COP 26

Juan Guiliani Cury

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP 26, que se celebró del 31 de octubre al 13 de noviembre de este año, en la ciudad de Glasgow, Escocia, culminó para muchos en un desastre y para otros en una esperanza de poder cumplir los lineamientos establecidos por el organismo para el cambio climático de las Naciones Unidas de alcanzar el 1.5 grados de calentamiento global. Los que más salieron con desaliento y frustración fueron los ambientalistas que vieron fracasadas lograr acuerdos entre las naciones, como los casos de China y la India, que se negaron aceptar una reducción gradual en el uso del carbón como medio de generación de energía convencional. El carbón está considerado como el combustible más sucio del planeta, aunque su utilización para producir energía continua en muchos países, incluyendo los Estados Unidos y otras naciones desarrolladas. La Conferencia no contó con la presencia del máximo dirigente de la República Popular de China, Xi Jingping, quien se excusó por medio de una transmisión digital a los asistentes al cónclave mundial, que reunió a jefes de Estado y de Gobierno, altos funcionarios públicos, científicos, banqueros, expertos climáticos, activistas ambientales, y otros líderes internacionales. Entre las metas que se persiguen para reparar los daños que ya está causando el calentamiento global se encuentran estos objetivos fundamentales: descontinuar el uso del carbón fósil por fase; detener la deforestación y depredación en bosques ríos y mares; acelerar el uso de vehículos eléctricos; y la de promover inversiones en energías de uso renovables. Sin embargo, dentro de este panorama de frustración y desesperanza, surgió en el ámbito de la COP 26 la denominada Alianza Financiera para el Cero Neto, liderada por un ex gobernador del Banco Central de Canadá y ex alto ejecutivo de la firma de corretaje financiero, Goldman Sachs, Mark Carney, convertido ahora en “enviado especial” de Naciones Unidas contra el Cambio Climático. Carney reunió a más de 450 instituciones financieras globales a ser parte de esta alianza que conlleva un aporte de $130 billones de dólares a ser invertidos en proyectos innovadores de ahorro de energía, y que según el periodista de The New York Times, Christopher Caldwell, “dicha cantidad de dinero es más de los que produce el mundo en un año”.  Se pregunta Caldwell que, ¿Estará el destino de COP 26 en manos de los banqueros, otorgándoles un inmenso poder político, cuando lo aconsejable ahora es la prudencia? ¡Será así!

Comentarios
Difundelo
Permitir Notificaciones OK No gracias