Una niña, una abuela y una directora de un campamento murieron en las inundaciones en Texas

Una abuela de un pequeño pueblo que desapareció camino al trabajo. Una querida directora de un campamento de verano para niñas. Una estudiante de primaria de Alabama que estaba lejos de casa. Estas son algunas de los docenas de víctimas de las devastadoras inundaciones en Texas.

Las inundaciones ocurrieron el viernes en el centro de ese estado al desbordarse el río Guadalupe, y dejaron casi 70 muertos, incluidos 21 niños. Las autoridades dicen que las labores de búsqueda y rescate aún están en marcha, incluidas niñas desaparecidas de un campamento de verano.

Tanya Burwick

La última vez que la familia de Tanya Burwick supo de ella fue una llamada telefónica frenética acerca de las aguas de la inundación mientras se dirigía a trabajar en un Walmart el viernes temprano, en el área de San Angelo. Cuando Burwick no se presentó a laborar, su empleador interpuso un informe de persona desaparecida y envió a un colega a buscarla.

La policía que investigaba la desaparición de la mujer de 62 años encontró la camioneta vacía de Burwick completamente sumergida más tarde ese día. Su cuerpo fue hallado a la mañana siguiente a unas cuadras del vehículo.

“Ella iluminaba la habitación y tenía una risa que hacía reír a los demás”, dijo Lindsey Burwick, quien agregó que su mamá era una querida madre, abuela y colega para muchos.

Ella y su hermano Zac indicaron que el día fue especialmente difícil, ya que ocurrió el 4 de julio mientras trabajaban en un puesto de fuegos artificiales que ha estado en la familia por generaciones. A medida que se difundió la noticia de la desaparición de Tanya Burwick, personas de Blackwell, una pequeña comunidad de unas 250 personas, acudieron al puesto, el cual es operado desde un remolque pintado de naranja.

“La gente vino en nuestra ayuda”, narró Lindsey Burwick.

La policía en San Angelo indicó que más de 12.000 casas, graneros y otras construcciones han sido afectados por las inundaciones en la comunidad de aproximadamente 100.000 personas.

“Pedimos que el público siga manteniendo a la familia Burwick en sus pensamientos y oraciones mientras sortean esta desgarradora tragedia”, solicitó el Departamento de Policía de San Angelo en una publicación de Facebook.

Jane Ragsdale

Jane Ragsdale, de 68 años, dedicó su vida al Camp Heart O’the Hills, un campamento de verano para niñas en la región montañosa Hill Country de Texas. Ella misma fue campista y asesora allí en la década de 1970 antes de convertirse en copropietaria. Para la década de 1980 era directora del campamento en Hunt.

“Ella era el corazón de The Heart”, manifestó el campamento en un comunicado. “Era nuestra luz guía, nuestro ejemplo y nuestro lugar seguro. Tenía el raro don de hacer que cada persona se sintiera vista, amada e importante”.

Dado que el campamento no se encontraba en sesión activa, no había niños alojados allí cuando las aguas de la inundación subieron. Las instalaciones del campamento, ubicadas directamente en la ruta de la inundación, resultaron extensamente dañadas y el acceso al sitio seguía siendo difícil, según funcionarios del campamento. Este existe desde la década de 1950.

Los funcionarios del campamento señalaron que Ragsdale sería recordada por su fortaleza y sabiduría.

“Estamos desconsolados. Pero sobre todo, estamos agradecidos”, expresó el campamento. “Agradecidos de haberla conocido, de haber aprendido de ella y de llevar su luz adelante”.

En una historia oral de 2015 para la Comisión Histórica del condado Kerr, Ragsdale —cuyo primer nombre era Cynthie, pero se hacía llamar por su segundo nombre, Jane— habló sobre cómo su padre también era director de campamento y cuánto disfrutaba ella de sus experiencias.

“Amé cada minuto del campamento desde la primera vez que puse un pie en uno”, recordó.

Videos de Ragsdale tocando una guitarra y cantando a los campistas durante una sesión reciente fueron publicados en un homenaje en la página del campamento en Facebook: “La vida es buena hoy. Así que sigue cantando hasta que nos encontremos de nuevo”.

Sarah Marsh

Sarah Marsh, de 8 años y residente de Alabama, se encontraba en el Camp Mystic en Texas, un antiguo campamento cristiano para niñas en Hunt donde varias personas más murieron en las inundaciones. Hasta el domingo por la tarde, 11 niñas seguían desaparecidas.

Marsh era alumna de la Escuela Primaria Cherokee Bend en los suburbios de Birmingham.

“Esta es una pérdida inimaginable para su familia, su escuela y toda nuestra comunidad”, declaró el alcalde de Mountain Brook, Stewart Welch, en una publicación de Facebook. “El fallecimiento de Sarah es un dolor compartido por todos nosotros, y nuestros corazones están con aquellos que la conocieron y la amaron”.

Indicó que la comunidad —donde residen unas 20.000 personas— se uniría para apoyar a la familia Marsh en su dolor.

Sus padres rechazaron una solicitud de entrevista el domingo “mientras lloran esta pérdida insoportable”, le dijo la abuela de la niña, Debbie Ford Marsh, a The Associated Press en un correo electrónico.

“Siempre nos sentiremos bendecidos de haber tenido esta hermosa y vivaz luz en nuestras vidas. ¡Vivirá en nuestros corazones para siempre!”, escribió Marsh en Facebook. “¡Te amamos tanto, dulce Sarah!”.

Rechazó hacer más comentarios.

La senadora federal Katie Britt de Alabama también se refirió a la trágica muerte de la niña.

“Continuamos orando por los seres queridos de las víctimas, los sobrevivientes, aquellos que aún están desaparecidos y nuestros valientes socorristas mientras continúan los esfuerzos de búsqueda y rescate en Texas”, expresó en una publicación en la red social X.

Blair y Brooke Harber

Las hermanas Blair y Brooke Harber, ambas estudiantes de la Escuela Católica Santa Rita en Dallas, habían estado alojándose a lo largo del río Guadalupe cuando el agua se llevó su cabaña, según la escuela.

El sacerdote Joshua J. Whitfield de la Comunidad Católica Santa Rita, que comparte un campus con la escuela, dijo que los padres de las niñas, Annie y RJ Harber, estaban alojados en una cabaña diferente y se encontraban a salvo. Sin embargo, sus abuelos no habían sido localizados. Annie Harber ha sido maestra en la escuela desde hace tiempo.

Blair iba a entrar al octavo grado, mientras que Brooke estaba por comenzar el sexto.

“Honraremos las vidas de Blair y Brooke, la luz que compartieron, y la alegría que trajeron a todos los que las conocieron”, escribió Whitfield en una carta a los feligreses el sábado. “Y rodearemos a Annie, RJ y su familia extendida con la fuerza y el apoyo de nuestra comunidad de Santa Rita”.

La iglesia celebró una ceremonia especial de oración el sábado por la tarde y ofreció asesoría psicológica.

“Por favor, mantengan a la familia Harber en sus oraciones durante este tiempo de profundo dolor”, escribió Whitfield. “Que nuestra fe, nuestro amor y nuestra comunidad de Santa Rita sean una fuente de fortaleza y consuelo en los días venideros”. AP

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