Engañabobos turísticos

Por JUAN LLADO

En los intersticios de la conciencia turística se cuelan a veces algunos cúmulos harapientos. En otras ocasiones se engarzan también medias verdades. El resultado puede ser muy dañino para la cabal edificación de la opinión publica sobre tan trascendente sector económico. Por eso se justifica que, valiéndonos de recientes noticias, hoy revisemos algunos de esos malandros. Sin precisar la verdad no podemos confiarnos de que mantendremos nuestra competitividad turística.

Red de Helipuertos. Al inaugurar un moderno helipuerto en Barahona a un costo de RD$26 millones, el Departamento Aeroportuario anunció la creación de esta Red para “respaldar la expansión turística, comercial, y las operaciones de emergencia” hospitalaria. La iniciativa fue precedida en el pasado gobierno por la remodelación del Helipuerto de Santo Domingo y el de Cabo Rojo, lugares donde no aterriza ni siquiera uno al mes. El país cuenta con unos 70 helicópteros privados y a los de la Fuerza Aérea le añadirán seis más. El uso de estos aparatos por parte de los turistas es casi nulo. ¿Se justifica la inversión en esa Red?

Tarjeta de Turista. Para complacer algunas voces de la diáspora se ha caído en la populista trampa de disponer la eliminación del cobro de los US$10 de la tarjeta de turista a los dominicanos no residentes (“ausentes”). Eso significará una pérdida de unos US$10 millones al año para el fisco, habida cuenta de que ya en el 2019 recibimos un millón de ellos. Tal dispensa es absurda porque un monto tan ínfimo, el cual fue establecido hace 25 años, no disuade a nadie de visitarnos. Lo que mandan las circunstancias es que esa tasa se aumente a US$25.

Hotel Guarocuya. Con unas 72 habitaciones, una ubicación privilegiada y el único casino de todo el suroeste, este hotel ahora pasa a las manos de un INFOTEP que agiganta alegremente el alcance de sus operaciones. Ya la entidad ofrece capacitaciones en los antiguos hoteles Montemar en Puerto Plata y Naranjo en Higuey. Pero en el caso del Guarocuya no se necesitan 72 habitaciones para ofrecer capacitaciones porque los egresados no comenzarán a demandarse por los próximos cinco o seis años. Lo que debe hacer el Estado es vender ese hotel en pública subasta al mejor postor.

Malecones. Aunque fue en el 2016 que MOPC inició el desarrollo del malecón de Pedernales la obra ha quedado inconclusa. Sin embargo, el CEIZTUR prefiere embarcarse en la remodelación de otros malecones tales como el de Santo Domingo Este y San Pedro de Macorís. ¿Se enmarca tal actuación en las prioridades de desarrollo turístico? A primera vista parecen obras orientadas a conquistas electorales, tal y como han sido las del Parque de Banica y el club de la Armada en Sans Souci. Las intervenciones en las playas de Los Patos de Barahona, Sosua y en Macao si califican como prioritarias.

Ingreso de Divisas. Hace tiempo que se confunde con la atribución del primer lugar al sector Turístico en materia de generación de divisas. Eso es falso porque, en términos netos, ese lugar lo ocupan las remesas. MITUR espera US$8,400 millones para este año, pero las importaciones del sector equivalen a un 40-50% del total, lo cual hace que el ingreso neto a la economía sea mucho menor. Mientras, las remesas –cuyo monto ascendería a unos SU$10,000 millones este año– son gastadas por sus beneficiarios mayormente en alimentación y otros renglones básicos cuyo componente importado no pasaría de un 20%.

Aeropuerto de Pedernales. No hay razón alguna para que la inversión en la creación de ese aeropuerto tenga que ser estatal. Ya dos interesados extranjeros han mostrado interés en su manejo –los coreanos y AERODOM—y conviene que el gobierno negocie con ellos la inversión de sus recursos en la construcción. El país tiene ya dos aeropuerto privados –Punta Cana y Cibao—y se ha demostrado que esa operación puede ser adecuada. El Estado debe usar los escasos recursos de que dispone para las otras necesidades del desarrollo del proyecto turístico de Cabo Rojo.

Turistas vs. Excursionistas. Algunos analistas juntan los turistas de vía aérea con los que llegan en cruceros para abultar las cifras de visitantes. Pero la Organización Mundial del Turismo (OMT) define al turista como alguien que se desplaza de su lugar habitual de residencia hacia otro lugar y pernocta en el por lo menos por 24 horas. Como los que visitan en cruceros solo duran 5-6 horas en tierra firme, ellos no califican como turistas sino como “excursionistas” según la OMT. Los extranjeros y dominicanos no residentes que llegan por vía aérea son los verdaderos “turistas”.

Turistas Convenientes. Según las noticias de los boletines turísticos los turistas que más nos conviene atraer al país son los escandinavos. Ellos tienen un gasto promedio diario mayor a los estadounidenses, suramericanos y demás europeos. “El volumen de visitantes nórdicos en el 2019 fue, según el Banco Central, de solo unos 20,708 (4,556 daneses, 4,923 finlandeses, 1,487 noruegos y 9,742 suecos), lo cual fue un porcentaje ínfimo del flujo total de extranjeros de vía aérea.” Apremia dirigir los cañones promocionales –tanto públicos como privados– hacia los nórdicos.

Turismo Comunitario. Una mayor derrama económica en el territorio es un objetivo de desarrollo del sector turístico. El gran valladar es el modelo de negocio del “todo incluido” porque atrapa a los turistas en sus hoteles. Sin embargo, las tendencias del mercado apuntan a una preferencia por las “experiencias auténticas” y eso ofrece una oportunidad para el desarrollo del turismo comunitario. Al enfocarse en el mercado interno, el programa del MITUR “Turismo en cada rincón” no se ocupa de articular las ofertas de nuestros productos turísticos internos con las demandas de los turoperadores internacionales, tal y como lo está haciendo Panamá con ayuda de la OMT.

Airbnb. El ministro de Turismo dijo que existen unas 53,000 habitaciones ofertadas por plataformas de alquiler, mientras el presidente de ASONAHORES dijo que llegan a 80,000. Tanto uno como el otro han favorecido que se le ponga impuestos a este inventario y que se le exija el cumplimiento de normas de seguridad y salud. Como se intuye que el grueso de esa oferta es de propiedad dominicana habrá que justificar que pague impuestos mientras los resorts no lo hacen. El tema es para quienes aborden la tarea del Pacto Fiscal que requiere la nación.

Primero en la recuperación. Según la OMT, la RD fue el primer país en recuperar a su industria turística de los estragos de la COVID-19, pero eso solo se refiere al flujo de visitantes extranjeros y a la recuperación del empleo en el sector. No se conoce si eso también se refiere a las tarifas hoteleras y, en consecuencia, no podría alegarse que ha habido una recuperación de la rentabilidad de las inversiones. Algunos analistas piensan que la recuperación no se logrará hasta el 2024.

Centro de Convenciones. Hace meses que el Poder Ejecutivo declaró de utilidad pública el antiguo Hotel Hispaniola para ubicar ahí el anhelado Centro de Convenciones de Santo Domingo. Un estudio del 2008 de Messe Berlin había recomendado que se desarrollara donde esta hoy el Hospital Robert Read Cabral. A sabiendas de que, por la clientela que sirve, ese hospital debería estar ubicado en la parte alta de la ciudad no se explica la razón de la declaración citada. Entre uno y otro están los cimientos de una universidad policial que no tiene visos de materializarse eventualmente. Además, el cercano centro de convenciones de la Cancillería resultará superfluo. Si el Estado negocia el cambio del antiguo Hotel Santo Domingo por el Hotel Jaragua se tendría un conjunto de edificios estatales para establecer el mejor centro ferial y de convenciones del Caribe.

Fuente Acento

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