Te invito a mi posible sueño

Samuel Luna

Por más de 10 años he pensando en construir mi propio pueblo, para establecer el orden que muchos sueñan pero que muchas veces no pueden obtener por la indisciplina, y la mediocridad del liderazgo político de la República Dominicana. Mi sueño es simple, solo se requiere de una inversión para comprar entre 700 a 1,000 tareas de tierra, estamos hablando entre 400,000 y 630,000 metros cuadrados. Este metraje es suficiente para construir una ciudad como la de Jarabacoa o la de Constanza. Mi meta y mi idea no es crear un proyecto lleno de cemento que refleje una selva sin árboles, es todo lo contrario, crearé un modelo a seguir, un prototipo de micro país, un punto que sirva de atracción para el mundo entero.

Te invito a mi posible sueño, no para pasar de rico a más riqueza, no es para subir de estatus, no es para tener más identidad, es que estoy cansado de hablar de cómo se puede ver la República Dominicana si las cosas funcionaran bajo el imperio de la ley. Mi idea es crear un ejemplo, un modelo y generar hasta vergüenza en aquellos que no han querido ejercer el poder para producir orden, limpieza, seguridad y belleza. En estos metrajes el sueño sería convertir una extensión de tierra con casas para luego ser rentadas, de esta manera ninguna persona podrá romper las reglas que ha continuación veremos. Las cosas funcionan cuando hay visión, leyes claras y existe una cabeza.

Te invito a mi posible sueño, que es más que un sueño; es un modelo de transformación que genere un efecto de copycat. El fenómeno de copycat es una sinergia que produce imitación, es como una especie de contagio. Yo deseo que mi sueño sea contagioso. El copycat es cuando las personas o sociedades imitan una acción. En el caso de la República Dominicana, el copycat se manifiesta en la tiradera de basura y estiércol de perros en las calles, en las playas y en los ríos. Otro efecto de copycat es la contaminación acústica. Decimos copycat porque se repite de manera “normal y natural”, es como un virus. Todo esto se debe a la ausencia de la ley. Otro copycat es la falta de respeto y el no amor al prójimo cuando manejamos. Todo esto fue aprendido y es afirmado cuando no existen consecuencias y castigos. La buena noticia es que el fenómeno copycat también lo podemos revertir hacia lo positivo, lo funcional y lo atractivo.

Te invito a mi posible sueño. Te imaginas una comunidad donde todos vivan en casas rentadas. Las casas no tendrán rejas, aquellas rejas que nos hacen sentir aislados y presos de nosotros mismos. Será un territorio libre de basura; la basura será reciclada e incinerada. La música no afectará a los vecinos, es por eso que no usaremos el término música alta o música baja, eso es muy subjetivo, el que viva en mi ciudad soñada deberá poner música que no pase de 65 decibles. Tendremos farmacia, ferreteria, supermercado, gimnasio, templos para los que deseen ir a misa o a servicio protestante. Claro, tendremos restaurante, heladería, una estación de gasolina, sendero para caminar y montar bicicletas, un parque, una biblioteca virtual, una academia de artes plásticas y de música. Lo bello de todo esto es que todas las personas podrán transitar al lugar que producirá un Copycat de transformación comunitaria. El lugar no es privado pero sí regulado. La idea es crear un micro país. No es un residencial, es un modelo a seguir.

Te invito a mi posible sueño. ¿Tú sabes porqué te extiendo esta invitación? Porque es posible hacerlo en cada comunidad donde vivimos. De hecho, me ahorraría construir esta ciudad modelo, ciudad copycat. Esto será una realidad cuando existan regidores, alcaldes, y demás autoridades con pantalones. Esto será una realidad cuando surjan líderes que sean prácticos y sinceros. Solo bajo el imperio de la ley esto es posible. Por esa razón, EN MI POSIBLE SUEÑO, las casas serán alquiladas, porque donde no hay cabeza, el cuerpo se pierde y no existe un concepto de propiedad. Te invito a mi posible sueño, que es más que un sueño.

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