Regularización y celofán
Carmen Imbert Brugal
El celofán encubre, pero no impide ver. El color puede distorsionar el contenido que protege, sin embargo, con poco esfuerzo se devela la sorpresa.
Después de la agobiante y exitosa retórica oficial soberanista, acecha lo inminente. Transar para continuar desde cero y dejar atrás todos los intentos fallidos que ninguna caravana de repatriación compensa.
Satisface el efecto producido por el empeño del presidente en los organismos internacionales. La República Dominicana pide y consigue para Haití, empero trastabilla cuando de la política interna se trata.
A pesar de los vítores nacionales e internacionales el rechazo a la aplicación de la Ley General de Migración es palmario. Su articulado es ignorado, a la usanza del momento, como ocurre con otras leyes.
Espanta constatar que los intereses creados y no los de Benavente, no solo desprecian su articulado, sino que les importa nada la imposibilidad de aplicar sus mandatos. Por doquier se escucha el reclamo cohesionado, persistente. Incapaces de motivar la integración de los nacionales a la producción, sin ambages, los representantes de la Asociación Dominicana de Hacendados y Agricultores igual que los representantes del sector construcción y con más disimulo el poderoso sector turismo, demandan la importación de más extranjeros para trabajar, acotejando la validación de la entrada y permanencia.
La fantasía deslumbra, pero no convence. Luego de tanto andar, contar y presumir, asoma otro plan de regularización. Será constancia de fracaso, inventario de recursos desperdiciados y evidencia del temor a la aplicación de la ley para no despertar demonios ni disgustar respaldos.
Vale recordar la rimbombancia de iniciativas que se quedaron en esbozo. En la lista está aquel “Plan Piloto de Ejecución de la Subcategoría Migratoria del Habitante Fronterizo en Pedernales” -2021-que produjo un barullo porque no fue explicado bien y se desconoce si fue descontinuado.
El magnicidio de Moise, la construcción del canal, los arrebatos inútiles para la paralización de la obra, el tráfico de personas, la llegada de parturientas, el auge de las pandillas, los asentamientos irregulares y masivos colocaban al estado en una situación difícil que ameritaba acciones o claudicación.
El 26. X. 2023 fue firmado un “Pacto de Nación por la crisis haitiana” sin más resultado que el discurso. Impresionante y con impacto positivo para la popularidad del mandatario aquel anuncio de repatriar 10, 000 haitianos cada semana, hecho desde el ministerio de Defensa- 2.10.2024-. La desmesura todavía reta la logística para el transporte.
El gobierno reconoció “el exceso de población migrante que se percibe en las comunidades dominicanas”. El plan incluyó la “desarticulación de redes de tráfico humano.
Después de los acontecimientos en FRIUSA, el presidente sorprendió con el anuncio de “15 Medidas para enfrentar la migración ilegal y garantizar la soberanía nacional”. La medida número 13 dispone “la dominicanización del empleo”, ilusión más allá del 80 – 20 con incentivos incluidos.
Indiferentes a lo pautado continúan las demandas. Por eso la sospecha del advenimiento de la regularización. Fácil intuirla, aunque la conveniencia envuelva el plan en celofán. Para evitar suspicacias, las autoridades deben recordarles a los inconformes que existen requisitos legales para validar el trabajo de los extranjeros.
Hoy