Estados Unidos alivia las restricciones a Wells Fargo después de años de estricta supervisión tras el escándalo
NUEVA YORK, 15 febrero — La administración Biden alivió algunas de las restricciones al gigante bancario Wells Fargo, diciendo que el banco ha arreglado suficientemente su cultura tóxica después de años de escándalos.
La noticia hizo subir bruscamente las acciones de Wells Fargo el jueves, mientras los inversores especulaban que el banco, que ha sido mantenido bajo estricta vigilancia por los reguladores durante años, podría reconstruir su reputación y comenzar a crecer nuevamente. Las acciones del banco cerraron con un alza del 7,2% a 52,04 dólares, su nivel más alto desde marzo de 2022, en una negociación extremadamente activa.
La Oficina del Contralor de la Moneda, el regulador de grandes bancos nacionales como Wells, puso fin el jueves a una orden de consentimiento que había estado en vigor desde septiembre de 2016. La orden exigía que Wells revisara la forma en que vendía productos financieros a los clientes y ofreciera servicios de consumo adicionales. protecciones, así como protecciones de empleados para denunciantes.
Esa orden de consentimiento se implementó después de que una serie de investigaciones periodísticas y gubernamentales en 2016 descubrieran que Wells tenía una cultura de ventas venenosa que presionaba a los empleados a vender múltiples productos a los clientes, aunque dichos productos no eran necesarios. Los empleados, que trabajaban en “tiendas”, no en sucursales bancarias, se vieron obligados a abrir millones de cuentas no autorizadas. A los clientes les robaron sus identidades y sus puntajes crediticios se vieron afectados. De los millones de clientes afectados, un número desproporcionado eran estadounidenses que no hablaban inglés.
El escándalo empañó gravemente la reputación de Wells Fargo, con sede en San Francisco, que hace ocho años era considerado uno de los bancos mejor administrados del país por inversores y analistas.
Desde que estalló el escándalo, Wells renovó su junta directiva y su gerencia, pagó más de mil millones de dólares en multas y sanciones y ha pasado ocho años tratando de mostrar al público que las malas prácticas son cosa del pasado. El escándalo provocó esfuerzos de sindicalización en algunas sucursales cuando los empleados protestaron por cómo los gerentes impulsaban objetivos de ventas irrazonables.
En una breve declaración el jueves, el Contralor de Moneda dijo que la “seguridad y solidez” de Wells Fargo y el “cumplimiento de las leyes y regulaciones no requieren la existencia continua de la Orden”.
La decisión es una gran victoria para la dirección de Wells y para Charles Scharf, quien asumió el cargo de director ejecutivo en 2019.
«La confirmación de la OCC de que hemos implementado efectivamente lo que se requería es el resultado del arduo trabajo de muchos de nuestros empleados, y me gustaría agradecer a todos los involucrados en Wells Fargo por su dedicación para transformar la forma en que hacemos negocios». dijo Scharf en una declaración preparada.
El analista bancario de Citigroup, Keith Horwitz, dijo en una nota que la decisión de la OCC era una “prueba positiva” de que la dirección de Wells estaba tomando las decisiones correctas para arreglar la cultura de la empresa.
Sigue vigente una orden de consentimiento de la Reserva Federal contra Wells, así como un requisito por parte de la Reserva Federal de que Wells no crezca más que su tamaño actual hasta que arregle su cultura de ventas. La Reserva Federal se negó a hacer comentarios, pero es probable que la decisión de la OCC presione a la Reserva Federal para que tome su propia decisión con respecto a sus restricciones a Wells.
Incluyendo la orden de la Reserva Federal, Wells todavía tiene ocho órdenes de consentimiento que rigen sus operaciones. Eso es menos que los 14 que tenía cuando Scharf se hizo cargo del banco. La gerencia dice que todavía tienen trabajo por hacer.
«Hemos cambiado la empresa en varias dimensiones», dijo Scott Powell, director de operaciones de Well, en una entrevista. Powell se unió al banco aproximadamente al mismo tiempo que Scharf.
Lo estamos haciendo mejor para los clientes y empleados y seguimos trabajando para abordar los problemas de riesgo que aún están pendientes”.
AP
