¡Eran patriotas los hombres del 30 de mayo!

Tony Raful

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En el mes de julio de 1960, los Estados Unidos le cortaron 700 mil toneladas de azúcar a la cuota de compra a Cuba. Esta decisión de la Administración del presidente Eisenhower iba en consonancia con el cerco que iniciaba contra Cuba, por su clara tendencia de optar por un modelo socialista, adverso a los intereses de Estados Unidos a 90 millas de su territorio. Se entendió entonces que este corte de la cuota azucarera a Cuba beneficiaba directamente a Trujillo. Fue así como Trujillo logró tener en aquel momento el apoyo de la mayoría del Senado estadounidense, contrario a las observaciones que ya en ese momento, antes del atentado a Betancourt, realizado en  agosto de 1960, venía formulando la Administración Eisenhower en relación con varios escándalos desatados por Trujillo.  Luego de la voladura del auto  en que iba el presidente Betancourt, y aplicarse las sanciones diplomáticas y comerciales contra el tirano dominicano, la contradicción  en el Senado de Estados Unidos respecto a las sanciones económicas contra Trujillo, se expresó cuando Trujillo con la ayuda de los miembros del Comité Agrícola, unido a consorcios azucareros asociados a Wall Street, despacharon  a refinerías  de los puertos de Manhattan y Brooklyn una gran parte de las 322.000 toneladas de azúcar. El presidente Eisenhower respondió bajando en un 35% el precio pagado por su país por compra de los azucareros dominicanos en relación con el precio que prevalecía entonces en el mercado preferencial de Estados Unidos. Los exilados dominicanos temerosos de que el nuevo presidente John Kennedy, anulara la decisión del presidente saliente Eisenhower, y favoreciera a Trujillo se dirigieron en carta pública al presidente electo, quien le respondió, señalando que él, Kennedy,  había sido uno de los Senadores que respaldó  al presidente Eisenhower  “en su lucha por reducir la cuota azucarera a  República Dominicana”.  El modelo trujillista de Estado estaba agotado. Las torpezas y “metidas de pata de Trujillo” habían decretado su desaparición, el modelo económico zozobraba. Pero el terror y los órganos de represión trujillista, estaban intactos. Es entonces cuando resalta la voluntad patriótica de poner fin a la vida del tirano en una acción relampagueante el 30 de mayo de 1961. Los que ajusticiaron al tirano eran patriotas y actuaron como tales en la comisión del ajusticiamiento.

No estudiar con detenimiento las contradicciones de la política exterior de Estados Unidos conlleva falsas apreciaciones.  Analizando su política exterior comprendemos la historia de nuestros pueblos de manera más objetiva. Ningún factor u ocurrencia en la política de cerco y aniquilamiento a la dictadura dictada por las sanciones comerciales y diplomáticas de la OEA, puede ser subestimado, pero el motor del hecho patriótico del 30 de mayo de 1961, lo fue la indignación ciudadana, y la interpretación correcta de la necesidad de su ajusticiamiento para iniciar un proceso de libertad y democracia. Con ese telón de fondo, entraron a la historia para siempre, Antonio De la Maza y los ajusticiadores del 30 de mayo de 1961. Para ellos, nuestra gratitud perenne, el homenaje de la Patria agradecida.

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