Rusia siente el aislamiento internacional en el aniversario de su ataque a Ucrania

Viena, 23 feb (EFE).- Rusia ha sido sometida hoy a un tratamiento de aislamiento, boicot y acusaciones de crímenes de guerra por su invasión de Ucrania durante la reunión que la OSCE comenzó hoy en Viena, justo en la víspera del primer aniversario de la invasión.

La presencia de seis delegados rusos sometidos a sanciones por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos está marcando la reunión de invierno de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en la que participan 250 representantes de 52 de los 57 países miembros.

Austria, como país sede de la OSCE, estaba obligada a conceder visados para que los parlamentarios rusos viajaran a Viena, pese a que varios Estados habían solicitado que no se les permitiera participar.

«Los seis rusos (sancionados) no están aquí para dialogar sino para hacer propaganda», dijo a los periodistas Ben Cardin, el jefe de la delegación estadounidense.

Entre ellos se cuentan el vicepresidente de la Duma rusa, Piotr Tolstói, que dijo que había que bombardear Ucrania hasta hacerla retroceder al siglo XVIII, y Leonid Slutsky, que demandó la inmediata ejecución de los prisioneros de guerra ucranianos en Mariúpol.

Ucrania ha decidido no participar en ninguna reunión en la que estuvieran presentes los rusos, pero la delegación eslovaca leyó durante la sesión un mensaje en su nombre.

«Es absolutamente aborrecible la presencia de personas que han pedido públicamente el exterminio físico de los ucranianos en una organización que se supone promueve la paz, la seguridad y la cooperación en Europa», se indicó en ese mensaje.

La presidenta de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, Margareta Cederfelt, ha insistido hoy no sólo en que las normas internas prohíben vetar la participación rusa, sino que los delegados rusos deben escuchar los crímenes de los que se acusa a Rusia.

«Se merecen estar aquí, escuchar cuando parlamentarios de todos los países les dicen que apoyan a Ucrania y que Rusia tendrá que rendir cuentas», afirmó hoy durante una rueda de prensa.

En una sala llena de banderas ucranianas, con docenas de delegados portando lazos con sus colores e incluso con Cederfelt vistiendo de azul y amarillo, la sesión comenzó con un minuto de silencio por las víctimas de la guerra en Ucrania y de los recientes terremotos en Turquía.

La presidenta de la Asamblea Parlamentaria insistió en que esa unión y condena a Rusia es el principal mensaje de esta reunión y que, pese a que los delegados ucranianos no participan, sí están teniendo reuniones con numerosos países que le están mostrando su solidaridad.

El aislamiento de Rusia quedó de manifiesto cuando uno de sus delegados tomó la palabra y numerosos representantes de otros países abandonaron la sala en señal de protesta, mientras varios desplegaban banderas ucranianas.

En las afueras del edificio, varias docenas de manifestantes portaban pancartas acusando a Rusia de ser un Estado terrorista y denunciando que se permitiera la presencia de sus representantes en la reunión.

«No puedo entender por qué necesitamos sanciones si, de todas maneras, los rusos van a ser aceptados en la misma mesa. Como comunidad ucraniana mostramos nuestra posición de que no hay manera de hablar o tener ninguna conversación con terroristas», criticó a Efe Arina Yena, una ucraniana de Kiev que lleva tres años viviendo en Viena.

«Es ridículo que hayan sido invitados», señaló su compañera Anna Pattermann, quien dijo que los delegados rusos no deberían estar en Viena sino en un tribunal respondiendo por la «mayor catástrofe humanitaria del siglo XXI».

Durante la reunión de Viena se va a debatir la posibilidad de un mecanismo que permita suspender algunos derechos de países de la OSCE que hayan violado la soberanía o la integridad de otro Estado miembro, así como los principios de la organización.

Antonio Sánchez Solís

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