El sobrecalentamiento de la economía 2021, inflación y más

Haivanjoe Ng Cortiñas

Al formular el programa macroeconómico a noviembre del 2020, que sirvió de base para el programa monetario y la formulación del presupuesto para el 2021, se estableció como meta de crecimiento del producto interno bruto (PIB) un 5.0 % y de la inflación en un 4.0 %, posteriormente, a junio del 2021, se reestimó la meta del PIB, elevándola a un 7.5 % y la inflación a diciembre se mantuvo en un 4.0 % para el cierre del año y más recientemente, para noviembre se ajustó al alza la reestimación de junio, proyectando el PIB en un 10.7 % y la tasa de inflación en un 7.50 %.

El contexto de la estimación y reestimación de las metas clave de la macroeconomía, se realizó en un entorno del pasado reciente, en la que, el PIB del 2019 creció en un 5.1 %, en el 2021 decreció en un -6.7 % y la inflación fue de un 3.66 % y un 5.5 %, para iguales años.

La economía dominicana para los meses que van desde enero a octubre acumuló un crecimiento de un 12.4 %, pudiéndose inferir que, al finalizar el año, la expansión del PIB puede alcanzar el 11.0 %, dado que, los resultados de noviembre y diciembre, al equipararse con iguales meses del 2020, donde la economía registró niveles de caídas muy inferiores a los meses anteriores, ha de esperarse que el PIB de estos dos últimos meses pierdan intensidad en el crecimiento por el efecto estadístico.

  Por el lado del comportamiento de los precios, la tendencia registrada durante los primeros 10 meses del año 2021 ha sido creciente, llegando a partir de junio a sobrepasar la meta del 4.0 %, con un nivel de un 4.01 % y colocándose luego a octubre en un 6.56 %, para 2.56 puntos porcentuales superior a la meta de inflación.  

En términos económicos, los países muestran un desempeño que puede ser, sin variación, a la baja o al alza, en todo caso, su referente es la meta del programa macroeconómico y esta a su vez, tiene un parámetro de la que se guía, siempre y cuando se cuide el cumplimiento de la meta de inflación, que se denomina crecimiento potencial, que resulta clave para el manejo de la política monetaria.

El crecimiento potencial es una variable no observable de la economía, por lo que, su cuantificación resulta estimada y se deriva de la capacidad productiva instalada, permitiendo el crecimiento que puede alcanzar la producción total de la economía, a través de la utilización de sus niveles de trabajo, capital y tecnología. En la actualidad, el Banco Central ha estimado el crecimiento potencial del PIB en alrededor de un 5.0 % anual.   

Como la economía dominicana en lo que va del 2021, muestra un desempeño de un 12.4 % y el crecimiento potencial es de un 5.0 %, la desviación de la variable registrada de la economía versus la estimada, alcanza una brecha del 7.4 puntos porcentuales y al ser medida con el 11.0 % en que puede terminar creciendo la economía, la desviación se coloca en 6 puntos porcentuales, datos que deben ser examinados en un ambiente como el que manejan las autoridades monetarias desde el 2012, guiado por el esquema de metas de inflación.  

Al procurar la estabilidad de precios en torno a la meta, la entidad monetaria impulsa el crecimiento económico y para ello utiliza las herramientas de su política, como la tasa de política de interés monetaria, a fin de influir en el precio del dinero en el sistema bancario y por ese conducto las decisiones de invertir mediante la cartera de crédito y la base monetaria, con el objeto de proveer la liquidez adecuada a la economía.

La tasa de política monetaria del Banco Central desde septiembre del 2020 hasta noviembre de 2021 se mantuvo en un 3.0 %, nivel que se estableció por el bajo nivel de inflación, significativamente inferior al de la meta establecida y por el comportamiento de la economía, incidentada por la pandemia del COVID-19.

Por el lado de la liquidez en la economía, la Base Monetaria Restringida (BMR), desde enero al 26 de noviembre del 2021, se ha comportado sobre la meta y en algunos meses muy cercano al margen del techo; lo que significa, que la provisión de liquidez para la economía durante la mayor parte del año se ha situado por encima de lo programado y fuera de la alineación a la tasa de inflación meta de un 4.0 %.

Todos los trimestres del 2021, han concluido con una BMR superior a la meta, el primero con RD$ 17,948 millones, el segundo, con RD$ 9,172 millones, el tercero con RD$ 9,806 millones y el cuarto trimestre se encuentra en desarrollo, aunque al primero de diciembre es inferior a la meta.

Un efecto inmediato del aumento en la liquidez sobre lo programado, es el incremento de la demanda agregada, la que, durante los primeros diez meses del 2021, alcanza el 30.0 % de crecimiento, respecto al 2020. La elevación del consumo ha servido para motorizar, recuperar y hacer crecer la economía a octubre del 2021 en un 12.4 %, expansión que sobrepasa el crecimiento potencial como ya fue afirmado.

La expansión de la economía sobre el potencial y el aumento de la demanda o el exceso del gasto, provoca que la cuenta corriente de la balanza de pagos se haga deficitaria o más deficitaria, tal ha sido el caso de la cuenta externa dominicana, la que, a septiembre del 2021, el balance ha sido negativo y mayor, en el orden de US$ 1,743 millones, cuando en el primer año de la pandemia, esto es el 2020, fue de US$ 709.0 millones y para iguales meses del 2019 de US$ 858.4 millones.    

 Por su lado, el comportamiento de los precios del 2021 ha estado reflejando el desempeño de la BMR, la demanda agregada y el déficit de la cuenta corriente y se ha situado a octubre en 6.56 % y con la seguridad de continuar aumentado para lo que resta del año, a un nivel muy superior a la meta del 4.0 %.

Este entramado del crecimiento de la economía sobre su potencial, antecedido por el aumento de la demanda y esta del incremento de la liquidez monetaria, ejercen una mayor presión sobre el aumento de la tasa de inflación y resulta un adecuado indicador para sostener que la economía dominicana se ha sobrecalentado, razón por la que, los precios se han elevado por encima de la meta de inflación.

La reacción de aumentar la tasa de interés monetaria era de esperar, ante la desviación del crecimiento registrado en la economía sobre su potencial y el incremento de la inflación, también sobre la meta, se constituyen en expresiones del sobrecalentamiento de la economía. Ha sido en ese contexto, que la tasa de política monetaria fue aumentada en 50 puntos básicos, al pasarla de un 3.0 % a un 3.5 %.  

Probablemente, el aumento de la tasa de política monetaria, fue también incidida por el incremento de la cartera de crédito, que se expandió en un 16.3 % a octubre del 2021, respecto a iguales meses del 2019, año prepandémico y en un 7.1 % sobre el 2020, año del COVID-19.

 La capacidad productiva del país no ha podido responder al ritmo de la creciente demanda agregada, generadora del desequilibrio entre la demanda y la producción interna, agravada por el tema del comercio internacional. 

Al subir la tasa de interés de política monetaria a partir de diciembre, tendrá un efecto transmisión sobre las tasas bancarias, tanto la activa como la pasiva. La primera se elevará, probablemente en menos de un mes y la segunda, después del primer mes y antes de cumplirse el segundo, siendo esta última, un paliativo a la pérdida de valor del dinero ahorrado por el público, ocasionado por la inflación.  

Previsiblemente la elevación de todas las tasas hará al crédito más costoso, mayor incentivo al ahorro y menos al consumo, variables que incidirán a restarle ritmo e intensidad al crecimiento económico del 2022, el que habría de esperar se sitúe más cercano a su potencial, si es que las autoridades tienen el interés de controlar la subida de los precios y ratonarlo al camino del cumplimiento del esquema de la meta de inflación.

El avance del crecimiento económico del 2021 que se ha producido, ha generado desequilibrios en la cuenta corriente de la balanza de pagos y en el desvío de la inflación observada versus el de la meta, razones por la cual, se puede afirmar que el crecimiento del PIB no ha sido compatible con la estabilidad de precios, al agregar tensiones adicionales a la inflación y al déficit de la cuenta corriente, lo que la caracteriza, como un sobrecalentamiento de la economía del 2021, resultado que  invita a la normalización de la política monetaria.

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