Sermón 7 Palabras: El Señor sigue siendo vendido y traicionado
En el tradicional Sermón de las Siete Palabras, del Viernes Santo, la Iglesia católica se pronunció contra el aborto, el robo del erario y el abandono que padecen niños haitianos y dominicanos en las calles del país, entre otros temas neurálgicos.
1 En la primera palabra: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, el monseñor José Amable Durán Tineo condenó enfáticamente el aborto y aseguró que en la actualidad “el señor sigue siendo vendido, humillado, traicionado, escarnecido, golpeado y crucificado en los millones de no nacidos porque han sido cruel y vilmente asesinados en el vientre de sus propias madres”.
Durán Tineo también criticó la ambición de las personas que asumen como suyas las pertenencias del Estado y los calificó como depredadores del erario y evasores de impuestos para tener grandes fortunas.
2 Mientras que en la segunda palabra: “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso”, monseñor Faustino Burgo Brisman llamó a la unión y la acogida hacia los trabajadores informales, siendo estos los más afectados y rechazados en distintos sectores.
“No olvidemos que fácilmente podemos caer en aplicar la filosofía del descarte, el egoísmo y rechazo, que ha contribuido a situar al margen el mercado laboral, a quienes trabajan en el sector informal, a obreros y jóvenes recién salidos de las universidades”, señaló.
Añadió que los mismos no pueden solos y necesitan el clamor de todos para tener oportunidades dignas. “Son los trabajadores los más vulnerables, ya sean estos racionales o no, son ellos quienes realizan el trabajo de las tres dimensiones, peligroso sucio y degradante, en particular muchos de estos trabajadores vulnerables con su familia siguen siendo rechazados, se hace urgente y necesario encontrar salidas dignas que se esconden tras las oportunidades necesarias, no nos hagamos sordos e indiferentes a este clamor, para que ellos puedan escuchar estas divinas palabras”, dijo.
3 En la tercera palabra: “Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre”, el Arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Osoria de la Cruz habló del amor que deben tener los padres con los hijos. Teniendo como ejemplo a María y a la Virgen de La Altagracia.
Todos nosotros los discípulos de Jesús, tenemos que reconocer esa maternidad de María y sentirnos amados y cuidados por ella como sus hijos. Podríamos decir que el mejor regalo de Jesús, nos lo hizo desde la cruz al entregarnos a su Madre como nuestra Madre”, expresó.
4 En tanto que la cuarta palabra: “Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”, monseñor Cecilio Raúl Berzosa Martínez, habló sobre el grito del dolor encarnado en las personas abandonadas.
“Con humildad y respeto confieso que he palpado muchas soledades y abandono en los hermanos dominicanos de hoy. Niños haitianos y dominicanos en barrios como Café de Herrera, niños de las calles e infantes con condiciones especiales no suficientemente atendidos ni siquiera por sus padres”, explicó Berzosa. En su clamor incluyó a los niños ciegos, sordos, o con enfermedades poco comunes; el hacinamiento de presidiarios en las cárceles; a los indigentes, personas que no tienen acceso digno a los centros de salud; los migrantes indocumentados; adolescentes embarazadas y repudiadas, entre otros grupos que sufren calamidades.
5 En la quinta palabra: “Tengo sed” monseñor Ramón Benito Ángeles advirtió a la población sobre el uso excesivo de las drogas, medicamentos recetados, música estruendosa así como el baile descontrolado para encontrar la felicidad.
“Nuestro país vive momentos amargos donde muchos desean escapar de la realidad, por eso tantas personas abusan del alcohol, de las drogas ilegales y de los medicamentos recetados.
Están buscando medicina que cure el alma y la están buscando en lugares equivocados. Buscan en la música estruendosa, en el baile descontrolado y en el vacilón la felicidad, que no encuentran en sus vidas diarias”, expresó Benito Ángeles.
6 Mientras que en la sexta palabra: “Todo está cumplido”, monseñor Jorge Rodríguez aconsejó a aprender a ser humildes, dóciles y pacientes y no envidiar a aquellos que parecen felices de tener todo de manera fácil.
“Cuán bueno y fructuoso es ser humilde, dócil, paciente, cargar con la cruz de esta vida y de ninguna manera envidiar a aquellos que parecen estar alegres en este mundo, dijo Rodríguez. En el discurso, criticó aquellos que aspiran a una vida alegre y exitosa; pero basan su proyecto de vida en el mínimo esfuerzo; y no buscan la superación a través del estudio. En resumen, se refirió a quienes quieren alcanzar el éxito sin esforzarse.
“Les basta tratar de hacerse famosos a través de las redes sociales; o peor aún, buscar el dinero rápido de la droga o el robo; a otros les cuesta permanecer en un empleo porque no les gusta obedecer a otro, muchas veces por pura soberbia; sólo buscan pareja, no quieren un cónyuge con quien compartir toda una vida, porque la vida matrimonial y familiar hasta que la muerte los separe, les resulta algo imposible”, destacó.
7 En la séptima palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, el sacerdote Domingo Legua condenó la burocracia de las instituciones públicas debido al tiempo que pierden los usuarios en búsqueda de los servicios que se ofrecen.
El reverendo hizo referencia a ese estado en que el ser humano se encuentra “perdido”, lo cual no condena, si existe la suficiente madurez para reconocerlo y demostrar el verdadero cambio con las acciones.
“Esto me hace pensar que en la vida no solamente hay gente que se pierde, sino que permanecen perdidos, nunca están donde deben estar, sobre todo algunos servidores públicos”, señaló.
Agregó que hacer una diligencia, por insignificante que sea, supone una enorme pérdida de tiempo y energía en instituciones del Estado. “Aquí no es… vaya usted a tal oficina… el director no está… venga usted más tarde… se cayó el sistema… vuelva usted mañana etc.…” Que grave es no saber estar donde a uno le corresponde”, deploró.