Sectores políticos haitianos barajan crear poder
Puertro Príncipe, 7 marzo – Políticos haitianos empezaron el miércoles a forjar alianzas en medio de una ola de violencia pandillera que obligó a cerrar al principal aeropuerto e impidió el retorno del primer ministro Ariel Henry.
Haití permanece mayormente paralizado, con escuelas y negocios cerrados e intensos tiroteos atribuidos a pandillas que controlan un 80% de la capital, Puerto Príncipe, donde varios cadáveres yacían en las calles. Durante el fin de semana fueron atacadas las dos prisiones más grandes del país, de las cuales se fugaron unos 4.000 reos.
Una nueva alianza involucra al exlíder rebelde Guy Philippe y al excandidato presidencial y senador Moïse Jean Charles, quien dijo a Radio Caraïbes el miércoles que habían firmado un acuerdo para firmar un consejo de tres miembros para gobernar Haití.
Philippe, figura clave en la rebelión que derrocó al expresidente Jean-Bertrand Aristide en 2004, fue repatriado a Haití en noviembre y ha estado pidiendo la renuncia de Henry.
Estuvo varios años encarcelado en Estados Unidos tras declararse culpable de lavado de dinero.
Entretanto, se le preguntó a la embajadora estadounidense ante la ONU el miércoles si Estados Unidos le ha pedido renunciar a Henry.
Avanzar la transición
Linda Thomas-Greenfield respondió que Estados Unidos le ha pedido a Henry “avanzar en un proceso político que conduzca al establecimiento de un consejo presidencial transicional que derive en elecciones”.
Washington cree que es urgente que Henry inicie “el proceso de llevar la normalidad de nuevo al pueblo haitiano”, añadió.
El primer ministro no ha hecho ningún comentario público desde que pandillas empezaron a atacar infraestructura crítica a fines de la semana pasada, mientras él se encontraba en Kenia tratando de impulsar un plan respaldado por la ONU para que policías de ese país africano vengan a Haití a ayudar a combatir la violencia.
Antes de viajar a Kenia, Henry estaba en Guyana en una cumbre del bloque caribeño Caricom, donde el tema de Haití figuraba alto en la agenda.
Presentaron propuestas
Entretanto, un funcionario caribeño dijo a The Associated Press el miércoles que líderes de Caricom hablaron con Henry el martes en la noche y le presentaron varias alternativas para resolver la crisis, incluyendo su renuncia, lo que él rechazó. El funcionario habló a condición de anonimato al no estar autorizado para hablar del tema con la prensa.
Henry llegó a Puerto Rico el martes en la tarde luego que no se le permitió aterrizar en la República Dominicana, donde las autoridades cerraron el espacio aéreo a todos los vuelos desde y hacia Haití. Héctor Porcella, director del Instituto de Aviación Civil de República Dominicana, dijo a reporteros que el avión carecía de un plan de vuelo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana dijo en un comunicado el miércoles que funcionarios estadounidenses y haitianos le contactaron informalmente sobre la posibilidad de que el avión de Henry hiciera una parada indefinida en República Dominicana, añadiendo que el primer ministro en ese entonces estaba en Nueva York.
El gobierno dominicano explicó que dos veces le dijo a funcionarios extranjeros que ello requerirá un plan de vuelo definido.
“Es fundamental destacar que la República Dominicana mantiene la disposición a seguir cooperando con la comunidad internacional para facilitar el retorno de Haití a la normalidad. No obstante, es imperativo que cualquier acción adoptada no comprometa nuestra seguridad nacional”, dijo la cancillería.
Ministro de Granada
Dickon Mitchell, primer ministro de la isla caribeña de Granada, dijo a la AP el miércoles que líderes regionales hablaron Henry el martes en la noche.
“Él es el primer ministro. Él no ha indicado otra cosa, sino que está tratando de entrar a Haití”, declaró Mitchell sin dar más detalles.
Henry fue designado primer ministro con respaldo de la comunidad internacional tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
Cuando trató de regresar a Haití el miércoles, se escucharon disparos en Puerto Príncipe, donde los habitantes temen más estallidos de violencia pandilleril.
AP