Inflación y política monetaria mundial

Arturo Martínez Moya

En su informe Perspectivas Económicas Globales publicado la semana pasada, el FMI sostiene que la inflación, cuellos de botella y acceso desigual a las vacunas, son los principales obstáculos para la recuperación económica mundial, y recomienda a los bancos centrales extremar atención y endurecer la política monetaria si la presión sobre los precios persiste.

Es cierto, por esas razones todo está en alza, los alimentos encarecieron en más de 30% y el petróleo, el WTI de referencia en nuestro país, subió 69% entre enero y octubre 2021. Son las principales causas de la alta inflación mundial, en septiembre e interanual 5.4% en Estados Unidos y 4.1% en la zona euro, y para el FMI la inflación global este año cierra en 3.6%, mucho más que 2.4% pronosticado en julio. Para las economías avanzadas espera baje a alrededor de 2% a mediados de 2022, y 4% en las economías en desarrollo y emergentes a final de 2022.

No obstante el discurso del Organismo Internacional, que en lo básico no ha cambiado, y que la población mundial vive una perturbación inédita de oferta externa sobre la que ninguna autoridad tiene control, los principales bancos centrales proceden con hipótesis diferente, mantienen el criterio de que en el cortísimo plazo la inflación es coyuntural y no representa una amenaza que justifique política monetaria estricta.

Por ejemplo, la Reserva Federal para Estados Unidos pronostica una inflación en el entorno del 2% para 2022, la semana pasada mantuvo su tasa de referencia entre 0% y 0.25%, con la expectativa de que la primera subida podría producirse en 2023, aunque ahora, en noviembre, empezó el proceso de retirada de estímulos monetarios, mensualmente US$15,000 millones, hasta desmontar el programa de US$120,000 millones al mes vigente desde marzo de 2020.

El Banco Central Europeo, que estima este año la zona euro recupera lo que perdió en 2020, aunque por país cuenta la historia diferente, pronostica en 2.2% la tasa de inflación y en 1.7% la de 2022, mantuvo su tasa de interés en 0% y en -0.5% la de facilidad de depósito, combinado con la compra mensual de bonos por 80.000 millones de euros.

En suma, los principales bancos centrales, por ahora, descartaron subir los intereses, por considerarlo prematuro. De la misma manera piensa nuestro Banco Central, que la inflación es transitoria y no es por razones monetarias o fiscales, lo cierto es que las estadísticas les dan razón, la tasa interanual desacelero de 10.48% en mayo a 7.74% en septiembre, sin duda una de las razones por la que mantiene su tasa de interés de referencia en el bajo nivel histórico de 3% anual desde el 31 de octubre de 2020, cuando la redujo en cincuenta puntos básicos.

Para apoyar la tendencia hacia la baja, la Entidad Emisora inició el proceso de normalización de su política monetaria, comenzó con el retorno gradual y ordenado de la liquidez extraordinaria que puso a disposición del sistema financiero durante la pandemia.
Lo hace cuando la demanda de créditos en pesos en la banca múltiple crece dos dígitos y el precio del dinero se redujo en 400 puntos básicos, de 13.28% previo a la pandemia a 9.33% a final de septiembre 2021.

Los principales bancos centrales han descartado subir los intereses, por ahora

Reserva Federal de EU pronostica para 2022 una inflación en el entorno del 2%

El BCE estima este año la zona euro recupera lo que perdió en 2020

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