Inflación: un fenómeno transitorio

Juan Guiliani Cury

 Uno de los te­mas que está preocupando a los ciudada­nos es la infla­ción. La inflación se define como un alza generalizada de bienes y servicios duran­te un período determina­do. Eso quiere decir, que tie­ne un tiempo finito. Según el Banco Central de la Repúbli­ca Dominicana, la inflación terminó el año pasado en un 8,5%. Hay razones relativas para que se hayan producido un incremento en los precios de los bienes y servicios en su mayoría de componentes im­portados. La economía mun­dial viene recogiendo los efectos dañinos de la pande­mia causada por el Covid-19. Esta terrible enfermedad sa­nitaria ha causado millones de muertos, como un gran número de personas conta­giadas, además de los efec­tos nocivos al sistema pro­ductivo global. La República Dominicana, cuya economía ha tenido una larga estabili­dad con baja inflación y una depreciación de la moneda por debajo del 4- 5%, evitan­do esto, el surgimiento de corridas devaluatorias que a nadie conviene. Hay quie­nes entienden, sin embargo, que devaluar la moneda es sano y ayuda a la “competi­tividad”, valga decir de las exportaciones. Esta tesis ha sido comprobada que arro­ja resultados catastróficos en países donde se ha aplica­do como “fórmulas de ajuste monetario.” En el marco de la política económica gene­ralmente se adoptan previ­siones para contrarrestar las amenazas en el surgimiento de un eventual brote inflacio­nario de rango medio, como son las medidas de conten­ción y acciones contra cícli­cas. Pero también, hay que tomar en cuenta que, en una economía abierta como la dominicana, el mayor com­ponente de alzas en los pre­cios proviene de la inflación importada. Ejemplos, los re­cientes aumentos del precio petróleo agravado por la cri­sis en Ucrania, el alza de los fletes marítimos, las medi­cinas, los alimentos impor­tados y la electricidad, en­tre otros rubros. Y algo que pudiera ser cierto, es la va­riable de un aumento de la demanda de productos en los consumidores, como se­cuela de una baja percepti­ble de la pandemia o Covid -19 y sus variantes Delta y Ómicron, principales deto­nadores de la inestabilidad económica mundial desde que surgió en diciembre del 2019. La inflación tiene un periodo transitorio, que no podemos predecir cuanto tiempo duraría, pero los es­timados mundiales, pronos­tican que para mediados de este año 2022, las principales variables que han derivado en presiones inflacionarias, volverían muy posiblemen­te a su cauce normal. Y final­mente, uno de los problemas de la inflación generalizada, es la exagerada especulación y el agiotismo, ambas prácti­cas muy comunes en nuestro país.

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