Día de las Personas Mayores: Experta alerta de la normalización del suicidio y la depresión en la vejez
Ana Rodrigo |
Madrid, 1 oct .- Experta en envejecimiento y coautora del primer Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el edadismo, Vânia de la Fuente-Núñez considera que se está normalizando en muchas ocasiones el suicidio o la depresión en los mayores, lo que impide avanzar hacia políticas preventivas que conciencien sobre estas situaciones e intenten evitarlas.
En una entrevista con EFE con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores que se conmemora este domingo, la experta alerta del impacto en la salud física y mental que tienen las múltiples discriminaciones por razón de edad que perpetúan las instituciones, en ámbitos como la sanidad, el empleo, el acceso a la vivienda o los medios de comunicación.
“No pueden acceder a un trabajo, a un préstamo o a un determinado tratamiento médico”, explica esta médico y antropóloga, que dirigió la Campaña Mundial contra el Edadismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el ámbito sanitario, argumenta, se asume que determinadas condiciones o patologías fueran parte inevitable del envejecimiento, no se diagnostican y por tanto no reciben tratamiento. “Muchas veces se normaliza que una persona mayor pueda tener depresión, porque está viviendo un duelo por la muerte de un familiar o un amigo”.
Pero esa discriminación no solo se produce en el diagnóstico y tratamiento, también en la forma de dirigirse al paciente mayor: “A veces el profesional sanitario le pregunta a la persona que le acompaña, cuando obviamente, a no ser que tenga un deterioro cognitivo muy severo, la voz y el voto en su propia salud es del paciente”.
El informe mundial sobre edadismo mostró cómo en el 85 % de los estudios analizados se utilizó la edad para determinar el acceso a los tratamientos (de soporte vital, en unidades de cuidados intensivos).
Y esa exclusión también se da en los ensayos clínicos de fármacos, incluso en los dirigidos a ellos. “Sabemos muy poco acerca del perfil de eficacia y de seguridad de la mayor parte de tratamientos que acaban consumiendo personas mayores”.
“Otro ejemplo; si no te meten en un cribado de cáncer de mama, no habrá detección ni tratamiento precoz y la probabilidad de padecer un cáncer es mucho mayor”, añade Vânia de la Fuente-Núñez.
Más suicidios en los mayores
Las personas mayores de 75 años son el grupo de población que presenta la tasa de mortalidad por suicido más alta.
En 2020, el 51 % de las defunciones por suicidio en España fueron en personas de 55 años o más (741 muertes en la franja 55-64; 509 entre 65-74; y 772 en las personas de 75 o más), afectando sobre todo a hombres.
“El suicidio en la población joven suele ser noticia porque está entre las primeras causas de muerte en la población joven (es poco probable morirse de enfermedades cuando somos más jóvenes), pero las tasas de muerte por suicidio son más altas en la población mayor”, recuerda.
Pese a ello, “muchas veces se normaliza el suicidio en la vejez, como se hace con la depresión”, lamenta esta consultora independiente.
Se subestiman esas tasas de suicidio en los mayores por diferentes motivos, puede ser por temas familiares o también porque en ocasiones resulta difícil determinar la causa de la muerte, “si fue deliberada o se produjo porque tomó demasiada cantidad de un medicamento”. “Al final no se reportan estas muertes como suicidio y no se estudia en profundidad”, argumenta.
“Si no se tienen en cuenta no se hacen campañas dirigidas a los mayores y no se están previniendo los suicidios en la población mayor”, asegura.
Queremos vivir muchos años, pero nadie quiere ser viejo
La experta cree que deberían abordarse estas discriminaciones como un problema de salud pública. “Ayudaría a dar mayor visibilidad, significaría un impulso para la prevención del edadismo y para su abordaje, porque se tendrían más datos, que en España son muy limitados”.
Además de políticas públicas, indica, en los cambios tienen que implicarse los propios mayores, que deben vencer su resistencia a relacionarse con una etapa de la vida de la que en ocasiones se distancian para evitar sufrir el estigma asociado al envejecimiento.
“Hay tanta negación y tanta presión social, como el discurso antienvejecimiento desde la industria cosmética, que no nos paramos a pensar y a proyectarnos en esa etapa de la vida, y un día de repente percibes que ya eres parte de esa población mayor”.
“Al final, esto juega en contra, porque al no asociarte tampoco estás reivindicando derechos ni cuestionando situaciones que estás viviendo”, apunta.
Patrona de la Fundación Grandes Amigos, destaca la importancia de iniciativas de acompañamiento y para fomentar las relaciones entre distintas generaciones. No entiende que haya centros de ocio para mayores y otros para jóvenes y aboga por espacios comunes: “Debe fomentarse un entendimiento y conocimiento mutuo entre generaciones”.
“Sabemos que a partir de los 4 años los niños empiezan a utilizar los estereotipos, según lo que han visto por la calle, en la televisión, en el trato con los abuelos; pese a que vivimos en un mundo con una población más envejecida, tengo la sensación de que cada vez hay menos oportunidades para esos encuentros intergeneracionales”, asevera.
En España, se aprobó hace un año la Ley integral para la Igualdad de trato y la no Discriminación, pero aún quedan muchas medidas sin aplicar, lamenta.
Desea que en un futuro, la conmemoración del 1 de octubre genere tanta movilización como el 8 de marzo, el Día de la Mujer.
Pero también, que dejen de hacer gracia, como ya ha pasado con los comentarios sexistas, los chistes que se mofan de los mayores. “Se te ve muy bien para la edad que tienes, por ejemplo, son microedadismos que parecen inofensivos por teñirlos de humor, pero que esconden estereotipos y prejuicios de la sociedad; y todo cuenta”.