Yeni Berenice Reynoso: No pierdan su tiempo, no vamos a callarnos, no vamos a detener ninguno de los procesos por corrupción en curso

Palabras de la procuradora general adjunta y titular de la Dirección General de Persecución del Ministerio Público, al recibir de Participación Ciudadana el “Reconocimiento a la Integridad y la Lucha contra la Corrupción 2022”

Santo Domingo, 12 Dic .- “En el futuro de la lucha anticorrupción, es necesario plantearnos la necesidad de la modificación de la Ley de Compras y Contrataciones, la creación de un equipo de investigación que apoye a los fiscales, un cambio de cultura para entender que corrupción no es sólo recibir dinero, cuando usted deja de investigar a alguien por ser de X partido o sector, usted está siendo corrupto”.

Así se expresó la noche del viernes Yeni Berenice Reynoso, procuradora general adjunta y titular de la Dirección General de Persecución del Ministerio Público, al recibir de Participación Ciudadana el “Reconocimiento a la Integridad y la Lucha contra la Corrupción 2022”.

Reynoso, quien recibió el galardón en un acto realizado por Participación Ciudadana en la Biblioteca Pedro Mir, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ponderó los esfuerzos que realiza el Ministerio Público para llevar ante el banquillo de los acusados a los responsables de robar a los contribuyentes.

En el evento recibió también el “Reconocimiento a la Integridad y Lucha Contra la Corrupción 2022” el procurador adjunto Wilson Camacho, titular de la Procuraduría Especializada de Persecución a la Corrupción Administrativa (Pepca).

Con la distinción a ambos representantes del Ministerio Público, simbolizada mediante una estatuilla que simula una flor de loto, el movimiento no partidista brinda un “estímulo a todos los magistrados fiscales que desarrollan un trabajo tesonero en favor de la justicia y de los más altos intereses del pueblo dominicano”.

Durante el acto, la entidad resaltó que ya en 2016 la actual procuradora general, Miriam Germán Brito, fue objeto de dicho homenaje.

“A pesar de que todavía tenemos muchos desafíos por delante, somos conscientes del equipo que tenemos en la actualidad, al que la procuradora magistrada Miriam Germán Brito le permitió convertir el auditorio de la Procuraduría General de la República en el espacio de investigación”, dijo Reynoso.

“Hoy no tenemos auditorio, pero sí tenemos un fuerte e inédito equipo de investigación”, añadió, al tiempo que ponderaba los esfuerzos de todo el personal del equipo del Ministerio Público concentrado en la lucha contra la corrupción y la impunidad.

También habló sobre la necesidad de solidificar el marco jurídico y de que todos los actores del sistema de justicia y las entidades sociales, como los partidos políticos, asuman sus funciones con la responsabilidad que ameritan.

“No pierdan su tiempo, no vamos a callarnos, no vamos a detener ninguno de los procesos en curso, no vamos a dejar de cuestionar las inconductas que vemos sin importar quién las cometa”, advirtió Reynoso a “quienes pagan campañas de descrédito con el mismo dinero que distrajeron del Estado” y “a quienes presionan para que los procesos no salgan, a quienes amenazan  e intimidan, a los que sacan espacio y comunicados”.

Recordó que al final cada quien tendrá que rendir cuentas de sus actos y “nuestras acciones están a la vista de todos”.

“Quien favorezca por intereses a un corrupto que tenga el valor de verles la cara a sus hijos para tratar de justificar que está  haciendo lo correcto, favoreciendo a un corrupto que ha desfalcado al Estado por miles de millones, mientras que a los pobres acusados por robos y delitos menores les niega lo mismo que le otorgan al acusado de crimen organizado, que le ha robado el derecho de tener un mejor futuro”, dijo.

“Si usted puede vivir y sentirse orgulloso de eso, es su derecho, pero por favor no nos pida que lo llamemos honorable y no nos exija un respeto que usted mismo no se tiene”, sostuvo.

A continuación el discurso íntegro pronunciado por la procuradora adjunta Yeni Berenice Reynsoso:

Palabras de Yeni Berenice Reynoso, procuradora general adjunta y titular de la Dirección General de Persecución del Ministerio Público, al recibir de Participación Ciudadana el Reconocimiento a la Integridad y la Lucha contra la Corrupción 2022

Buenas noches a los miembros del Consejo Nacional de Participación Ciudadana

Buenas noches a su coordinador general Jhoseph Abreu

Y buenas noches a todos los invitados

He estado reflexionando sobre la secuencia de hechos que nos han traído hasta aquí y debo expresar, desde lo más profundo de mi alma, que me siento más que honrada al recibir esta honorable distinción de parte de una organización como Participación Ciudadana.

Esta gratitud no se edifica sobre la base del reconocimiento que recibimos esta noche, ya que en mi caso, la he fundado en el conocimiento directo que he tenido sobre los invaluables aportes que Participación Ciudadana  ha realizado a la institucionalidad democrática del país.

Para poner un ejemplo, en lo que respecta a nuestra institución, dio un paso adelante y un apoyo invaluable, para defender la Carrera del Ministerio Público, en unos de sus momentos más oscuros.

Como ciudadana y servidora pública, no encuentro una fecha más oportuna ni un espacio más idóneo para compartirles algunas reflexiones del sector justicia relativas al pasado, presente y futuro de la lucha anticorrupción en República Dominicana.

La corrupción en nuestro país no es nueva. Eso lo sabemos todos. A pesar de que en las mediciones de cada año quedábamos en los peores lugares de los países con más corrupción, en la agenda de la dirigencia política el tema siempre estaba ausente o solo era utilizado con fines exclusivamente políticos.

Las oficinas de los fiscales no se caracterizaban precisamente por tener como prioridad las investigaciones de corrupción.

Ver un caso de corrupción en los roles de los tribunales era una especie de elefante blanco y cuando solían ser llevados, en alguna excepción, por lo general los imputados terminaban beneficiados con la jurisprudencia de la corrupción, frase que acuñé a partir de la realidad que viví en 2005, en ocasión del caso conocido como “Educación”, y no me refiero a la investigación actual que tenemos en curso.

Reitero: un caso de 2005 que conocí entonces siendo fiscal adjunta en Santiago.

Pero volví a vivir la misma experiencia en 2010, con el caso de Aduanas, y en 2014, con el del exministro de Obras Públicas, en el que el imputado terminó con un archivo y la fiscal terminó siendo acusada.

En todos estos casos hice una búsqueda de la jurisprudencia y el resultado fue decepcionante. Lo que encontré fue una jurisprudencia que en términos generales estaba llena de cambios de criterios, de inobservancia a los estándares de valoración de la prueba y de una irrazonabilidad tan palpable que hacía evidente que el resultado no había sido producto de un error judicial o una justificada variación de criterio del tribunal.

Porque debo reconocer que estos criterios, por lo general, sólo tienen aplicación para el caso de corrupción, no existían antes y no permanecen para otros. Espero que en un momento no muy lejano podamos ser capaces, como sociedad, de hacer un análisis objetivo de esta realidad. No necesariamente en el marco del clásico y el entendible escenario de contradicción que son los tribunales.

Es pertinente preguntarnos: ¿Por qué no nos atrevemos a debatirlo desde la academia o la escuela de Derecho? Quizás porque nos daremos cuenta de que la realidad es que somos unos de los países con leyes sustantivas y procesales más beneficiosas para la corrupción y para eso es suficiente hacer un breve ejercicio de Derecho comparado, por ejemplo, con Colombia, y otros países de la región.

Por las funciones que habíamos tenido dentro del Ministerio Público, desde el 2005 intentamos llevar algunos de los escasos procesos de corrupción que se dejaban en la Fiscalía, ya que es sabido que los casos de corrupción se llevan por una Procuraduría Especializada. Por eso comencé desde muy temprano en mi carrera a sentir lo que implicaba llevar un caso de corrupción: en el Caso de Aduanas.

En ese momento se entendió que era una afrenta atreverme a judicializar un proceso en el que habían hijos de connotados dirigentes del entonces partido de gobierno; nunca olvidaré que unas horas después de haber realizado los allanamientos de ese caso, un alto dirigente político se animó a presentarse a mi despacho de fiscal de Santiago y textualmente me dijo: ´´¿Pero tú no sabes lo que has hecho? ¿Tú sabes a quiénes has allanado?´´  Esto no es un error, es una afrenta imperdonable y tú no tienes la fortaleza ni el arraigo político porque ni siquiera sabes buscar un voto, pero si no solicitas  medidas, quizás yo pueda evitar que el partido no te la cobre´´.

Mi respuesta fue simple: No se preocupe por mí, pero si en algo usted quiere ayudarlos, puede recomendarles que busquen buenos abogados porque nuestra investigación ha recabado muchas evidencias. Cómo sabía el nivel de presión que tenía el caso, opté por subir con mi equipo a la audiencia para el conocimiento de la medida en la que pedimos y obtuvimos 18 meses de prisión preventiva.

Esa conducta de convertir al fiscal en objetivo de los poderosos intereses que muchas veces afectan una investigación de corrupción hoy día sigue vigente, pero con mucho más poder y recursos que los que se tenían para 2010.

Eso es algo que este equipo, bajo la dirección de la procuradora general Miriam Germán Brito, a quien reconocemos y agradecemos, tiene más que claro que, como dijo Ghandi, “no vamos a disculparnos por hacer lo correcto”.

Para el 16 de agosto de 2020, la Pepca era un equipo de apenas seis fiscales, sin recursos y con las manos atadas para investigar la corrupción.

Una realidad que no era novedosa, pero que había, indudablemente, impactado por el hecho innegable de que la corrupción había penetrado al Ministerio Público hasta su más alta instancia, en un vergonzoso entramado corrupto en el que desde adentro se persiguió a fiscales que no accedieron a ser parte de ese esquema.

La corrupción desde el Ministerio Público nos laceró y dañó mucho, pero la hemos reconocido, perseguido penalmente y judicializado conforme a lo que establece el Estado de derecho. Y se sigue investigando, a diferencia de otros que prefieren ocultarla bajo el cliché de que cada cuestionamiento es populismo penal.

Pero tenemos claro que no es populismo penal. Es corrupción y la obligación es detenerla y tomar la medida de lugar; lo otro es complicidad por omisión. El que no quiera que lo cuestionen ni rendir cuentas no puede ser servidor público.

Recientemente cuestionamos a un procesado por qué accedió a pagar soborno y no denunció la extorsión y esta persona respondió: “¿A quién usted quería que le denunciáramos que nos estaban extorsionando y exigiendo un pago de soborno si lo estaba haciendo el propio Procurador General de la República?”

Esto pone de manifiesto que si bien es cierto que todas las manifestaciones de corrupción son terribles para cualquier país, la que viene de la administración de justicia tiene un impacto devastador para toda la sociedad. Cuando el que está llamado a hacer cumplir la ley usa su poder para violarla en perjuicio de los demás se lacera profundamente el objetivo de la justicia.

En la lucha actual contra la corrupción debemos reconocer que el Poder Ejecutivo nunca ha interferido en nuestro trabajo y que de hecho se han establecido recursos especiales al Ministerio Público para fortalecer la lucha anticorrupción.

A pesar de que todavía tenemos muchos desafíos por delante, somos conscientes del equipo que tenemos en la actualidad, al que la procuradora magistrada Miriam Germán Brito le permitió convertir el auditorio de la Procuraduría General de la República en el espacio de investigación. Hoy no tenemos auditorio, pero sí tenemos un fuerte e inédito equipo de investigación.

La forma en que nos hemos trazado estas investigaciones es partiendo de la realidad de que en República Dominicana, en los casos de corrupción, debemos sobreprobar las imputaciones, algo que suma al hecho de que cada caso implica interrogar a cientos de personas, analizar miles de perfiles, rastreos financieros y societarios de cientos de compañías.

Esa es la razón por la que muchas veces nos tomamos un tiempo que algunos consideran excesivo, pero los casos están listos cuando lo están, lo que sí ustedes pueden tener la seguridad es que este Ministerio Público no ha parado una sola investigación ni lo hará.

Quiero pedirles la anuencia a todos los presentes para que me permitan nombrar a algunos de los miembros del equipo de mujeres y hombres que han hecho posible estas investigaciones, aunque las enunciaciones siempre suelen ser injustas:

1.     Mirna

2.     Rosa Alba

3.     Aurelio

4.     Rosa

5.     Rosa Ysabel

6.     Yoneivy

7.     José Miguel

8.     Wagner

9.     Arolin

10.      Elvira

11.       Edinson

12.         Jonathan

13.         Ernesto

14.         Alexis

15.         Marinel

16.         Elizabeth

17.         Jhensy

18.         Andrés

19.         Luisa

20.         Yudelka

21.         Enmanuel

22.         Wendy

23.         Miguel

24.         Carlos

25.         Eduardo

26.         Héctor

27.         Elaine

28.         Sourelly

29.         Miguel

30.         Johanna

31.        Miguel C.

32.        Melbin

33.        Pedro

34. María Olivares

35.    Dimercy

Gracias del alma por el enorme sacrificio, por trabajar sin horario, por muchos días alcanzar a ver el alba en las oficinas o realizando alguna diligencia de investigación, después de decenas de horas seguidas de trabajo. Por poner el objetivo por encima del obstáculo.

Gracias, como ciudadana y como fiscal, y a su familia no solo las gracias: les pedimos comprensión y perdón. Esto no es por nosotros, es por ustedes, es por el país, es por todos…

Porque este equipo ha tenido que cambiar su forma de vida, con quién conversamos, a dónde vamos, con quien nos juntamos, qué hacemos o planificamos en nuestra vida personal… Todo eso se ha visto y seguirá profundamente impactado por este trabajo en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.

Junto a ustedes aspiro a lo que nos dice Joaquín Sabina: ´´Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena´´.

En el futuro de la lucha anticorrupción, es necesario plantearnos la necesidad de la modificación de la Ley de Compras y Contrataciones, la creación de un equipo de investigación que apoye a los fiscales, un cambio de cultura para entender que corrupción no es sólo recibir dinero, cuando usted deja de investigar a alguien por ser de X partido o sector, usted está siendo corrupto…

También ameritamos la responsabilidad de las organizaciones políticas de separar de sus filas a quienes incurran en actos de corrupción y no hacer lo que algunas hacen, de recurrir a la tradicional defensa de tachar las investigaciones con la etiqueta de persecución política: los miles de pruebas que nos esforzamos de buscar en cada caso desmienten sin mayor esfuerzo ese banal argumento y, sobre todo, es necesario entender que la lucha anticorrupción no solo necesita fiscales independientes… quien juzga debe ser imparcial.

Finalmente, quiero decirles a quienes pagan campañas de descrédito con el mismo dinero que distrajeron del Estado… (¡Qué irónico! Atacan con el dinero que debía estar en los hospitales, en los organismos de seguridad del Estado para brindar una seguridad que la sociedad reclama y merece, en las escuelas… En fin, en los lugares y para los objetivos que se ha dispuesto) …A quienes presionan para que los procesos no salgan, a quienes amenazan e intimidan, a los que sacan espacio y comunicados: No pierdan su tiempo, no vamos a callarnos, no vamos a detener ninguno de los procesos en curso, no vamos a dejar de cuestionar las inconductas que vemos sin importar quién las cometas.

Cada investigación, sin reparar en el sector que toque, saldrá a la luz y siempre, como hemos hecho hasta ahora, con verdaderas y profundas indagatorias que desmantelan entramados de corrupción que han distraído miles de millones de pesos del patrimonio de todos, porque el patrimonio del Estado es de todos.

Pueden hacer todas las maniobras que han hecho, pero no van a detener los casos de corrupción. Mientras más acusados manden a su casa, más horas de trabajo dedicaremos a cada uno de las docenas de procesos en curso; mientras más campañas de descréditos paguen, nosotros nos seguiremos esforzando por ser más eficientes.

Al final, cada quien que rinda cuentas de sus actos, nuestras acciones están a la vista de todos, quien favorezca por intereses a un corrupto que tenga el valor de verles la cara a sus hijos para tratar de justificar que está  haciendo lo correcto, favoreciendo a un corrupto que ha desfalcado al Estado por miles de millones, mientras que a los pobres acusados por robos y delitos menores les niega lo mismo que le otorgan al acusado de crimen organizado, que le ha robado el derecho de tener un mejor futuro.

Quizás puedan engañar a los demás, pero posiblemente no puedan engañarse a sí mismos al verse al espejo y saber que, con su decisión, están contribuyendo a un clima de impunidad que daña todo, porque la corrupción es un obstáculo transversal al desarrollo del país y usted, teniendo en sus manos la posibilidad de hacer aquello para lo que juró, lo está utilizando para favorecer la impunidad.

Si usted puede vivir y sentirse orgulloso de eso, es su derecho, pero por favor no nos pida que lo llamemos honorable y no nos exija un respeto que usted mismo no se tiene.

Como dijo Geovanni Falcone, a quien admiro profundamente y un día me gustaría llegar a ser un granito de arena del servidor judicial que él fue:

´´Quien no teme a la muerte muere una sola vez.´´

¡Muchas gracias!

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