República Dominicana reitera su postura sobre Haití en el Consejo de Seguridad de la ONU

Santo Domingo, 23 de abril – La República Dominicana regresó ayer al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para abordar la situación en Haití, reiterando su postura de apoyo, pero también solicitando sanciones más severas para los facilitadores de la violencia y un mayor rigor en la implementación del embargo de armas.

El canciller dominicano, Roberto Álvarez, expresó que aunque la República Dominicana ha mantenido la solidaridad con Haití, no puede ir más allá de sus posibilidades materiales, especialmente si ello pone en riesgo la estabilidad y seguridad del país. «No podemos ir más allá de nuestras posibilidades materiales y, menos aún, adoptar medidas que atenten contra la estabilidad y seguridad de nuestro país, simplemente no lo permitiremos, pídalo quien lo pida», afirmó Álvarez ante los miembros del Consejo.

Álvarez destacó las evacuaciones realizadas a través del territorio dominicano por parte de la ONU, otras organizaciones y más de una docena de países, como parte de la colaboración de República Dominicana en el contexto de caos e inseguridad en Haití. Asimismo, calificó de «inconcebible» que el Consejo de Seguridad de la ONU solo haya sancionado a cuatro pandilleros haitianos, sin identificar y sancionar a los verdaderos financiadores de la violencia.

El canciller advirtió que si no se aplica de forma adecuada el régimen de sanciones establecido en octubre de 2022, y no se toman medidas para detener la violencia en Haití, los actores detrás del financiamiento de las bandas criminales podrían descarrilar el delicado proceso político al que Haití está abocado.

Sobre el recién creado Consejo Presidencial de Transición en Haití, Álvarez destacó que su creación invita a pensar en una evolución favorable de la situación tras semanas de incertidumbre. El canciller espera que el consejo logre pronto la designación de un primer ministro interino y un gabinete de gobierno.

En cuanto al tráfico de armas y municiones que «ahogan» a Haití, el canciller dominicano instó a los países exportadores a tomar medidas efectivas para detener este tráfico ilegal. «Exhortamos enérgicamente a los países exportadores a tomar medidas efectivas a fin de detener este tráfico ilegal hacia Haití», enfatizó Álvarez.

Sobre la crisis migratoria, el canciller afirmó que República Dominicana no cesará las deportaciones de haitianos ni abrirá campamentos de refugiados, ya que el país no puede hacer frente a la cantidad de haitianos que ingresan diariamente. Álvarez explicó que República Dominicana ejerce de «imán» para los haitianos debido a su economía más fuerte en comparación con la de Haití, y aclaró que aunque hay una gran cantidad de haitianos que residen legalmente en el país, no se puede aceptar un continuo ingreso sin control.

Finalmente, Álvarez rechazó tajantemente la posibilidad de abrir campos de refugiados, argumentando que la vida media de un campo de refugiados en el mundo es de 10 a 15 años. Además, el canciller afirmó que el país no tiene intención de renovar permisos de residencia, visados o certificados para solicitar asilo de migrantes haitianos y personas de ascendencia haitiana, una decisión que Estados Unidos señaló como riesgosa para las poblaciones vulnerables en su informe anual sobre prácticas de Derechos Humanos.

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