado. Los turistas extranjeros, la verdadera fuente de divisas del sector, apenas crecieron 1.2%. Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea registraron caídas, compensadas parcialmente por los visitantes de Argentina y Colombia.

El aporte del turismo al PIB se redujo de 6.3% en septiembre de 2024 a 3.3% en igual mes de este año, reflejando el menor dinamismo del sector.

Zonas francas e Inversión Extranjera: señales de enfriamiento

Las zonas francas, tradicionalmente motor de empleo y divisas, también muestran signos de fatiga. A septiembre de 2024 crecían 6.5%; este año apenas 1.8%. A la baja en la demanda internacional se suma el arancel de 10% que coloca a República Dominicana en desventaja frente a las maquilas de México.

El ingreso de divisas por exportaciones totales creció 11.7% comparado con 5.3% el pasado año (básicamente por el aumento del precio mundial del oro) y la inversión extranjera directa (IED) aumentó 6.0% este año en comparación con 13% en 2024.

La otra mitad de la historia

La desaceleración no solo afecta a los sectores exportadores. Actividades no generadoras de divisas, como la construcción, también se contraen. Después de crecer 4.5% en 2024, el sector muestra este año una caída de -2.0%, afectado por la reducción de la inversión pública, las altas tasas de interés y el encarecimiento de los materiales.

El resultado es evidente: el PIB pasó de crecer 5.1% en 2024 a 2.2% a septiembre de 2025. Una tendencia que sugiere, más que un tropiezo coyuntural, una reducción del crecimiento potencial del país.

Un estudio del Banco Central publicado en diciembre de 2024 (“Crecimiento Económico y Productividad de la República Dominicana 1970-2022”), como bien apuntó @waynecamard en su cuenta de X, señala que el crecimiento de las últimas décadas ha dependido más del aumento del capital que de la productividad, una advertencia que refuerza la necesidad de reformas estructurales profundas.

El desafío, por tanto, no está solo en superar las “condiciones internacionales adversas”, sino en recuperar la capacidad interna de crecer con productividad y sostenibilidad.

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