¡Basta ya!

Luis Scheker Ortiz

¡Basta ya!. Mas que sorprendido, anonadado, atónico he quedado al leer un manifiesto aparecido en espacio pagado del periódico Hoy fechado 11 de abril donde privilegiados senadores de la República del Partido Revolucionario Moderno (PRM) dan unánime apoyo a “las decisiones adoptadas por la Comisión Ejecutiva de dicho partido encabezado por su presidente, José Ignacio Paliza y la distinguida secretaria general, Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional que, cito: “han puesto en práctica el centralismo democrático inspirado en los valores de honestidad, justicia, prudencia y respeto a la dignidad humana”.

Esos mismos legisladores (con la honrosa excepción de la Licda. Faride Raful) apoyaron la insólita y vergonzosa propuesta de la sempiterna senadora representante de la provincia de Puerto Plata, Ginnette Altagracia Bournigal, reformista montada en el caballito de PRM, para que el Teleférico de Puerto Plata sea bautizado con el nombre del expresidente de la República Dr. Joaquín Balaguer Ricardo.

Uno se pregunta, sin salir de su asombro ¿Es posible que en tan corto tiempo nos hayamos perdido totalmente la memoria histórica? ¿En qué galaxia se encontraban estos ilustres senadores durante los luctuosos doce (12) años del Dr. Joaquín Balaguer? Ensañado en perseguir, expatriar, encarcelar y brutalmente asesinar a cientos de jóvenes luchadores revolucionarios, como fueron Amín Abel Hasbún, Orlando Martínez Hawley, Goyito García Castro, los Palmeiros, los 7 estudiantes del Liceo, el fusilamiento del coronel Francisco Alberto Caamaño, líder de la Revolución de Abril 1965 y su compañero Eberto Lalane José y tantos otros combatientes de izquierda revolucionaria amantes de la libertad y del decoro, opuestos a todo régimen despótico, civil o militar.

Como señalara con acierto José Rafael Lantigua en su libro La conjura del Tiempo, “en sus ocho (8) años posteriores de Gobierno “el temor reverencial a Balaguer ha dado lugar a una condescendencia perjudicial para la credibilidad y elevación del discurso de oposición. El dominicano, tan propenso al olvido, ha desestimado- y en algunos casos hasta justificado- al Balaguer -gobernante de los tres periodos que fueron 1966 a 1978, para terminar reconociéndole a este dotes y atributos en la mayor parte de los casos, abultados, otorgándole un carácter místico a un estilo que evidentemente no solo supera el ejercicio de sus adversarios,… sino que constriñe, minimiza y violenta probables talentos de los pocos líderes que poseen condiciones para enfrentársele, a la vez que empobrece el ejercicio político cuando obliga, desde una u otra visión, a partidarios y contrarios a comportarse y proyectarse de acuerdo con el canon y acción de Balaguer”. ¡Válgame el cielo!

No conforme con que un aeropuerto y una carretera lleven su nombre que a nadie enaltece, “por respeto a tantos mártires caídos en sus 12 años de Gobierno, este hombre cínico, oportunista que se enorgullece de nunca haber escrito un verso a Trujillo “Benefactor de la Patria”, al igual que el nombre de su líder, el suyo también debe desaparecer.

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