Vladímir Putin: De la victoria militar a la derrota política

Por FREDDY ANGEL CASTRO DÍAZ 

Noventa y seis horas calculó la inteligencia de  Estados Unidos que le llevaría a Rusia la toma Ucrania. Todos los factores tomados en cuenta, debilidad económica de occidente por la pandemia. La marcha política de la líder de Europa Angela Merkel. La salida de Gran Bretaña vía Brexit y su posterior readecuamiento con Europa. La crisis diplomática  entre Estados Unidos y Francia por el contrato para la fabricación de submarinos (AUKUS ) para Australia. Y como Colofón, las Olimpiadas de Invierno  en China que no podían ser empañadas con una acción bélica, era a la vieja usanza -crónica de una muerte anunciada- ¡Pero vaya, qué sorpresa! A ese tablero mundial le faltó una pieza, el dormido, el Rus de Kiev  con sus tribus eslavas orientales, ese que despierta cada cien años, como dijo nuestro Pablo Neruda. El Pueblo.

Eso explica que 600 horas después la resistencia del pueblo ucraniana haya evitado la caída de Kiev, pero en el marco de la situación actual su caída parece inevitable, solo un vuelco insospechado de los acontecimientos lo evitaría. Putin tiene su victoria militar, sin embargo, su equipo recibió un autogol anticipándole una derrota política.

La primera derrota política de Putin es que le ha dado una razón de ser a la OTAN.   Hay una nueva redefinición del llamado Bloque Atlántico y Unión Europea. La existencia de la OTAN , sólo se explica a partir del nuevo bloque geopolítico que   está surgiendo, porque  la OTAN  sin Guerra Fría no tenía  razón de ser para algunos Estados.

La expulsión de Rusia del Consejo Europeo del cual era miembro durante 26 años, se puede expresar como una gran derrota política, esto a su vez con los discursos en los Congresos y Parlamentos del Mundo como: Estados Unidos, Gran Bretaña  y Alemania. Además de las  cumbres mundiales como el Consejo de Europa.

El posicionamiento del liderazgo ucraniano a nivel internacional es de tal manera, que un ataque al palacio presidencial y la muerte Volodímir Zelenki, les fabricaría  a los ucranianos un nuevo padre fundador, un nuevo  Rus de Kiev , para la postmodernidad, iluminado por las candilejas de Charles Chaplin de reflectores  potentes  que alumbran a la comunicación mundial del mundo democrático, dice Zelenki: Nosotros estamos luchando por la libertad, estamos luchando por ustedes, les dice a los europeos y a los estadounidenses.

La convocatoria de  la Asamblea General  extraordinaria de la ONU, que  voto  una resolución de condena de la invasión Rusa a Ucrania, esta   iniciativa obtuvo 141 votos a favor, cinco en contra:  Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Rusia y Siria. Con   35 abstenciones, aunque  la resolución no es vinculante, tiene una  fuerza moral demoledora. Una nota al margen Venezuela no asistió a la Asamblea General.

Esta resolución de condena moral, se traduce una derrota política, Rusia hoy esta más aislada que durante la llamada Guerra Fría, no hay un bloque soviético, el liderazgo comienza a manifestar la existencia de graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario.

De nuevo regresa la carrera armamentista, la decisión política alemana de aumentar su presupuesto en gasto de defensa, por ejemplo, la compra de hasta 35 aviones de combate F35 estadounidenses.  La posibilidad de que la Constitución del Japón sea modificada para permitir restablecer su ejército, la redefinición de la Política de Seguridad y Defensa de la Unión Europea, son consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania.

La necesidad mostrada con la urgencia de la Europa para redefinir su matriz en términos de suministro de gas y petróleo produce un golpe económico estratégico, ante el interés del Consejo de Europa de redefinir lo que son sus fuentes de aprovisionamiento, su interconectividad con los gaseoductos rusos.

La sanciones sobre la economía rusa son poderosas y tienden a cercar, primero a un país que contaba con un gran vínculo con occidente, a través de las principales compañías internacionales, y segundo a mercados seguros que no pueden ser restituidos solo con el mercado chino.

Cuando Putin obtenga su victoria militar, no sé cuál de las condecoraciones preferirá aclamado por el pueblos, esas masas humoradas, la del Águila Imperial, recolocada en la Torre Spásskaya, o la orden de San Andrés. La pregunta que queda para la historia, sin Colofón, sin Candilejas  ¿Valió la pena?

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