Tensión militar resurge en el Donbás y aumenta presión sobre desescalada rusa

Kiev, 17 feb (EFE).- La tensión militar resurgió hoy en el Donbás con un intercambio de golpes entre el Ejército ucraniano y las milicias prorrusas, ataques que amenazan con echar por tierra las demandas de desescalada rusa.

Ucrania llamó urgentemente a sus aliados occidentales a «condenar» los ataques rebeldes contra objetivos civiles, uno de los cuales se produjo a escasos kilómetros de la frontera con Rusia.

A su vez, la OTAN alertó contra los supuestos planes del Kremlin de aprovechar el recrudecimiento de las hostilidades en el este de Ucrania como «excusa» para invadir el país vecino.

OBUSES CONTRA CIVILES

Los ataques con mortero y artillería prohibida por los Acuerdos de paz de Minsk comenzaron durante la madrugada y se intensificaron con el paso de las horas.

Los civiles se han refugiado en los sótanos», informó Yevgueni Kaplin, un cooperante humanitario, a la agencia UNIAN.

Según las autoridades, cuatro personas resultaron heridas en la región de Lugansk, dos militares y dos civiles, entre ellas una mujer de 65 años que tuvo que ser hospitalizada.

Pudo ser mucho peor, ya que uno de los proyectiles cayó en un jardín de infancia. Por suerte, los niños se encontraban en la habitación contigua y dos de los profesores únicamente sufrieron una leve conmoción.

Dicho ataque tuvo lugar en Stanitsa Luhanska, donde se encuentra uno de los pocos pasos seguros en toda la línea de separación de fuerzas del Donbás, donde han muerto más de 14.000 personas desde 2014, según la ONU.

También fue alcanzada una escuela-liceo en Vubrovka, cuando 30 estudiantes y 14 adultos se encontraban en su interior, sin que milagrosamente se registraran heridos.

La defensora del Pueblo, Ludmila Denísova, solicitó urgentemente ayuda humanitaria a organizaciones internacionales, desde UNICEF a Save the Children.

Todas las miradas se dirigieron al Kremlin, que apoyó en 2014 la sublevación armada en Donetsk y Lugansk, a cuyos habitantes han concedido en los últimos meses la ciudadanía a marchas forzadas.

Con todo, las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk también denunciaron hoy ataques con mortero contra las inmediaciones de varias de las localidades bajo su control.

UCRANIA, NEGOCIAR SÓLO CON PUTIN

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tachó el ataque, considerado un acto terrorista por los servicios de seguridad de Ucrania, de «gran provocación» durante una conversación telefónica con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Además, se mostró de nuevo dispuesto a reunirse cuanto antes, independientemente del formato, con el presidente ruso, Vladímir Putin, aunque el Kremlin volvió a recomendar hoy a Kiev que hable sobre el Donbás con los habitantes de Donetsk y Lugansk.

«En realidad, ellos no están dispuestos a dialogar con nosotros. Simplemente, no quieren», dijo Zelenski.

Con los que no piensa negociar es con los separatistas prorrusos, aunque Putin se lo ha exigido en numerosas ocasiones.

«No lo haremos. No tiene sentido. Ellos no deciden nada. ¿Para qué perder el tiempo? Pueden disparar y alcanzar una guardería o una escuela (…) Eso es lo que ellos deciden», dijo el mandatario ucraniano.

Además, volvió a criticar los Acuerdos de Minsk, aduciendo que fueron firmados cuando Kiev estaba en posición de inferioridad en el frente y no mencionan ni a la anexionada península de Crimea ni a las tropas rusas emplazadas en la frontera.

ZELENSKI EN LAS TRINCHERAS

Poco después de que se produjera el ataque en el Donbás, Zelenski inspeccionó personalmente la primera línea del frente.

«Estoy orgulloso de vuestro heroísmo. Defendéis la independencia de Ucrania y rechazáis dignamente al enemigo», dijo en su arenga a los militares.

Descendió a las embarradas trincheras, que recorrió a pie, y compartió el rancho con los soldados, a los que esta semana prometió aumentar el sueldo en un tercio a partir de marzo.

También se subió a una lancha guardacostas en el mar de Azov, que Rusia quiere convertir en un mar interior para aislar los puertos ucranianos del acceso al mar Negro a través del estrecho que separa Crimea del continente.

Mientras Kiev demandaba «acciones reales» de desescalada a Rusia, la OTAN acusaba a Moscú no sólo de desinformar con sus anuncios de repliegue militar, sino de incrementar sus fuerzas y aproximarlas aún más a la frontera.

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, fue aún más lejos al denunciar el jueves ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Rusia se propone invadir Ucrania «en los próximos días».

Moscú, que pretendería hacerse con el control de Kiev en una invasión terrestre, busca un «pretexto» para justificar su intervención, dijo, al tiempo que ofreció una rama de olivo a su colega ruso, Serguéi Lavrov, al que propuso reunirse en Europa.

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