Diplomacia europea de la solidaridad en Haití

Katja Afheldt Afheldt

El pasado 1 de noviembre el Presidente Luis Abinader solicitó a la comunidad internacional, entre otros a la Unión Europea, que actuara con urgencia en Haití. Ante el desabastecimiento de productos básicos y de combustible, y el empeoramiento de la situación de seguridad en el país vecino, la República Dominicana reclama a sus socios internacionales una respuesta solidaria que contribuya a sus propios esfuerzos.

Desde Bruselas hemos aplaudido los esfuerzos y muestras de solidaridad que el pueblo dominicano ha ofrecido a sus vecinos haitianos. La República Dominicana siempre es de los primeros en acudir en auxilio de Haití durante los diferentes terremotos o tras el paso de los ciclones tropicales, brindando toda su ayuda y apoyo en las emergencias. Gracias a los puentes de solidaridad entre las dos naciones, la Unión Europea ha podido agilizar la asistencia brindada.

La Unión Europea lleva más de 30 años cooperando con Haití, al igual que con la República Dominicana. Ambos países participan de los programas de la cooperación europea desde la entrada en vigor del Convenio de Lomé IV en 1989.

A nivel político, la Unión Europea participa activamente en el denominado “Core Group Haiti”, junto con otros importantes donantes y actores internacionales en el país. También participamos en las discusiones en foros internacionales, y en encuentros bilaterales para proporcionar apoyo a Haití y la búsqueda conjunta de la mejor salida a la crisis.

Desde la cooperación, en los últimos 7 años, la Unión Europea ha comprometido € 420 millones (DOP 27,000 millones). De esta cantidad, €130 millones han sido destinados al desarrollo urbano e infraestructuras (más de 120 km de carreteras construidas), €100 millones para seguridad alimentaria y nutrición, €90 millones en educación y €75 millones para la reforma del Estado y modernización de la administración pública. Y todo ello sin contar con los €34 millones destinados en ayuda de emergencia y apoyo durante la crisis COVID-19 entre 2020 y 2021. Pero, además, si a lo anterior le sumamos la contribución de los Estados Miembros europeos, la cifra total asciende a € 1.000 millones (DOP 64.000 millones) en cooperación europea en Haití durante el periodo 2014-2020.

La ayuda humanitaria ha sido otra de las prioridades europeas. Desde 1994, ha distribuido €451 millones para atender las emergencias ocurridas en el país. Uno de los últimos ejemplos de la solidaridad europea en Haití fue la respuesta al terremoto de magnitud 7.2 ocurrido el pasado 14 de agosto, siguiendo los pasos de la República Dominicana. A los €14 millones otorgados al país para hacer frente a la crisis alimentaria y afrontar el problema de los desplazados internos por la violencia de las bandas criminales, Europa sumó €3 millones en ayuda humanitaria, y desplegó 3 puentes aéreos humanitarios que transportaron 177 toneladas de ayuda.

Desde Europa somos conscientes de la amenaza que supone la inestabilidad de un país y sus efectos inmediatos para la República Dominicana, e incluso en toda la región. Por eso, la Unión Europea financia un programa de €5 millones para luchar contra la migración ilegal y el contrabando de armas y drogas, a solicitud del gobierno dominicano. Este programa está destinado al monitoreo de la zona fronteriza entre Haití y la República Dominicana para proporcionar una respuesta parcial a la cuestión migratoria.

Finalmente, no puedo dejar de mencionar la labor que desarrollamos desde la República Dominicana en el programa binacional, con más de €19.5 millones, cuyo objetivo es la promoción de la cooperación binacional entre ambos países. Basándonos en nuestra propia experiencia, queremos brindar a ambos países un aprovechamiento recíproco de sus ventajas competitivas a nivel regional e internacional; y así, conseguir el desarrollo sostenible de ambas naciones. A lo largo de casi veinte años de cooperación, la Unión Europea ha desembolsado más de €60 millones (DOP 4.000 millones) directamente en la franja fronteriza y ha contribuido a fortalecer estructuras nacionales de apoyo a las relaciones binacionales, en diversas áreas como el comercio (construcción de mercados binacionales, mejora de la calidad y competitividad de productos), medio ambiente, gestión de riesgos, desarrollo local fronterizo, infraestructura vial, apoyo a comunidades vulnerables, y dialogo binacional, entre otros.

Gracias al apoyo europeo, la Comisión Mixta Bilateral fue operativa y ha continuado funcionando. Por tanto, hemos contribuido de manera significativa a fortalecer estas estructuras y a crear los canales de comunicación y diálogo necesarios.
Partiendo de nuestra experiencia de integración regional, desde la Unión Europea somos plenamente conscientes de las complejidades, desafíos e interdependencia que configuran la historia de los dos países, con matices propios y un devenir marcado por tensiones cíclicas, pero también por emotivos momentos de cooperación. Por eso, siempre podrán contar con la Unión Europea como socio confiable.

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