Una tenue luz al final del túnel

 Pablo McKinney

El mundo anda herido de injusticias, con una democracia liberal en crisis, ausente el árbitro global que alguna vez pudo ser la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que, entre otras razones, por el derecho a veto de los cinco países de pasado o presente imperial, ganadores de la II Guerra Mundial, ha terminado convertida en una especie de OEA global.

Pero no cualquier OEA, sino la peor, la que en la segunda mitad del siglo pasado sirvió de vulgar instrumento al Departamento de Estado para imponer dictaduras o derrocar presidentes dignos en toda la América morena o mestiza. Hagan memoria.

Así andaban las cosas en el mundo, cuando el pasado viernes Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto al fuego en Gaza, lo que provocó que el sábado Irán declarara que “mientras Estados Unidos apoye los crímenes del régimen sionista y la continuación de la guerra, no solo es probable que la guerra se extienda, sino también que la situación pueda explotar fuera de control”.

El de Estados Unidos, Israel, Irán y el grupo Hamás, es un conflicto sin inocentes, un “diálogo” entre sordos promotores de la muerte. Mientras Estados Unidos apoya el aniquilamiento del pueblo palestino en Gaza, Irán celebró el ataque terrorista del Grupo Hamás contra Israel, en el que fueron asesinados 1,400 israelíes. Lamentablemente, la respuesta de Israel a este ataque terrorista ha sido la aniquilación de 17 mil palestinos en Gaza, la mayoría mujeres y niños.

Para evitar, controlar y penalizar actos terroristas como estos (el de Hamás en Israel y el de Israel en Gaza -Palestina-) debería existir la ONU, pero no. Mientras en Haití, en Nicaragua o Ucrania la paz mundial se desparrama y crece la muerte, los abusos, como verdolaga.

Menos mal que en medio de esta tolvanera global de llanto y muerte, en nuestro país ha aparecido -allá lejos-, al final del túnel, una tenue luz de esperanza en Seguridad y Educación, con mejorías modestas pero importantes tanto en las pruebas PISA, donde ascendimos por primera vez al lugar 77 y mejoramos en los 22 indicadores que fueron medidos, como en el “Índice de Paz Global” correspondiente al 2023 donde el país pasó del lugar 88 a la posición 83.

Es cierto. Es tenue, muy tenue, la luz al final del túnel, pero alumbra. ¡Avanzamos!

Listín Diario

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