Las campañas de mitad de período para la Cámara y el Senado se perfilan de manera bastante diferente.

Por David Leonhardt

The New York Times

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Las encuestas de mitad de período continúan luciendo sombrías para los demócratas, como explicamos en un boletín la semana pasada. Las interrupciones por inflación y covid, así como los desafíos normales que enfrenta el partido de un presidente en las elecciones intermedias, pesan sobre el partido. Como resultado, los republicanos son fuertemente favorecidos para retomar el control de la Cámara.

Pero la situación en el Senado parece diferente, señala mi colega Blake Hounshell.

Hay 10 carreras por el Senado potencialmente competitivas este año, según el Informe Político de Cook, y los demócratas deben ganar al menos cinco de ellas para mantener el control del Senado. Los demócratas son los favoritos en dos de esas 10 contiendas (New Hampshire y Colorado) y Cook califica a otras cinco (Arizona, Georgia, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin) como perdidas.

Si los demócratas mantienen el Senado sin la Cámara, aún no podrían aprobar legislación sin el apoyo de los republicanos. Pero el control del Senado, no obstante, importa. Le permitiría al presidente Biden nombrar jueces, secretarios de gabinete y otros altos funcionarios sin ningún apoyo republicano, porque solo el Senado necesita confirmar a los nominados.

Voy a entregar el resto del artículo principal de hoy a Blake, quien presentará una vista previa de la campaña por el control del Senado.

Los demócratas del Senado están comenzando a ver la oportunidad de retener el Senado después de las elecciones intermedias Tom Brenner para The New York Times

Por Blake Hounshell

Editor, Sobre política

Cuando se les pide que compartan sus pensamientos sinceros sobre las posibilidades de los demócratas de mantener la mayoría en la Cámara de Representantes en las próximas elecciones, los estrategas del partido a menudo usan palabras que no se pueden imprimir en un boletín familiar.

Pero se está formando una imagen más brillante para los demócratas del lado del Senado. Allí, los republicanos están reuniendo lo que un importante estratega describió risueñamente como una “isla de juguetes inadaptados”, una variopinta colección de candidatos que el Partido Demócrata espera presentar como fuera de lo común en política, comprometidos personalmente y demasiado cómodos con Donald Trump.

Estas vulnerabilidades han dado lugar a unas semanas difíciles para los candidatos republicanos al Senado en varias de las contiendas más competitivas:

Arizona: Blake Masters, un capitalista de riesgo que obtuvo el respaldo de Trump y lidera las encuestas en las primarias republicanas, ha sido criticado por decir que «los negros, francamente» son responsables de la mayor parte de la violencia armada en los EE. UU. Otros republicanos lo han atacado por comentarios anteriores que apoyan la “inmigración sin restricciones”.

Georgia: Herschel Walker, el Partido Republicano candidato que enfrenta al senador Raphael Warnock, reconoció ser el padre de tres hijos no revelados anteriormente. Walker critica regularmente a los padres ausentes.

Pensilvania: Dra. Mehmet Oz, que vivía en Nueva Jersey antes de anunciar su candidatura al Senado, corre el riesgo de parecer falso. Oz recientemente escribió mal el nombre de su nueva ciudad natal en un documento oficial.

Nevada: Adam Laxalt, ex fiscal general del estado, dijo en un desayuno de panqueques el mes pasado que “Roe v. Wade siempre fue una broma». Esa es una postura impopular en la socialmente liberal Nevada, donde el 63 por ciento de los adultos dice que el aborto debería ser mayormente legal.

Wisconsin: el senador Ron Johnson hizo un cameo en las audiencias del 6 de enero cuando se supo que, el día del ataque, quería entregar personalmente una lista fraudulenta de electores al exvicepresidente Mike Pence.

Los republicanos respondieron con algunos argumentos políticamente potentes, culpando a los demócratas por el aumento de los precios y diciendo que se han desviado demasiado a la izquierda para los votantes de la corriente principal.

En Pensilvania, por ejemplo, el Tte. gobierno John Fetterman, el candidato demócrata al Senado, apoya la atención médica universal, la legalización federal de la marihuana y la reforma de la justicia penal.Los republicanos han estado revisando su historial y sus comentarios anteriores para presentarlo como similar a Bernie Sanders, el autodenominado socialista demócrata.

Candidato contra candidato

Un factor que trabaja a favor de los demócratas es el hecho de que solo un tercio del Senado está listo para la reelección, y muchas contiendas son en estados que favorecen a los demócratas.

Otro es el hecho de que las contiendas por el Senado pueden ser más distintas que las contiendas por la Cámara, influenciadas menos por las tendencias nacionales y más por las personalidades de los candidatos. Los presupuestos publicitarios en las contiendas por el Senado pueden llegar a los cientos de millones de dólares, dando a los candidatos la oportunidad de definirse a sí mismos y a sus oponentes.

Los demócratas se están apoyando mucho en campañas impulsadas por la personalidad, promoviendo al senador Mark Kelly de Arizona como un exastronauta moderado y amigable y a la senadora Catherine Cortez Masto de Nevada como una luchadora por el derecho al aborto, los trabajadores minoristas y las familias.

“Las campañas del Senado son batallas de candidato contra candidato”, dijo David Bergstein, portavoz del brazo de campaña del Senado de los demócratas. “Y mientras los titulares y candidatos demócratas han desarrollado sus propias marcas, los republicanos han presentado candidatos profundamente defectuosos”. Bergstein no es objetivo, pero ese análisis tiene algo de verdad.

Faltan unos cuatro meses para el día de las elecciones, una eternidad en la política estadounidense moderna. Como hemos visto en el fallo sobre el aborto de la Corte Suprema y en las explosivas acusaciones que surgieron en el último testimonio contra Trump, el entorno político puede cambiar rápidamente.

Si las elecciones se celebraran hoy, las encuestas sugieren que los demócratas serían favorecidos por un estrecho margen para retener el control del Senado. Las élites republicanas también están aterrorizadas de que los votantes puedan nominar a Eric Greitens, el exgobernador plagado de escándalos, para el escaño vacante en el Senado de Missouri, poniendo en peligro un escaño que de otro modo estaría a salvo.

Pero, por supuesto, las elecciones no se llevarán a cabo hoy y las encuestas son falibles, como vimos en 2020. Por lo tanto, todavía hay mucha incertidumbre sobre el resultado. El índice de aprobación de Biden sigue siendo bajo y la inflación es el tema principal en la mente de los votantes, no las debilidades de los candidatos individuales.

Por ahora, los demócratas están bastante satisfechos consigo mismos por hacer limonada en un ambiente político decididamente agrio.

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