Cinco iniciativas para reducir el Gasto de Bolsillo en Salud

Por PEDRO LUIS CASTELLANOS 

No basta estar afiliado al Seguro Familiar de Salud (SFS). Lo que el ciudadano realmente recibe, como protección social, según sus necesidades de salud, es lo esencial. El Gasto de Bolsillo (GdeBS) deteriora el “valor” del SFS como protección social.

¿Qué es el Gasto de Bolsillo?

Los Gastos de Bolsillo en Salud (GdeBS) incluyen todos los gastos realizados en el momento en que una familia requiere un servicio de salud. Se considera un indicador de calidad de la seguridad social en salud. Las quejas e inconformidades crecientes traducen las dificultades ciudadanas para acceder a los servicios de forma oportuna y garantizada como derecho, sin pagos onerosos.

¿Tenemos un Gasto de Bolsillo elevado?

Ciertamente. Sin embargo, calcular o estimar el Gasto de Bolsillo reviste dificultades. Generalmente, se carece de registros específicos y hasta de recibos o facturas, o se reciben aportes solidarios de diversas fuentes. Se requiere estimar, a partir del Gasto Privado en Salud obtenido por encuestas, con metodologías relativamente complejas, necesarias para la comparabilidad internacional y el monitoreo.  No todo gasto en salud puede ser considerado G de BS.

Algunas estimaciones, consideran que estaría por sobre el 40 % del gasto total en salud del país. Posiblemente sea menor y varía considerablemente según el nivel de ingreso familiar, pero se considera elevado; superior al de Colombia (20.6%), Chile (27%), Costa Rica (7.7%), Cuba (10%), Argentina (16%), Uruguay (17%) y al promedio de los países de la OCDE (20%).

Estimaciones de la SISALRIL encontraron, hace unos años, que los medicamentos constituyen más del 50% del Gasto de Bolsillo (GdeBS); alrededor del 20 % corresponderían a exámenes y procedimientos diagnósticos y terapéuticos; y, alrededor del 30%, pagos por consultas e internamientos.

¿Cómo reducir el Gasto de Bolsillo?

La complejidad de dinámicas, actores e intereses que confluyen en un GdeBS elevado, requiere abordajes sistémicos, no aislados. A continuación, 5 iniciativas de alto impacto potencial, que podrían ser consideradas, junto a otras, por tomadores de decisiones.

  1. Desarrollar suficiente oferta de servicios de Primer Nivel (públicos y privados) con amplia capacidad resolutiva y calidad, para toda la población, incluidos medicamentos y procedimientos complementarios esenciales, para principales problemas y necesidades de salud de la población, atención integral protocolizada de enfermedades crónicas no complicadas, sin pagos adicionales onerosos. Mejor aún, con enfoque familiar y laboral, por “ciclo de vida”, proactivo, participativo, con énfasis en prevención (primaria y secundaria), y la promoción de la vida saludable.

Requiere financiamiento adecuado por el Seguro Familiar de Salud, y cambio de prioridades para el desarrollo de servicios públicos y privados.  España, por ejemplo, aplica alrededor del 20% del gasto total en salud en Atención Primaria y Comunitaria.  Obviamente, necesitará un proceso de transición por algunos años, con elevación progresiva del porcentaje del PIB destinado a salud y proporciones crecientes destinadas al Primer Nivel.

  1. Para las necesidades de “muy alto costo y complejidad” y frecuencia relativamente baja (cáncer, insuficiencia renal crónica, enfermedades auto inmunes, trasplantes, entre otros), establecer un capítulo especial del Seguro Familiar de Salud, con aportes de la seguridad social y del estado, para toda la población, que garantice la cobertura total o al menos de una alta proporción de los costos, sobre la base de prioridades (y protocolos), con criterio científico técnico, periódicamente actualizadas. Un sistema especial de registro y habilitación (por el Ministerio de Salud) de Prestadores de Servicios de Salud especializados, públicos y privados, específicamente autorizados para este sistema.
  2. Establecer regulaciones para la comercialización de medicamentos esenciales. Algunas, probadas en otros países, incluyen “precios de referencia”, o “bandas de precios de referencia”, periódicamente actualizadas. Obligatoriedad de prescripción médica indicando el principio activo o denominación internacional (aunque pueda señalar simultáneamente la marca de su preferencia). Efectiva política nacional integral de acceso universal a medicamentos esenciales, que fortalezca la disponibilidad de genéricos de calidad garantizada, en todos los expendios del país, públicos y privados. Podría iniciarse con los de mayor demanda, incluyendo los de consumo recurrente, durante largos períodos.
  3. Establecer nuevas modalidades de contratación y pago de los Prestadores de Servicios, satisfactorias para la ciudadanía y los Prestadores, que regulen o eliminen los llamados “copagos”. Regular la incorporación de tecnologías en los servicios de salud, públicos y privados, para reducir el elevado peso de su amortización, en los costos y tarifas, dado el reducido mercado nacional. Este tipo de iniciativas ha sido altamente efectivo en países desarrollados.
  4. Todos los planes pre pagados de aseguramiento en salud deberían que ser registrados y regulados por una sola Superintendencia especializada, la SISALRIL; a fin de evitar manipulaciones de mercado que presionen a adquirir planes “voluntarios”, cobros duplicados por coberturas incluidas en el Seguro Familiar de Salud, riesgos de abusos con tarifas y selección negativa de beneficiarios (“descreme”). Los planes privados “voluntarios” están actualmente bajo la responsabilidad de la Superintendencia de Seguros.

Controlar el GdeBS es necesidad urgente. La SISALRIL ha trabajado técnicamente durante años algunas de estas propuestas. ¡Avancemos!. Antes que sea tarde

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