Se calienta la pista en el PRM

Rosario Espinal

El 2025 no es un año electoral, ni siquiera preelectoral, pero ya los perremeístas están en precampaña y calientan la pista. Su tiempo a destiempo.

La competencia promete ser dura en el gobernante PRM, que se enfrentará por primera vez al reto ante el cual los partidos dominicanos han fracasado: la sucesión en la candidatura presidencial.

El PRSC prácticamente desapareció, el PRD está muy disminuido, el PLD se debate entre la vida y la muerte, y la FP es una franquicia familiar donde la candidatura se decidirá entre el padre y el hijo.

La competencia en el PRM será particularmente fuerte porque si gana en el 2028, ese será probablemente su último ciclo gubernamental de esta ronda. Ni el PLD que gobernó en época de mayor prosperidad económica logró rebasar 16 años consecutivos.

Eso hace que los aspirantes vean la lucha por la candidatura presidencial como un asunto de vida o muerte, ahora o nunca. Además, estar en el poder facilita la recaudación de fondos para sostener largas precampañas.

La lista de aspirantes que circula en los predios perremeistas es extensa (se ha hablado hasta de 15), y entre ellos hay experiencia de Estado. Cuando avance el tiempo, sin embargo, la lista se irá achicando.

En este momento, las precandidaturas mejor posicionadas son las de Carolina Mejía, David Collado y Raquel Peña.

Carolina representa la corriente que encabeza su padre Hipólito Mejía, es la secretaria general del partido y también la alcaldesa del Distrito Nacional. O sea, ella cuenta con estructura partidaria, experiencia electoral y ejecutiva.

Collado ha construido un perfil de candidato en ascenso desde las posiciones que ha ocupado, cuida celosamente su imagen pública y cuenta además con un importante apoyo empresarial en la capital. Mantiene su distancia de la estructura partidaria, pero ha escalado en la política a través del PRD-PRM: ha sido diputado, alcalde del Distrito Nacional y ministro de Turismo.

Raquel Peña es la vicepresidenta de la República, ha asumido funciones importantes por asignación del presidente Luis Abinader y tiene arraigo empresarial en Santiago. No cuenta con una estructura partidaria ni con un historial electivo propio; por lo cual, para avanzar en sus aspiraciones presidenciales necesita el apoyo activo del presidente.

Aún si no existieran más aspirantes, con estas tres figuras el PRM tiene muchas tareas por delante para pasar exitosamente la prueba de unas primarias confiables que los precandidatos respeten, y así evitar, llegado el momento, el trauma de la división que ha hundido al PRSC, al PRD y al PLD.

Quizás verse en el espejo de esos partidos sirva al PRM para organizarse adecuadamente y gerenciar los conflictos electorales que surgirán ante una competencia feroz por la candidatura presidencial. Y, además, para detener el desenfreno de una precampaña a destiempo.

El costo de fallar sería altísimo tanto para el PRM, que arriesgaría incluso su permanencia en el poder, como para el sistema de partidos dominicano que se quebraría una vez más.

En estos momentos la sociedad dominicana espera eficiencia gubernamental, no ruido electoral.

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