Churchill: “… al precio que sea”
En un momento crucial de la historia de la humanidad, cuando las fuerzas de la tiranía y el odio abrazaban a Europa, la voz y el temple de un gran estadista, Winston Churchill, se levantó sobre el miedo y la desconfianza, y su ronco timbre devolvió al Reino Unido el valor que finalmente hizo posible la destrucción del nazismo.
Cuando todo parecía perdido, con el Ejército británico a merced de las fuerzas de Hitler en Dunquerque, ciudad portuaria en el norte de Francia, Churchill no se dio por vencido. Con la oposición incluso de su gabinete de guerra ideó e hizo posible la operación Dínamo, la más gigantesca operación de rescate jamás realizada, con naves civiles, lo que permitió el regreso a casa de 300,000 soldados, vitales para el esfuerzo de guerra. Su discurso ante el Parlamento inyectó las energías que el pueblo necesitaba para enfrentar la amenaza nazi:
“Llegaremos hasta el final. Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con confianza creciente y fuerza creciente en el aire. Defenderemos nuestra isla, al precio que sea.
Lucharemos en las playas, lucharemos en los aeródromos, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, no nos rendiremos jamás, y si esta isla, cosa que no creo de momento, o una parte importante de ella fueran sometidas y pasaran penurias, nuestro imperio allende los mares, armado y protegido por la Flota Británica, continuará la lucha hasta que, cuando Dios quiera, el Nuevo Mundo, con su poder y su fuerza, venga al rescate y a la liberación del Viejo”.
Hay momentos en la historia en que el carácter, el coraje y la férrea decisión de resistencia de un hombre, marca la diferencia entre el éxito y el fracaso; la victoria y la derrota. Ese gran discurso reforzó la lucha contra el conquistador nazi y salvó finalmente a Inglaterra y al resto de Europa de una de la más terrible tiranía que jamás haya existido.
El Caribe