Algo más que unas primarias
En el recuerdo aún persistían las imágenes. El PRM fue un partido cuya partera fue la violencia, la del poder, la de una dirección que en su momento apostó a servir de comodín al gobierno, a costa de aplastar los derechos elementales de la mayoría de su militancia, aunque fuera a sillazos. Para un PLD nacido como antítesis del viejo PRD, la destrucción del “buey que más jala” era una cuestión de vendetta histórica y, de paso, un requisito indispensable para consolidar “la fábrica de presidentes” hasta 2044… y más allá.
Para el PRM, tan importante como organizar unas primarias lo era que quedaran bien organizadas. No bastaba con ser el único partido que realizó la escogencia de su candidato presidencial mediante el voto directo de su militancia, también era importante que el proceso fuera incontestado y transparente.
Al exponerse a ese proceso, subieron las apuestas, pues las críticas vertidas en torno a la confección de su padrón indicaban que las cosas no irían por buen camino, pero ese era el padrón y con él fueron a las primarias; con eso y con un presidente que había bajado la línea de que no se buscaran recursos más allá de los provistos por el partido para la ocasión, no sólo porque era lo correcto, sino porque era una prueba para validar quiénes pueden administrar recursos.
Con sus primarias del domingo, el PRM logró cuatro hitos importantes. 1) Demostró a la sociedad que es un partido de masas organizado que, lejos de relajarse en el poder, se ha fortalecido en términos electorales; 2) Reafirmó su compromiso con la democracia interna, y a ese principio se atuvieron todos los precandidatos presidenciales, aún aquellos que sabían que iban al matadero, porque las primarias, más que una “fiesta de la democracia”, sería un exhibidor público de virtudes partidarias y, en ese escenario, aun perdiendo todos ganaban; 3) Eligió a su candidato presidencial con una mayoría abrumadora que aleja el fantasma de la división que siempre acechaba en ocasión de la celebración de procesos internos; 4) Lo más importante, las primarias fueron un campo de entrenamiento en tiempo real para todos los equipos internos que liderarán los procesos de febrero y mayo; un ejercicio con “fuego vivo” electoral en el cual las estructuras encargadas de organizar y supervisar los procesos de 2024 pudieron validar canales de logística, procedimientos, protocolos y estructuras.
Para Abinader, a lo interno de su partido no existen elementos que supongan amenaza o preocupación y, previsiblemente, los procesos de oficialización de los candidatos en los otros partidos, aunque diferentes, concluirán también sin incidentes. Todo indica que el camino hacia mayo luce despejado.
Listín Diario