Delatores y caminata lunar
Edgar Lantigua
Michael Jackson, figura estelar de la música del siglo XX, controversial astro del pop, marcó hitos para la música de su tiempo. Uno de ellos es el baile conocido como “Caminata Lunar” (Moonwalk), que lanzó al presentar el tema Billie Jean, del álbum Thriller, en 1983.
Moonwalk es el baile en el que parece caminar hacia adelante, pero se desliza hacia atrás, como si una fuerza extraña lo halara en dirección contraria a sus pasos, un estilo que causó furor en su momento.
Por alguna extraña asociación de la memoria, al observar los acontecimientos recientes y el cambio de pies, del señor Ángel Lockward, recordé este modo de bailar; con sus declaraciones del viernes, el exsecretario de Estado, pareció deslizarse en reversa, de lo dicho antes.
Primero dijo que dio dinero a la campaña del PRM, para luego cantar, no claro de luna en una noche oscura, sino que el dinero era para la otra campaña, la del PLD y Gonzalo Castillo. Aún no queda claro si fue que les dio a las dos, como los galleros que “tapan” sus apuestas, o solo a una, tal vez, en el juicio de fondo lo sabremos.
El caso Calamar está armado sobre la base de las delaciones de implicados en la trama, ya suman 13, o algo así, desde que comenzó a cantar hace como dos años, Ramón Emilio Jiménez, Mimilo.
Lo más relevante, con relación a este señor, es que, a pesar de sus culpas admitidas y del dinero que dicen que ha devuelto, no ha sido apresado y no figura en la solicitud de medida de coerción. Su chofer sí está preso. Hay que preguntar: ¿Puede el Ministerio Publico, decidir quien es objeto de estas medidas o debe esto decidirlo un juez?
El premio de salir indemne de un caso de esta magnitud parece, “mucho, con demasiado”. Pero, alguien que ha nadado en tantas aguas, puede saber, como hacerlo sin mojarse.
El tema de los delatores genera dudas a juristas consultados, las Delaciones Premiadas, como se llaman en Brasil y Estados Unidos, son un procedimiento no muy bien definido en el Código Procesal Penal, CPP, aunque se puede acudir al mismo, amparado en figuras específicas de este, implica riesgos importantes para los casos, por las contradicciones en que pueden caer los “arrepentidos”, ¿qué tanto se podrán probar sus alegatos? ¿Qué tanto valor dará el juez a estas declaraciones?
Detalles como el de si una camioneta, modelo F-150, entra o no, al sótano del edificio de fulano, parecen poner en duda, la declaración de un testigo.
¿Qué tan transparente es el procedimiento para obtener estas confesiones? ¿Podría alguno de ellos alegar en el futuro que fue presionado para declarar esto o aquello?
El artículo 370.6 del CPP, establece el criterio de oportunidad, para quienes colaboran en la investigación de un caso, pero también dice que: “En este caso, la aplicación del criterio de oportunidad debe ser autorizada por sentencia del juez o tribunal competente”. ¿Lo ha hecho un juez en el caso de Mimilo y compartes?
¿Por qué las delaciones no han sido suficientes para ordenar la detención de figuras del PRM, como el diputado Sergio Moya, Gory o al director de Titulación, Mérido Torres, a quien doña Milagros Ortiz recomendó pedir una licencia?
En el Caso Calamar, los delatores son, por el momento, las figuras centrales.
¿Conducirán a condenas efectivas de los acusados?
¿Falta por ver alguna otra “Caminata Lunar”?
Un caso así de grande, basado, sobre todo, en pruebas testimoniales, seguirá generando muchas preguntas.