Una industriosa y ubérrima gestión

Por Juan Llado

El Ministerio Publico ha estremecido la nación con su soberbia acusación en el caso Medusa. No son sus 12,000 páginas, 41 imputados y más de 3,500 pruebas lo que sacuden, sino que por primera vez en la historia de nuestro pais una acusación judicial causa la remoción de un ministro de altísima categoría política. Al casi cumplirse los primeros dos años del presente gobierno, la trascendencia del hecho hace deseable adelantar la evaluación de medio termino de sus ejecutorias.

Con sincera subjetividad, al presidente Abinader habría que darle un A_ y a su funcionariado una B_. Lo primero se justifica por un impresionante y arduo desempeño en medio de una crisis sanitaria sin precedentes y una situación económica calamitosa. Al funcionariado le toca el peor veredicto porque las quejas de los ciudadanos provienen de rispidas insatisfacciones con los servicios de las dependencias estatales. En este limitado espacio se identifican, en un orden de trascendencia, las grandes realizaciones y los más desafiantes retos que quedan pendientes a la obra de gobierno.

La más insigne contribución ha sido un decidido espaldarazo a la institucionalidad. El significativo fortalecimiento de la transparencia de la gestión pública ha sido reconocido por Transparencia Internacional y Budget Partnership ha incluido al pais entre los 10 de mayor avance en transparencia presupuestaria. Pero haber independizado al Ministerio Publico ha sido la medida más trascendente, lo cual ha conllevado al asombroso montaje de un puñado de acusaciones sin precedentes contra el legado de corrupción. Si bien es cierto que las mismas podrían desmeritarse por exhibir cierto sesgo político, no es menos cierto que la batalla contra la impunidad de algunos de los políticos del anterior gobierno era lo que reclamaba a gritos el electorado al votar por el candidato Abinader. Su valiente respuesta a ese reclamo es lo que más enaltece su gestión.

Lo segundo en trascendencia es el notable incremento de la protección social. Una primera medida fue el aumento de 2.3 millones de nuevos afiliados a SENASA y una ampliación del Plan Básico de Salud para los seis millones del Régimen Subsidiado, Jubilados y Pensionados.  Con un 40% de la poblacion calificada de vulnerable y un 25% como pobre, figuran como de igual mérito las medidas de duplicar la ayuda mensual a 1.65 millones de hogares y rediseñar esa ayuda para aumentar las capacidades de los beneficiarios a través de “Supérate”. Por su lado, el Programa Comer es Primero tambien ha reforzado la seguridad alimentaria de las familias más pobres. El activo trabajo de INESPRE y de los Comedores Económicos ha honrado el lema de “Lo primero es comer”. Y la importación a tasa cero de 60 productos de la canasta básica y el programa Siembra RD deben contribuir a mitigar la inflación. De ahí que la FAO haya reconocido que la subalimentación de la poblacion ha disminuido notablemente en los dos ultimos años (pasando de un 8.3% a 6.7%).

Otro gran logro del gobierno ha sido la rápida recuperación de la economía tras la pandemia. Se ha recobrado el empleo y los organismos internacionales estiman la tasa de crecimiento del PIB para este año en un impresionante 5%. A pesar de un entorno internacional hostil el manejo de las finanzas públicas y la política monetaria ha sido apto y las presiones inflacionarias, las cuales no obedecen a factores internos, han sido mitigadas con subsidios a los combustibles. (La estabilidad macroeconómica incluso ha llevado a un fortalecimiento de la moneda nacional frente al dólar.)  El turismo se ha recuperado por la “demanda contenida” y la restauración de la confianza del viajero, pero debe reconocerse que la gestión pública para lograr la seguridad sanitaria fue muy diligente y oportuna. El Fondo Monetario Internacional ha reconocido que “la economía dominicana experimenta un robusto desempeño y no presenta desequilibrios importantes ni problemas de sostenibilidad.” Hasta J.P. Morgan se interesa en nosotros para fines de inversion.

Otro reconocimiento internacional que logró el gobierno por su apta gestión de la pandemia fue el de la Organización Mundial de la Salud (OMS). No solo se contrató oportunamente el volumen de vacunas requeridas, sino que tambien se montó una campaña de vacunación de la poblacion con más de 600 centros en todo el pais. Aunque los afectados por el COVID colmaron los hospitales, nunca faltaron espacios en las UCI y, comparativamente, la letalidad fue baja en comparación con otros paises. Hoy el 55% de la poblacion está totalmente vacunada –con un 30% con las tres vacunas— y la variante Omicron no ofrece un nivel de peligro que amerite confinamiento y otras restricciones sanitarias.

Otro excepcional logro de la presente Administración ha sido el vigoroso fortalecimiento del control del narcotráfico. No hay día que la prensa no reporte un importante decomiso de droga, enalteciendo la actual gestión de la DNCD. El mismo presidente Abinader resalto recientemente que en 20 meses de gestión se había incautado 61 toneladas de drogas, un total igual a lo que se había incautado en los previos 16 años. ElDepartamento de Estado de los Estados Unidos reconoció al gobierno del presidente Abinader por su lucha contra el narcotráfico y otras actividades ilícitas, demostrando “una voluntad política para reducir el flujo de drogas al país”.

La iniciativa más personal del presidente Abinader, por otro lado, ha sido la de emprender el proyecto de desarrollo turístico de Pedernales. Reconociendo el limitado potencial de desarrollo de una región que registra los más altos niveles de pobreza del pais, el mandatario se dispuso a emprender el proyecto de Cabo Rojo. A estas alturas se han dado pasos importantes en materia de estudio y planificación, pero quedan por arrancar las inversiones hoteleras privadas que usen el modelo de la Alianza Publico-Privada. El lanzamiento del proyecto del Puerto de Cabo Rojo con la empresa ITM Group de Mexico deberá atraer a muchos otros inversionistas.

Estos trascendentes logros gubernamentales tienen mucho que ver con el estilo de gobierno del actual mandatario. A Abinader no se le nota ninguna tendencia a la megalomanía ni inclinación por la vanagloria. Parece un hombre entusiasmado con su trabajo que le ha impuesto a su gestión una cercanía a la ciudadanía que raya en lo exagerado. Su capacidad de trabajo es ya una leyenda y algunos le imputan imprudencia porque no toma vacaciones. El estilo, sin embargo, no es responsable de que en el Índice de Chapultepec se le haya mejorado la posición del pais en materia de libertad de expresiónyrespeto por la libertad de prensa en estos dos ultimos años.

Para enfrentar las reformas más desafiantes el presidente Abinader propuso tempranamente una serie de 13 reformas que deben ser consensuadas en el seno del CES con los partidos y la sociedad civil. De importancia medular era la de la modificación constitucional que entronizara la independencia del Ministerio Publico, pero los partidos de oposición dieron al traste con esa intención. Y aunque en algunas de las mesas de discusión se ha llegado a consensos, todavía no ha salido del proceso nada que se haya materializado. Inclusive hay reportes de que “las mesas del CES no están funcionando”. Solo 4 de las 12 han concluido sus discusiones, lo que significa un gran retraso para la obra de cualquier gobierno.

Otra de las más trascendentes reformas pendientes es la del Pacto Fiscal. Es por todos conocido que el nivel de la presión tributaria (14.1% del PIB) no permite la realización de una óptima gestión de desarrollo. Se sabe muy bien que se debe disminuir un “gasto tributario” ascendente a RD$285,000 millones este año y que se debe mejorar la calidad del gasto público, pero la tarea es espinosa e irritante. Sin embargo, el estremecimiento que causó la colación de un borrador de reforma –que pareció provenir del gobierno—hizo sucumbir la intención de abordar la tarea y la misma tendrá que quedarse para el inicio de un nuevo periodo gubernamental.

De una perspectiva similar es la tarea de la Reforma Policial. El gobierno ha demostrado una firme voluntad de llevarla a cabo y los pasos en esa dirección han tenido que vencer muchos obstáculos. Con medidas y decretos recientes se nota que se trilla el camino, pero todavía no se sentirá un cambio fuerte hasta que se eliminen los “policías peluches” y se disminuya el número de generales de la institución. El aumento en la inseguridad ciudadana milita contra estos propósitos, pero la medida de transición del patrullaje mixto es una medida correcta.

Al pais y al gobierno, sin embargo, les queda mucho por recorrer en materia de acceso de la poblacion a las oportunidades económicas y a los servicios públicos. Donde el gobierno no ha podido mostrar señales de gran mejoría es en los sectores la educación y el eléctrico; los escándalos del MINERD han merecido un ardiente repudio de la sociedad civil. Han sido las dos grandes manchas de la gestión gubernamental, y todo porque la politiquería ha doblegado la voluntad de mejoría. El presidente Abinader deberá hacer conciencia de que esas dos grandes lacras son las que más desmeritan su bien intencionada labor presidencial.

Pendiente todavía está la tarea del adelgazamiento del Estado. La Comisión de Liquidación de Órganos del Estado no ha logrado nada en esa área –excepto por lo OISOE– y el pais sigue cargando con una cantidad de dependencias estatales que son inoperantes o están demás. Se sabe que las burocracias no mejoran de un día para otro, pero el desempleo que podría causar la eliminación de algunas dependencias puede ser compensado por el mejoramiento de las labores de otros.

Algunos critican que el gobierno está dominado por “los poppys” del gran empresariado, quienes clavan sus fauces sobre las mieles estatales. Tal caracterización no parece justificada, menos ahora que Medusa ha defenestrado el privilegio. No son los poppys los que impiden que se eliminen odiosas canonjías como las del barrilito y el cofrecito de los legisladores y los vehículos de lujo de altos funcionarios. Tampoco son ellos los responsables de que el escándalo de la Central de Punta Catalina y Odebretch no tenga visos de afrontarse. Pero tarde o temprano tendremos una Nueva Victoria y ahí cabrán muchos de los implicados.

El presidente Abinader merece la A_ y debemos continuar apoyando su gestión porque su obra de gobierno ha sido aceptable. Si logra eliminar algunos de los baches pendientes mencionados podría quedar al abrigo de las simpatías populares y merecer la custodia presidencial en un segundo periodo.

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