Rusia y Ucrania avanzan sus negociaciones pero evitan hablar sobre Crimea y el Donbass (Video)

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Moscú, 30 mar – Las negociaciones entre las delegaciones de Rusia y Ucrania se reunieron este 29 de marzo en Estambul en lo que terminó siendo, a priori, el avance más significativo de las conversaciones desde el inicio de las rondas de encuentros en la frontera entre Ucrania y Belarús a finales de febrero. Sin embargo, en el encuentro entre las partes no se avanzó sobre soluciones a corto plazo en cuestiones clave como el Donbass o Crimea.

Pasaron 34 días desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania y hoy, 29 de marzo, las delegaciones de las partes enfrentadas se reunieron en Estambul, Turquía, en lo que se convirtió en la ronda de negociaciones a priori más fructífera desde el inicio de las conversaciones.

Sin embargo, cuestiones como la soberanía del Donbass, en el sureste ucraniano, o Crimea, anexionada irregularmente por Rusia en 2014, se quedaron en el trazo grueso de la sesión, por fuera del detalle de las conversaciones.

Aunque no se niegan los avances, la desconfianza continúa liderando la escena, como manifestó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en su ya habitual mensaje grabado y divulgado en la web de la presidencia cada final de jornada.

“Sí, podemos calificar de positivas las señales que escuchamos desde la plataforma de negociación. Pero estas señales no ahogan las rupturas de los proyectiles rusos”, mencionó el mandatario, que añadió que “no vemos ninguna razón para confiar en las palabras de ciertos representantes de un Estado que sigue luchando por nuestra destrucción”.

Pese a las reticencias naturales del líder ucraniano, hoy en Estambul se mencionaron cuestiones cruciales para la transición hacia el final de la contienda, que podría pasar por la redacción y firma de un tratado internacional.

En las negociaciones, Rusia exige la neutralidad de Ucrania y su compromiso para que la nación rechace su adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte o a cualquier otra alianza militar internacional.

Además, el Kremlin también reclama que sus vecinos se nieguen a tener bases militares extrajeras en su territorio, así como armas nucleares.

Por su parte, Ucrania, que estaría dispuesta a aceptar esas condiciones, requiere en contraprestación un tratado internacional en el que al menos 11 países le ofrezcan garantías de seguridad en caso de agresión o ataque militar ruso. Sólo de este modo se podría alcanzar un acuerdo, según informó Oleksander Chalyi, miembro del comité negociador ucraniano.

Los países garantes de la seguridad en Ucrania en caso de ofensiva serían, según la delegación de ese país, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido). Y a ellos se sumarían Turquía, Polonia, Alemania, Italia, Israel y Canadá.

«Se podrán adherir otros», añadió David Arahamiya, el líder negociador de la parte ucraniana.

No obstante, aunque hubiera acuerdo entre las partes en conflicto, el recorrido del hipotético tratado internacional no acabaría ahí, ya que los países garantes deberían formalizar su rol como tal y, además, el texto se debería someter a referéndum en Ucrania para que, en caso de aprobarse, este pasara a formar parte de su Carta Magna.

Dicho referéndum sólo se llevaría a cabo una vez se consumase de facto la retirada de las tropas rusas.

Tras el encuentro entre las partes, el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, quien ejerció, junto al presidente Recep Tayyip Erdogan, de mediador, comentó con esperanza que la reunión del martes, 29 de marzo, puede suponer la apertura de una vía hacia la cumbre bilateral entre Vladimir Putin y Volodímir Zelenski.

El presidente turco Tayyip Erdogan saluda a los negociadores rusos y ucranianos antes de dirigirse a ellos, antes de sus conversaciones cara a cara en Estambul , Turquía, el 29 de marzo de 2022.

El presidente turco Tayyip Erdogan saluda a los negociadores rusos y ucranianos antes de dirigirse a ellos, antes de sus conversaciones cara a cara en Estambul , Turquía, el 29 de marzo de 2022. © via REUTERS – MURAT CETINMUHURDAR/PPO

«Podemos decir que los dos bandos se han acercado. Han hecho progresos significativos hoy. Ahora, los ministros de Exteriores de ambos países se reunirán y luego se prevé un encuentro de los líderes», comentó Çavusoglu al término de la sesión.

En esa misma dirección y en el ánimo de mostrar su predisposición el avance de la negociación, el líder de la delegación rusa, Vladímir Medinski, propuso “un arreglo, según el cual la reunión de los jefes de Estado es posible simultáneamente con la iniciación del tratado”.

¿Reducción militar “radical” en Kiev y Tchernihiv?

En medio de las negociaciones, el comité ruso negociador anunció que las tropas del Kremlin limitarían su presión sobre la capital, Kiev, y otras ciudades del país como la norteña Tchernihiv, que lleva días asediada por el ejército ruso.

«A fin de incrementar la confianza mutua y crear las condiciones necesarias para proseguir las negociaciones y lograr el objetivo de consensuar y firmar un acuerdo, Rusia decidió reducir de manera cardinal la actividad militar en torno a Kiev y Tchernihiv», destacó Alexandr Fomin, viceministro de Defensa.

En las horas posteriores al anuncio por parte del Gobierno ruso, Tom Wolters, comandante de la OTAN y jefe del Comando Europeo de EE. UU. (EUCOM), confirmó en la tarde del 29 de marzo ante el Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense que se está produciendo «un cambio de dinámicas» por parte las fuerzas militares rusas en los alrededores de Kiev, que podría implicar un posible repliegue ruso para asentar su posición negociadora.

Sin embargo, las informaciones del Pentágono, la sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos, aludieron en la misma tarde a que Rusia desmovilizó «un número pequeño» de unidades militares en el perímetro que rodea a Kiev, pero descartó que se trate de «una retirada real», pues conserva todavía a «la vasta mayoría» de sus reclutas y su material defensivo en la zona.

«Creemos que es una reubicación, no un repliegue real, y deberíamos estar todos preparados para ver una gran ofensiva contra otras zonas de Ucrania», comunicó John Kirby, el portavoz del Departamento de Defensa en rueda de prensa.

Además, Kirby, dejando patente su escepticismo, comentó que «nadie debería engañarse con la reciente afirmación del Kremlin de que, de repente, reducirá los ataques militares contra Kiev o cualquier otra información de que va a retirar todas sus fuerzas”.

Según el Pentágono, las tropas rusas no se van a retirar de Kiev ni ninguna otra ciudad con el objetivo de salir de Ucrania, sino con el ánimo de reubicarse en otras zonas del país como la región del Donbass, que pasó a ser oficialmente objetivo prioritario del Kremlin desde finales de la pasada semana.

En el terreno, periodistas que trabajan desde la capital ucraniana en la cobertura de la guerra informaron a última hora de la tarde del 29 de marzo que, a pesar de los anuncios del Kremlin, las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en Kiev y que se registraron fuertes estruendos de explosiones durante varias horas.

Por eso, el presidente Zelenski hizo un llamado a no bajar la guardia porque “el ejército ruso todavía tiene un potencial significativo para continuar los ataques contra nuestro Estado”.

Crimea y el Donbass, al margen de los detalles de la negociación

En detrimento de los particulares avances en las conversaciones entre las delegaciones ruso-ucranianas en Estambul, hay materias sensibles que quedaron por fuera de las exigencias iniciales de las partes.

Rusia reclama la neutralidad militar de Ucrania, aunque no impide su entrada en la Unión Europea (más bien los países garantes deben participar activamente en la futura inclusión del país en el club comunitario) y Ucrania exige garantías para evitar ofensivas militares a futuro.

Sin embargo, sobre la soberanía de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk en el Donbass, al sureste ucraniano; o sobre la soberanía de la península de Crimea, que Rusia anexionó de forma irregular en 2014, no hubo ninguna propuesta de solución a corto plazo.

Rusia reconoce como propios esos territorios y avanzó la semana pasada que su defensa y control total es prioridad absoluta del Kremlin; mientras Ucrania quiere recuperar ese mismo espacio porque lo considera parte inquebrantable de su soberanía nacional.

Para no entorpecer las conversaciones en el resto de los puntos, Mykhailo Podolyak, asesor de Zelenski y parte de la delegación negociadora de Ucrania, propuso que el conflicto territorial en el sureste del país se resuelva en un plazo de 15 años, periodo en el que las partes se comprometan a no utilizar la violencia en el terreno.

Sea como fuere, ni Crimea ni el Donbass formarán parte del posible tratado internacional en el que podrían continuar avanzando las partes en conflicto próximamente.

Por el momento, la reunión en Estambul, que estaba prevista que continuara durante el miércoles, 30 de marzo, se suspendió por el avance de las conclusiones durante la primera jornada de conversaciones.

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