El censo y los nacionalistas

Por BERNARDO VEGA 

En esta época de conspiraciones falsas, tan frecuentes en períodos electorales, ahora un hijo de Marino Vinicio (“Vincho”) Castillo, quien encabeza el ala ultraderechista y anti haitiana de la política dominicana, ha argumentado que existe un complot de Naciones Unidas para utilizar los datos que resulten del censo nacional que cada diez años se hace en todos los países, para otorgar la nacionalidad a haitianos indocumentados radicados aquí.

Los datos del censo no se utilizan en ninguna parte para fines migratorios. Imaginemos que, en Puerto Rico, durante el censo se identifiquen a dominicanos indocumentados para deportarlos. El escándalo sería mayor que aquel en Nueva York cuando inspectores de migración iban a las misas los domingos para apresar a hispanos indocumentados y que provocó una reacción muy violenta del cardenal de esa ciudad.

En nuestro censo se hacen 67 preguntas de las cuales cuatro pudiera pensarse que tuvieran que ver con haitianos. Se pide la cédula y presumiblemente si no se está cedulado se trataría de un extranjero indocumentado, pero hay miles de dominicanos que tampoco la tienen. También se pregunta en que país residió la madre del censado, que bien pudiera ser una dominicana que reside en Nueva York y su hijo está en Santo Domingo. Otra pregunta es en qué año llegó la madre por primera vez al país, lo cual puede aludir también tanto a casos de la diáspora dominicana como de la haitiana.

Finalmente, se le pide al censado que defina su color: si es negro, mulato, mestizo, indio, asiático, blanco u “otro”, dejando al censado identificar otra categoría. También se le permite decir que no sabe o no contesta. Un estudio realizado en los años cincuenta y otro más reciente auspiciado por nuestra a Academia Dominicana de la Historia con el National Geographic evidencia, en base a análisis del DNA en 40 puntos muestrales del país, que una mayoría de los dominicanos somos mulatos, lo que nos convierte en la comunidad mulata más amplia del mundo. En fin, que ningún censo, ni siquiera en la época de Trujillo, ha sido utilizado para identificar haitianos indocumentados. Si lo que se quiere es calcular la cantidad de haitianos residentes en el país habría que actualizar la encuesta que se realizó en el 2004, es decir hace 18 años, que evidenció que en esa época eran 577,000.

Recibamos con alegría y honestidad a los empadronadores para así averiguar cuántos somos, dónde estamos, nuestro nivel de educación, el tipo de vivienda que tenemos y muchos otros datos útiles. Es la primera vez en nuestro país, y posiblemente a nivel mundial, que se sugiere algo tan absurdo con relación al mismo y que es parte de la histeria anti haitiana que predomina entre muchos de nosotros.

Fuente Acento

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