Un mayo inolvidable
Juan Ariel Jiménez
Luego de un febrero extraño y un abril histórico, nos llega un mayo inolvidable. Y fue inolvidable no por los resultados electorales, pues lo único histórico de las elecciones de mayo fue el nivel de abstención, sino por el incremento sin precedentes en varias partidas del gasto gubernamental.
En el mes de mayo los pagos relativos a la nómina pública del gobierno central ascendieron a la histórica suma de 27,734 millones de pesos, casi un 20% superior al monto gastado en igual mes del año anterior. A modo de comparación, en los últimos 20 años ningún mayo electoral tuvo un incremento similar en el gasto en la nómina.
Visto de otro modo, una nómina pública de 27,734 millones supera en más de 10 mil millones de pesos el gasto a empleados públicos en mayo 2020, fecha en la que el gobierno ejecutó 17,173 millones en este concepto. Al respecto, este es el mayor aumento en remuneraciones y contribuciones que se haya registrado en período de gobierno.
Curiosamente, una de las entidades que mayor aumento porcentual de nómina ha registrado es el Ministerio de Administración Pública, el cual más que duplicó su pago de plantilla de empleados en estos 4 años. Y esto es curioso, porque la entidad que está supuesta a velar por la correcta administración de la nómina pública predica con todo, menos con el ejemplo.
De forma muy peculiar, los datos del propio gobierno muestran que la partida de “sobresueldos” registró en mayo del presente año un total de 3,172 millones de pesos, más del doble de los 1,582 millones gastados en mayo del año pasado, también significativamente superior a los 1,229 millones de mayo 2020.
En esta partida se observa un despilfarro similar, al punto que en los últimos 20 años nunca un mayo electoral tuvo un aumento similar en los pagos de sobresueldos.
Y como mayo fue inolvidable, había que mostrarlo al público, por eso el gasto en publicidad y promoción fue de 1,056 millones, con lo cual el año electoral de 2024 lleva tres meses con un gasto en publicidad que supera los mil millones de pesos: febrero, abril y mayo.
Más que una “fiesta de la democracia”, lo que ocurrió en mayo fue una “fiesta del despilfarro y el derroche”.
En ese sentido, en el período enero-mayo 2024 ya el gobierno ha gastado 4,175 millones en publicidad y promoción, casi el triple de lo gastado en igual período del año pasado. Superar su propio récord en la “importante industria del ego” es sin duda memorable.
Y como todo momento memorable debe quedar grabado para la historia, no es de extrañar que el gobierno haya gastado 207 millones de pesos en “compra de cámaras fotográficas y de video”, casi 100 veces más de lo que gastó en igual mes de 2023. De hecho, solo en el mes de mayo el gobierno agotó el presupuesto anual de compra de cámaras fotográficas, quizás pensando que todo dominicano querría hacer videos en la “fiesta de la democracia” para subirlo a las redes.
En tal caso, una de las actividades más frecuentes durante la “fiesta de la democracia” fue la rifa de electrodomésticos en actividades de candidatos oficialistas, lo cual llevó al gobierno a gastar 293 millones de pesos en electrodomésticos en apenas un mes, superando incluso los 290 millones gastados en abril del presente año.
Siguiendo la ya común práctica de comparar con el pasado, los datos oficiales muestran que en enero-mayo 2024 el gobierno central ha gastado 657 millones en electrodomésticos, mucho más que los 425 millones del año 2020 completo. Dígase, en apenas 5 meses se han comprado más electrodomésticos que en los 12 meses de años anteriores.
Mientras el gobierno destina 1,056 millones de pesos a la publicidad y la promoción, el gasto en alimentos y bebidas para las personas fue de 979 millones, mientras que el gasto en medicamentos fue de apenas 706 millones. Pero esto no es nuevo, en todos los meses del presente año el gobierno central ha gastado más en publicidad gubernamental que en alimentos y medicamentos. Y es que definitivamente el ego de una persona está por encima de la nutrición y la salud del pueblo.
Algo similar ocurrió con la adquisición de cámaras fotográficas y de video, al punto que en mayo el gobierno destinó 9 veces más recursos en compras de cámaras que en obras hidráulicas, 6 veces más que en obras de energía y 4 veces más que en infraestructura agrícola. Es decir, es más importante tomar fotos que invertir en la infraestructura que transforma el aparato productivo nacional.
Por cierto, es importante señalar que el aumento en el gasto público en el mes de mayo señalado en el presente artículo no puede ser atribuido a la Junta Central Electoral, entidad que apenas ejecutó unos 430 millones de pesos en el mes electoral.
Como se puede ver, más que una “fiesta de la democracia”, lo que ocurrió en mayo fue una “fiesta del despilfarro y el derroche”. Y es que como dice la frase popular: a lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta. Pero como toda fiesta descontrolada genera al día siguiente una fuerte resaca, la resaca del descontrol del gasto público viene por ahí, se llama “reforma fiscal”. Y a juzgar por las estadísticas fiscales, todo parece indicar que ésta sí que será una reforma fiscal inolvidable.
Listín Diario