Homenaje a Milton Ray Guevara

Eduardo García Michel

El autor del artículo narra y es interrumpido por Abimbaíto: El pasado 1 de febrero estuve presente en el reconocimiento que el Senado de la República le hizo al doctor Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional, por su ejemplar carrera, defensa de la Constitución y de los valores patrios. El acto fue encabezado por el presidente de la República, Luis Abinader. Asistieron miembros de la judicatura, políticos, empresarios, representantes de la sociedad civil, mandos militares, familiares y amigos. 

–Sí. También yo estuve presente– exclamó Abimbaíto–. Me colé. Apoyo la labor del Tribunal Constitucional, aparte de que cuando Milton era más joven y cantaba acompañado de una guitarra, desde lejos yo le hacía coro sin que se diera cuenta. 

Entre los logros alcanzados mientras se desempeñaba como Senador por la provincia de Samaná, el Dr. Ray Guevara citó la aprobación de la ley de seguridad social, en 2001. También dijo que presentó 26 proyectos de leyes, como por ejemplo los de creación del Consejo Económico Social, Código de Turismo, castración química de violadores, asignación de cargos electivos para la mujer, servicio forestal estudiantil, eliminación del grado a grado en las obras públicas, creación del defensor del pueblo.

–Sí, –volvió a interrumpir Abimbaíto –, hay que reivindicar que el proyecto de creación del sistema de seguridad social fue consensuado en las reuniones que la Fundación Siglo 21 organizó en la década del 90 con representantes de los partidos políticos, del gobierno, de los empresarios, y de los sindicatos. Ese proyecto fue llevado luego, en su esencia, al Congreso Nacional, y allí se perfeccionó hasta su aprobación.

Don Milton dijo que ha tenido el privilegio de haber participado en la cristalización de cuatro de las reformas más importantes que ha tenido el país: a) Código de Trabajo en 1992; b) reforma constitucional de 1994 que sentó las bases de la independencia del poder judicial, creó el Consejo Nacional de la Magistratura, separó las elecciones presidenciales y congresuales y estableció el principio de la doble nacionalidad; c) reforma de la seguridad social; y d) reforma constitucional de 2010 que creó la jurisdicción constitucional.

–Sí, todo eso es cierto y encomiable, – insistió Abimbaíto –, pero es justo reconocer para que no se pierda la memoria histórica, que la reforma constitucional de 1994 tuvo su embrión en las discusiones organizadas por la Fundación Siglo 21 con los partidos políticos y sociedad civil en las que se firmó el acuerdo de eliminar la reelección, crear la segunda vuelta y separar las elecciones presidenciales del resto. En el Archivo General de la Nación están los documentos que avalan esta afirmación. La crisis política que surgió después fue fundamental para que se plasmara en realidad.

Disfruté de las diáfanas palabras que pronunció el magistrado Ray Guevara al expresar las gracias por el pergamino recibido. En particular, destaco las siguientes: “El Tribunal Constitucional está lleno de vida, tiene un cuerpo robusto, protege a quienes más ama: a su madre -la Constitución- y a sus hijos -el intrépido y fuerte pueblo dominicano-”. 

–De nuevo, digo sí –resonó la voz de Abimbaíto –, aunque no dejo de guardar cierta inquietud. Este país está cincelado en la cultura autoritaria. Es una dicha tener un tribunal constitucional y dentro del mismo a fibras humanas como las de Milton Ray Guevara, que creen en el desempeño de sus funciones a cabalidad. Y defienden con vigor su criterio en defensa de la institucionalidad democrática. No siempre sucede así. El calibre de cada ser humano es diferente. La mayoría se dobla ante los vientos del poder.

Don Milton terminó diciendo que “Nuestro país ha tenido un profundo déficit de educación democrática, hemos padecido de una cultura autocrática que ha sido un pesado lastre para que nuestros ciudadanos puedan disfrutar de los frutos materiales y espirituales de que somos acreedores como hijos de esta patria bien amada.” Y que “cultura ciudadana de derechos y lealtad constitucional de los funcionarios son dos de los pilares fundamentales que requiere todo estado constitucional.”

– A eso podría ayudar –volvió a intervenir Abimbaíto –, que los primeros mandatarios sean gente de convicciones democráticas robustas. 

Me uno al merecido homenaje que el Senado de la República le rindió al doctor Ray Guevara. El Tribunal Constitucional bajo su dirección ha hecho mucho por la institucionalidad, preservación de la nacionalidad y soberanía. Enhorabuena, magistrado. Le deseo que pueda seguir sirviendo a la nación por muchos años más con la misma dedicación e inspiración como lo ha hecho hasta ahora. Excúseme por las intromisiones de Abimbaíto. Es comprensible: lo admira mucho y, a la vez, es fanático fervoroso de la Fundación Siglo XXI.

Comentarios
Difundelo
Permitir Notificaciones OK No gracias