Añadir un nuevo antiviral al tratamiento de covid reduce un 30% la mortalidad

Barcelona, 8 jul (EFE).- Un estudio mundial liderado en España por el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona) ha demostrado que añadir un nuevo antiviral al tratamiento actual contra la COVID-19 podría reducir un 30 % la mortalidad en pacientes ingresados.

Según el estudio, que publica hoy la revista ‘The Lancet Respiratory Medicine’, incorporar el anticuerpo monoclonal tixagevimab/cilgavimab al tratamiento estándar actual de la COVID-19, con remdesivir y desametasona, disminuiría la mortalidad en pacientes en estadios graves de la enfermedad previos al ingreso en la UCI.

Este ensayo clínico de fase 3, hecho con pacientes hospitalizados con diferente gravedad pero que no requerían UCI, ha demostrado que esta estrategia es segura y, aunque no acorta el período de recuperación de los pacientes, sí rebaja un 30 % la mortalidad, sobre todo en aquellos pacientes más graves.

PLATAFORMA DE ENSAYOS COVID

El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol e investigador del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, Roger Paredes, es también el coordinador en España de la plataforma de ensayos clínicos de pacientes hospitalizados por COVID-19 llamada ACTIV-3: Therapeutics for Inpatients With COVID-19 (TICO), financiada por los National Institutes of Health (NIH) de EEUU.

Esta plataforma cuenta con la participación de hospitales de todo el mundo, entre ellos cinco de Cataluña (Hospital Germans Trias, al Clínic, Arnau de Vilanova de Lleida, Hospital del Mar y Hospital Vall d’Hebron) y tres de Madrid (Gregorio Marañón, La Paz y Clínico San Carlos).

En concreto, el ensayo evaluó el potencial de una dosis intravenosa única de este anticuerpo en personas hospitalizadas, que no se encontraban en la UCI, a las que también se les administraba otros fármacos ya aprobados y utilizados de forma rutinaria, como el remdesivir o la dexametasona.

Según Paredes, aunque los resultados no demostraron una mejora significativa de las tasas de recuperación, esta nueva estrategia sí llevó a una reducción clínicamente relevante de un 30 % de la mortalidad, sobre todo en pacientes más graves que necesitaban concentraciones de oxígeno más elevadas o ventilación mecánica no invasiva.

Además, a diferencia de anteriores estudios con otros anticuerpos monoclonales que perdían eficacia frente a ómicron, la variante predominante actualmente, la combinación de tixagevimab/cilgavimab mantendría su capacidad de bloquear esta variante del virus en las dosis administradas.

El estudio se ha llevado a cabo en ochenta centros de todo el mundo y, en España, contó con la participación de 150 personas ingresadas en planta convencional y en unidades de semicríticos: 75 en el Hospital Germans Trias y otros 75 en otros hospitales.

Paredes ha destacado que incluir un gran y diverso número de pacientes de todo el mundo es uno de los puntos fuertes del ensayo, que sugiere que los resultados serían ampliamente generalizables al no observarse diferencias en su eficacia o seguridad según la comorbilidad, estado inmunodeprimido, o el estado de vacunación de los pacientes.

El ensayo clínico se ha hecho en coordinación con la FDA y la Agencia Europea del Medicamento, que evaluarán la posibilidad de que este fármaco se convierta en un nuevo tratamiento adicional para la covid en los próximos meses.

«Todo esto nos demuestra que algunos anticuerpos monoclonales, añadidos al tratamiento habitual con remdesivir y dexametasona, podrían contribuir a reducir la mortalidad por COVID-19, sobre todo a los pacientes más graves. Desde la comunidad científica estamos avanzando hacia el uso de tratamientos antivirales combinados con el objetivo de conseguir frenar el virus por el máximo número de vías posibles», ha resumido Paredes.

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